VIVIR DE NUEVO - ELIJAH MIKAELSON

VIII. The truth.

VIII. La verdad.

—Theo—repitió sin poder creer quien era la persona que se encontraba frente a ella. Tenía un traje negro y camisa blanca, casi igual a Elijah solo con la diferencia que el hombre frente a ella no llevaba corbata—¿Qué haces aquí?

—He venido por ti, amor—respondió de lo más normal, pero antes de poder decir algo más Eva cerró la puerta en su cara.

—Largo de mi casa—dijo bruscamente colocando los seguros de la puerta—No te quiero volver a ver así que aléjate de mí.

—Por favor abre la puerta cariño antes de que la derrumbe—La pelinegra sabia de lo que era capaz su antiguo prometido así que se apartó de la puerta y se dirigió a la salida de emergencia del apartamento hasta que escucho como la puerta se abrió de un solo golpe—¿Dónde estás? ¡Ven aquí! Prometo que las cosas serán diferentes esta vez—por su parte la pelinegra solo trataba de salir por la ventana sin hacer demasiado ruido—Eres mía—siempre has sido mía y lo sabes.

Sin darse cuenta logro salir y comenzó a bajar la escalera desesperadamente hasta el callejón y esperando a que no la llegue a ver comenzó a caminar en dirección a la calle hasta que dos hombres se colocaron frente a ella y comenzaron a forcejear con ella, aunque no podía poner mucha resistencia así que golpeo a uno en su entrepierna dándole el suficiente tiempo como para huir. Sin embargo, el otro hombre la tomo y la estrello contra la pared soltando un grito de dolor al mismo tiempo de recibir un golpe en su rostro

—Eres una estúpida así que compórtate. El jefe dijo que no te golpeáramos, pero acabas de lastimar a mi amigo—golpeo otra vez su rostro haciendo que callera en un charco mojando su pijama—Deja de pelear somo dos contra una insignificante mujer—el otro hombre se levantó y dando una patada en su estómago haciendo que gimiera de dolor nuevamente y sus ojos llorosos pedían clemencia.

Eva pensaba que era su fin y lo único que quería era ver nuevamente a Elijah, aquel hombre que la trataba como una dama y de quien se enamoró sin saber. Quería decirle que le amaba y que quería estar con él, pero posiblemente su tiempo se acabaría muy pronto. Golpe tras golpe que recibía la dejaban más y más al borde de la muerte hasta que se escuchó un grito por parte de un hombre y tratando de observar vio como salía sangre de su boca para después caer al suelo muerto. Tratando de distinguir a su salvador vio a un hombre con la mano ensangrentada sosteniendo algo para después dejarlo caer y tomar del cuello al otro sujeto y en un solo movimiento rompió su cuello. Cuando este hombre se acercó a Eva quien solo podía llorar y quejarse del dolor que tenía vio que se trataba de un hombre con traje, pero antes de poder ver su rostro todo se volvió negro.

Mientras tanto Elijah regresaba a su hogar y viendo en dirección a la habitación de su sobrina donde la luz aún estaba prendida así que decidido a hablar y explicar las cosas justo como Eva le sugirió se acercó a la puerta dando tres golpes antes de que Hope abriera y tuviera los ojos rojos por haber llorado.

—Hope, ¿podemos hablar? —no respondió directamente, solo dio espacio a que pasara a su habitación donde logro ver una pintura en donde estaba Klaus junto a Elijah sonriendo. El vampiro logro reconocer el momento de donde pertenecía la pintura y era de inicios del siglo XX donde se estaban preparando para asistir a la ópera—Quería disculparme contigo Hope—solo un largo suspiro para después volver a hablar mientras ve la ciudad a través de la ventana—Se que no soy tu padre, siempre he estado consiente de eso. Quiero que sepas que no pretendo ocupar el lugar de tu padre, yo sería incapaz de hacer eso, pero debes entender que eres lo más cercano a una hija que podría tener. Nunca he sido bueno, con Marcel a quien en su debido momento lo quise como a un hijo, pero tuve que apartarlo creyendo que así el y tu padre podrían ser más cercanos y ser felices uno con el otro, me equivoque porque si no lo hubiera apartado estoy seguro de que todo habría sido diferente. Contigo también me he equivocado pues te arrebate a tu madre y cuando pude salvar a tu padre falle, no quiero perderte como he perdido a tanta gente a lo largo de los siglos, perdí a Tatia mi primer amor, a Marcellus, Hayley y Niklaus. A todos ellos los perdí por mi propia mano, no quiero perderte a ti Hope, solo quiero que vivas como debe ser. Todo lo que ha ocurrido ha sido culpa nuestra, tu no mereces pagar ni debes luchar por los errores cometidos por nosotros a través de mil años. Te amo Hope y por eso tengo miedo porque todo lo que amo lo destruyo de una forma u otra así que discúlpame, quiero mantenerte a salvo no porque te pase algo en batalla o durante un hechizo más bien es porque temo a que termines siendo una víctima mía.