Hilo rojo, líneas negras. // Miku Nakano x OC.

Reencuentro.

Shiro había despertado temprano, se había vestido con un Kimono azul, fue a un pequeño altar que estaba en la habitación, encendió un incienso y rezó. Luego dejó todo cerrado y se fue en dirección a la universidad. Hoy se supone que no tenía clases, pero había sido llamado por Riza a la compañía de la universidad.

Al llegar se encontró con una mujer de cabello castaño oscuro que llevaba un traje de dos piezas negro — Oh Kimura, que raro verte un día lunes en la mañana ¿Cómo estuvo el fin de semana? —

Shiro hizo una reverencia — Lo mismo digo Koyanagi - Sensei ¿No pudo dormir o continuó la fiesta hasta el día lunes? —

La mujer comenzó a reírse — Que buena respuesta, pero a veces incluso yo puedo ser responsable, había una chica buscándote, así que la envié a la compañía de teatro, está esperándote, así que ve de inmediato —. Al ver que Shiro hizo una reverencia y se iba a marchar Koyanagi aclaró su garganta — Por cierto... me llamaron para felicitarte, avanzaste a la semifinal del premio Edogawa Rampo, felicitaciones —.

Shiro se detuvo — Gracias... deberías dejar de inscribirme a esos concursos de literatura sin avisarme Koyanagi - Sensei, está bien que seas mi supervisora, pero al menos podría considerar discutir conmigo qué es lo que vas a inscribir —.

Koyanagi sacó un cigarrillo y comenzó a buscar el encendedor a tientas — Bueno, lo sé, pero eres demasiado reacio a participar en estas cosas y de verdad necesito motivarte con algo, al menos la visión de jueces estrictos puede ayudarte a descubrir nuevas formas de escritura, corregir errores y así —. Vio que Shiro le había acercado su encendedor, ella acercó el cigarro encendiéndolo para luego botar una bocanada de humo — La última historia que me enviaste ¿De dónde tomaste la referencia? —

Shiro guardó el encendedor — Eso da igual, hay cosas que es mejor que no se sepan e historias que es mejor que sean contadas de una u otra manera, aún tengo mucho que contar así que seguiré esforzándome, vaya a ver la obra de la compañía por favor, su sobrina va a brillar —.

Koyanagi se puso a mirar al frente — Si es que no tengo trabajo iré —.

Shiro continuó con su camino, supuso que la persona que podría estar esperándolo podría ser Miku, pero había otra persona esperando, tenía el cabello negro lustroso, una figura que solo se podría definir hermosa acompañada de un rostro delicado, ojos azules cristalinos — Ha pasado tiempo Kimura - Sama —. Dijo mientras hacía una pequeña reverencia.

Shiro perdió el aliento unos momentos — Taniguchi - San... —

Ella sonrió y fue corriendo a abrazarlo — Me hace feliz que me recuerdes —. Dijo mientras se hundía en el pecho de Shiro — Pensé que le iba a costar mucho más reconocerme —.

Shiro la apartó suavemente — Bueno, eres la única que me llama Kimura - Sama, lo otro es que tu voz no ha cambiado nada ¿Qué te trae por la universidad de Nagoya? —

Ella volvió a abrazarlo — Quería volver a verlo, han pasado muchos años —.

— ¿Shiro...? — Era la voz de Miku.

Shiro volteó a verla, aún con Taniguchi abrazándolo — Miku... buenos días —.

Miku llevaba una falda a cuadros, con un chaleco color crema, en sus manos traía una bolsa de papel — Buenos días... ¿Interrumpo algo? —

Shiro apartó con suavidad a la chica — No, solo me reencontré con una vieja conocida, permítanme presentarlas, ella es Taniguchi Miharu, una conocida de Tokio —. Luego señaló a Miku — Taniguchi - San, ella es Nakano Miku, una Kohai que conocí hace poco, compartimos el mismo gusto por la historia japonesa —.