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Soobin y Yeonjun nunca dejaron de mirarse. Ni siquiera cuando Soobin besó a una chica y Yeonjun a otra.

El olor a alcohol, cigarro y algo más los envolvía con suavidad y la música tenía sus oídos aturdidos. Era una fiesta en la que por mera casualidad ambos coincidieron, en la que por mera casualidad comenzaron a coquetear y en la que por mera casualidad ambos terminaron en la camioneta de Soobin.

Se conocían de la escuela; Soobin dio el discurso de despedida de su generación y Yeonjun era famoso por salir con varias chicas y ciertos rumores de que se había besado con su compañero de equipo de deporte.

Jamás se hablaron, sólo se miraban mutuamente pasar por los pasillos y uno fijaba sus ojos en el otro cuando hablaba con alguien. Pero esa noche en la que se encontraron no pudieron ignorar lo mucho que se atraían.

Eran tan opuestos como el blanco y negro, pero al besarse a escondidas en los baños descubrieron que combinaban igual de bien.

Mucho después de media noche subieron a la camioneta roja. No fijaron un rumbo, Soobin simplemente manejó, escuchando atentamente todo lo que Yeonjun tenía para decir.

Soobin pensó que Yeonjunㅡcon su cigarro, la luz de los faroles iluminándole la cara y hablando sobre todo lo que amaba y todo lo que odiaba con su personalidad tan brillante y explosivaㅡ, era uno de los espectánculos más fascinantes del mundo y siguió conduciendo hasta que amaneció.

ㅡ¿Y qué vamos a hacer ahora?ㅡpreguntó Yeonjun.

ㅡ¿Tienes más para contar?

A veces se quedaban en el apartamento de Yeonjun, otras se metían a cualquier negocio para hacer cualquier cosa, incluso iban a los bares a bailar y beber, jamás se perdían de vista.

La gente que hablaba no tardó en fijarse en ellos y los cuchilleos y susurros pasaron de boca en boca. No les importó mucho y siguieron besándose en los baños, detrás de las estanterías de la bibliotecas y en las gasolineras.

A Soobin no le molestó hasta el día en el que cenaban en un restaurante que encontraron por ahí, donde le tiranron la comida a Yeonjun y lo insultaron.

Recordaba vagamente haberse avalanzado contra ellos, haberlos golpeado, haber sido golpeado, pero los intentos de Yeonjun de separarlo y defenderlo quedarían grabados con tinta roja y morada de nitidez absoluta en su memoria.

Cuando despertó no se pudo ubicar muy bien. Había mucha luz y las cosas eran muy blancas. Tenía un brazo roto y el ojo derecho hinchado. Yeonjun no estaba por ningún lado.

La enfermera lo atendió con rapidez y 3 horas después estaba saliendo del hospital con una confusión y pesadez en la cabeza que no sabía si caminaba o flotaba.

Yeonjun estaba en la puerta de su camioneta, con un moretón en su mejilla y el celo fruncido. Soobin se sorprendio con la lágrima que le recorrió el rostro, porque nunca lo había visto llorar.

ㅡHey.

Yeonjun lo miró con sorpresa y con alivio antes de apagar su cigarro.

ㅡLa enfermera fue muy brusca y no me dejaron quedarme...

ㅡ¿Estás llorando?

ㅡClaro que noㅡpero en cuanto lo dijo le tembló el labio, se le aguaron los ojos y lo abrazó con fuerzaㅡ. Perdón, perdón, perdón.

ㅡNo fue tu culpa.

ㅡTe lastimaron.

ㅡNo me morí.

Yeonjun le pegó en el estómago con suavidad, pero se rió. Se subieron a la camioneta bajo la mirada de dos o tres mirones.

ㅡ¿A dónde?ㅡpreguntó Yeonjun en al volante.

ㅡA donde quieras.

La sonrisa cómplice lo dijo todo.

[...]
🐅

Quería escribir algo trágico, pero no me salió y vi una imagen de la pareja de skam france y terminé esto.

¿Qué les pareció?

Gracias por leer.

-Dan.

Drabbles 3 | SoojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora