Habían comenzado a besarse lentamente, esta vez Miku fue quien tomó la iniciativa se abrazaron sin detener los besos Miku se subió encima de Shiro — Es algo vergonzoso... —
Shiro posó su mano en la cintura de Miku — Si quieres podemos parar, no es necesario que te fuerces —.
Miku infló las mejillas — Nunca me tomas enserio... si hubiese querido parar no habría venido para empezar —. Se podía sentir un ligero temblor en su voz — N-no estoy asustada para nada —.
Shiro quería reír, pero se contuvo — Bueno, estoy en tus manos Miku —. Dijo en voz baja.
Miku cubrió su rostro — Lo siento... no sé que se hace en estos casos —.
— Eres adorable ¿Lo sabías? — Preguntó Shiro — No es que no te tome enserio, es que no quiero que apresures las cosas, hoy pude ver otra faceta bastante linda de ti y me doy por pagado —.
Miku a pesar de su vergüenza lucía determinada — N-no me vas a convencer diciendo cosas bonitas —.
Shiro la tomó con suavidad y la tendió sobre la cama quedando sobre ella — Te dije que una vez que empezáramos no podríamos parar —. Apartó el cabello del rostro de Miku dejando al descubierto su cuello para comenzar a besarlo, tenía un olor suave.
Miku al sentir los labios de Shiro pudo sentir como una corriente agradable se aferró a la espalda de él con sus manos. Deslizó con suavidad hasta llegar a la cintura de Shiro y comenzó a subirle la polera — Shiro... —
El ayudó a quitarse la prenda y la dejó caer — Ojalá el tiempo se detuviese en este instante... — Comenzaron a besarse nuevamente mientras con sus mano iba desabrochando lentamente los botones del pijama de Miku hasta llegar a la altura del pecho — ¿Quieres seguir? —
Miku estaba roja hasta las orejas, ni siquiera podía mirar a Shiro a los ojos, pero asintió débilmente — Sí, sigamos... — Dijo casi en un susurro — Pero ¿Podrías no mirar demasiado? mi cuerpo no es bonito y me da vergüenza que lo veas —.
Shiro tomó su mano — ¿Qué estás diciendo? Tienes un cuerpo muy bonito, no solo eso tu rostro también es bonito, tienes un montón de buenas características, deja de menospreciarte —. Dijo mientras le quitaba el pantalón dejando al descubierto sus piernas pálidas acompañadas de ropa interior rosa — No tienes nada de qué avergonzarte —. Dijo susurrándole al oído lo que provocó que se estremeciera.
Miku lo abrazó — Aunque me cueste, por esta noche voy a creer en tus palabras... — Ambos habían comenzado a besarse mientras sus lenguas se buscaban, se separó unos centímetros — Quiero que me toques... — Dijo en voz baja.
Continuaron mientras Shiro posaba su mano en uno de los senos de Miku, esto provocó que la respiración de ella se agitase, mientras el realizaba movimientos circulares, una vez pasó los dedos por el pezón Miku cubrió su boca dejando escapar un gemido, Shiro tenía una sonrisa engreída en su rostro, se acercó al oído de Miku — Trata de no hacer ruido o nos van a descubrir —. Susurró mientras comenzaba a besar el cuello de ella.
Miku estaba tratando de reprimirse — S-shiro... ¿Q-qué vas a...? — Preguntó cubriendo su boca, hasta que sintió la lengua de él en su seno mientras con la otra mano deslizaba su mano dentro de la ropa interior de Miku pasando sus dedos por la parte superior de su vagina lo que provocó que se estremeciera arqueando levemente la espalda — E-espera... — Dijo entre gemidos y susurros.
Pero lejos de detenerse, Shiro comenzó a juguetear con el pezón mientras los dedos entraban suavemente en el sexo de Miku, con lo sucedido anteriormente ella ya estaba mojada, pero al no tener nada de experiencia pensó que era algo malo. Quería objetar, pero ahora debido al placer que estaba sintiendo ni siquiera podía pensar con claridad, con el vaivén de los dedos de Shiro ella dejaba salir dulces gemidos en formas de susurro mientras solo podía limitarse a aferrarse a la espalda y cabeza con sus brazos pidiendo que no se detuviese de forma mental.
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Hilo rojo, líneas negras. // Miku Nakano x OC.
Fanfic"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romper". "Dicen que nuestra historia la escribimos nosotros mis...