Zeus mandó a "Cupido" a unir a un tal Lee Jeno, un profesor de Kinder, con su verdadero amor, para eso, CuPark se tendrá que convertir en algo que no quiere con la ayuda de Hades, logrando unir a varias parejas en el camino, menos a quien necesita...
—Chenle, escúchame bien.—La voz de Jeno se oyó del otro lado del auricular.— Los encontré.
—¿A quién? —Chenle bostezó mientras Jeno seguía hablando.
—A Mark y a Haechan.—Dijo Jeno.
Chenle abrió los ojos con sorpresa, ¿había escuchado bien?
—¿En dónde?—preguntó.—¿A los dos?
—Sí, Chenle, a los dos, ambos son mis alumnos de filosofía. Pero no son como...
—¡Prepara todo! Le diré a Jisung que nos transferiremos mañana.—Zhong sonrió al otro lado del teléfono.
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Chenle estaba feliz, feliz porque al fin estaba sucediendo, después de cientos de años al fin esos dos habían nacido en la misma época y en la misma ciudad. Era un milagro. Chenle había prometido que en cualquier vida los ayudaría a que se encontraran y a saber sobre sus sentimientos.
Entró con emoción al salón que había sido marcado, Jisung lo acompañaba con nerviosismo, Jaemin le había dicho que llegaran a su casa, pero Chenle insistió que llegaran directamente a la escuela, Jisung ya no peleaba contra Chenle, ya solo lo seguía, se había rendido.
Allí lo vio, Mark lucía igual a como siempre lo había hecho, sus cejas divertidas, sus pequeños dientes, su cabello alborotado, era un joven de 18 años, así que no esperaba nada de él, estaba sentado, hablaba con... ¿Quién era él? Chenle sabía que lo había visto en otras de sus vidas, pero no recordaba cómo se llamaba o en dónde lo había visto.
—Era el encargado de Dreamland, donde íbamos a jugar cuando éramos pequeños. —Jisung le susurró, sabía en qué pensaba Chenle sin necesidad de que éste lo dijera en voz alta.
—Uh, sí, papá siempre me dejaba con él cuando tenía que trabajar y no teníamos niñero.—sonrió con nostalgia.—Han pasado más de 100 años de eso, a veces lo olvido.
Jisung soltó una ligera risa. Ambos entraron y se quedaron parados al lado del escritorio del profesor, quien todavía no llegaba.
Fue cuando los ojos de Chenle dieron con los del moreno recién llegado. Donghyuck entró con un aura enojada, miró a Mark y luego al otro chico.
—Quítate, estás sentado al lado de Renjun, te dije que ese lugar era mío.—Hyuck le gritó a Mark.
Mark solo se rió. Se burló en la cara de Haechan y chasqueó la lengua.
—Y te dije que te perdieras, que ni Renjun ni yo te queríamos cerca, largo.—Mark fue serio.
—Renjun pudiste tenerlo todo y ¿en serio terminaste con un sujeto tan idiota como él? ¿Qué tiene él que no tenga yo? Porque padres no...
