Zeus mandó a "Cupido" a unir a un tal Lee Jeno, un profesor de Kinder, con su verdadero amor, para eso, CuPark se tendrá que convertir en algo que no quiere con la ayuda de Hades, logrando unir a varias parejas en el camino, menos a quien necesita...
Jisung estiró sus manitas y bostezó, sin querer empezó a llorar porque tenía hambre, ¿en qué momento había pensado que convertirse en bebé había sido buena idea? Rápidamente se transformó en un niño de cinco años.
Al ver su antigua habitación supuso que su plan había tenido éxito, así que ahora debía buscar a Jaemin y al profesor Jeno para saber si todo estaba bien entre ellos.
El pequeño niño vagó por todo el templo de Hades, no había ningún rastro de sus "padres", así que llegó a la opción más lógica, visitar el cuarto de Jaemin.
Abrió la puerta, era enorme y pesada, sintió un deje de ternura cuando vio a Jeno abrazar a Jaemin mientras los dos estaban acostados en la cama durmiendo. Jisung caminó y se subió a la cama, se acostó a un ladito de Jaemin y le abrazó.
—Despertaste. —Jaemin susurró mientras acariciaba el cabello de su hijo con ternura, al parecer el movimiento de la cama lo despertó.
—Sí, pero quiero estar con ustedes. —Dijo el niño.
Jaemin lo cobijó y le abrazó, así también besó a Jeno, quien seguía dormido, y los tres cayeron en los brazos de Morfeo, la mañana siguiente podrían hablar y pensar qué hacer.
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Mark observó a Haechan, por alguna razón, el moreno decidió que hacer ramen a medianoche era lo mejor para ambos, Mark estaba demasiado nervioso. No era normal la forma en la que se sentía, tenía miedo de mirar a los ojos a Donghyuck y que éste supiera qué estaba pensando.
—¿Crees que Chenle estará bien? —preguntó Mark mirando su plato sin ganas.
—Supongo que sí, sé que YoonOh no es malo, quizá no entiendo muy bien esto de los dioses, pero confío en él, en Sungchan y en Chenle. —Haechan sorbió sus fideos. —Ellos estarán bien.
La calma que se sentía entre ellos era normal, tan fluida que no parecía que tuvieran que pelear, pero al mismo tiempo ambos se sentían nerviosos y no se atrevían a mirarse a los ojos. Fue cuando la risita de Mark se escuchó, fue una risa nerviosa, no una desmedida.
—¿Crees que así se sienta? —preguntó Mark sin mirar a Hyuck. —Ya sabes... ¿Así se sentirá cuando ellos se vayan?
—¿Por qué piensas en eso? —Haechan le observó. —Es que no se siente mal, ¿sabes? Confío en YoonOh, él dijo que los regresará después de un año, sé que lo hará, YoonOh es un dios, Sungchan es un dios, Chenle también lo es, nosotros somos humanos, no podemos interferir con su vida, nosotros... Nosotros ya hicimos lo que nos correspondía.
Ambos bajaron la mirada.
Mark mordió sus propios labios y observó a Haechan.
—Me siento menos solo contigo. —Dijo el mayor.
Probablemente Haechan se hubiera molestado diciendo algo como "sí, soy una distracción para tu soledad", o algo similar, pero por alguna extraña razón, llamadas "las flechas de Cupido", no fue la respuesta de Donghyuck.