|[004] ·Liam Dunbar·|

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El principio de nuestro fin

|Totalmente mío|

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—Estoy bien, no te preocupes.— Repitió el rubio de bonitos ojos por segunda vez a Jana.

Pues bien, el capitán del equipo de lacrosse le rompió el tobillo en las pruebas, y ese era el famoso motivo por el que ellos se encontraban charlando en la habitación del hospital, esperando los resultados de los estudios de Liam.

Unos minutos después, ambos se quedaron en un completo silencio, mirándose fijamente el uno al otro.

Habían escuchado un fuerte sonido

— ¿Tu también escuchaste ese ruido? — Pregunto la castaña en vos baja mientras se dirigía a la puerta, con un Liam detrás, cojeando un poco.

Al salir, preguntaron al aire en el pasillo si alguien más lo había escuchado, pero parecía que no había nadie en toda la planta.

Ambos extrañados, caminaron unos pasos fuera de la habitación, buscando a alguien. Al voltear, se encontraron con un chico de la misma estatura que Liam, que se acercaba peligrosamente a ellos.

El chico contaba con una preocupante cantidad de sangre manchando su playera blanca y sus ojos parecían desorbitados.

En cuanto abrió su boca, se quedaron completamente atónitos por lo que estaban viendo.

De su boca sobresalían unos filosos colmillos manchados de sangre, al igual que toda su mandíbula.

El miedo los invadió por completo. Al instante se giraron lo más rápido que pudieron para comenzar a correr, intentando escapar.

Aún así, a pesar de que se resistieron en todo momento, no lograron impedir que el diabólico chico los llevara arrastras hasta el tejado del hospital.

Aquel muchacho, mantenía a Liam junto a él, ejerciendo una enorme fuerza con su brazo, ahorcandolo.

Por otro lado, tenía a la chica tirada en el suelo debajo de él, presionando su pie contra su clavícula. Por su parte la ella luchaba para intentar sacarlo. La estaba lastimando mucho y no la dejaba respirar correctamente. Sentía que si el chico ejercía un poco más de fuerza, le ropería algo.

Nada de eso parecía importarle a Sean, ya que el chico tenía su vista fijamente clavada en la puerta. Segundos después, por esa paso otro chico, al igual que Sean, unos puntiagudos colmillos sobresalían de entre sus dientes.

Este otro chico era muy diferente al que mantenía retenidos a los dos adolescentes sobre el tejado, pues las facciones de su rostro eran diferentes a las de cualquiera. Contaba con un exceso de bello y sus ojos brillaban en escarlata.

—¡Aléjate!— Grito Sean al adolescente de ojos escarlata, el cual los chicos reconocieron como Scott McCall.

— ¡No!, No tienes que hacer esto.
Lo que sea que te pase, podemos ayudarte.— Exclamó, tratando de calmarlo.

— ¡No pueden! ¡ Los Wendigos no necesitamos ayuda! ... ¡Los Wendigos necesitamos comida!— El grito del chico resonó por todo el tejado.

Dió vuelta a Liam, quien forcejeó un momento, hasta que Sean terminó por empujarlo a un lado de él. Quitó su peso del pecho de Jana y rápidamente la levantó por el cabello haciendo que su cuello quedará totalmente expuesto.

La chica estaba horrorizada. Sollozaba mientras forcejeaba con Sean, intentando con todas sus fuerzas soltarse.

Antes de que el Wendigo lograra clavar sus dientes en el cuello de la joven, Scott salto empujandolo, consiguiendo que soltara a Jana, empujandola hacia alguna dirección.

El impulso de su cuerpo fue tanto, que no pudo evitar caer por el borde del tejado. A su lado, el rubio estaba pasando por la misma situación. Ambos adolescentes colgaban del techo del hospital, dependiendo únicamente de sus brazos y de Scott.

Asustados intentaban con todas sus limitadas posibilidades subir, pero no podían lograrlo y eso solo hacia que sus dedos se rezfalaran.

Ambos pendían de una sola mano, Jana de su brazo derecho y Liam de su brazo izquierdo, solo a milímetros de distancia.

—¡No puedo sostenerme!— Gritaron al unísono.

El miedo de caer y la desesperación de no poder subir los estaban consumiendo. Ya no sabían que más hacer para no caer. No podían aguantar mucho. Era realmente difícil sostener todo el peso de su cuerpo con un solo brazo.

Las lágrimas se acumulaban en sus ojos y caían por sus mejillas. Los sollozos y el llanto estaban presentes en ambos chicos. Sus vidas terminarían así. No podrían despedirse de sus familiares y amigos.

Sus vidas terminarían tan trágicamente

Un par de manos se aferraron a sus muñecas, sosteniendo su peso. Frente a ellos se encontraba Scott tirado, sujetando los brazos de ambos. Era su salvación. No morirían.

Estaban intentando subir, cuando Sean se tiró sobre la espalda de Scott, moviéndose bruscamente con el objetivo de lograr que los chicos cayeran.

Luego de unos segundos los brazos de Scott comenzaban a temblar. No podría aguantar el peso de los dos adolescentes combinado con los movimientos del Wendigo.

Lentamente, los dos jóvenes comenzaron a resbalarse del agarre de McCall. De sus bocas comenzaron a salir gritos, de desesperación y de terror.

Segundos después, ocurrió lo inevitable y lo que tanto temían.

Resbalaron

Ambos juntos. Ambos soltando el mismo grito de sufrimiento. En el impulso, hicieron un movimiento que terminó en que sus brazos se chocarán.

En ese instante, experimentaron un dolor insoportable en sus muñecas y al instante soltaron un grito con toda su garganta.

Sintieron como su piel se desgarraba al mismo tiempo que sus cuerpos eran sostenidos por lo que sea que tenían clavado en sus muñecas.

Seguidamente dejaron de sentir los bruscos movimientos de antes, para que con el dolor corriendo por los brazos de ambos, McCall los subiera de un tirón.

Quedaron tirados en el piso, totalmente asustados. Observaron frente a ellos atónitos, el cadáver del chico que los había traído al tejado en primer lugar.

Unos metros más atrás, distinguieron una figura vestida de negro, calva y sin boca, que les hizo una seña de que guardarán silencio, para segundos después marcharse entre las sombras.

Al bajar la mirada nuevamente a sus brazos, los dos soltaron un gemido fuerte causado por el punzante dolor que no abandonaba sus muñecas.

Jana tenía una marca en su brazo derecho, que consistía en dos grandes hoyos un poco más arriba de su muñeca, rodeados de otras marcas moradas que parecían de dientes y grandes cantidades de sangre.

Por su parte, Liam tenía lo mismo, solo que su marca estaba en su brazo izquierdo, la cual consistía en dos hoyos más profundos y grandes que los de Jana, rodeados de moretones de una dentadura y también una gran cantidad de sangre saliendo.

Los dos adolescentes más pequeños miraron a Scott, transmitiendo recelo, confusion, enojo y sobretodo miedo en su mirada.

McCall los miró, sin saber que hacer, sin saber si hablarles o no, o si darles su espacio.

De lo que si estaba seguro es de que no iba a abandonarlos, el los ayudaría de la manera que sea necesaria.

|Teen Wolf | Oɴᴇ Sʜᴏᴛs| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora