~Pucherito 2~

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-¿Recordarás todo amor?

-Claro que si Yuzu, no te preocupes.

Javier y Yuzuru se encontraban en la central de autobuses, despidiéndose antes de que el autobús rentado saliera rumbo al bosque.

Yuzuru le había dado una enorme lista de consejos y recomendaciones para cuidar al bebé de mejillas suavecitas.

No lo dejes sólo.

No le des tanta azúcar.

No dejes que juegue con marcadores.

Claro que no habría más marcadores para Shoma, no después de lo sucedido con sus canciones.

La esperanza que había tenido en el USB también desapareció cuando reviso los archivos y solo había fotos y vídeos de y Shoma, obra de Yuzuru por supuesto.

Revisa su pañal cada hora.

Definitivamente haría eso porque no quería lidiar con un bebé apestosito y llorón.

Siempre ponle zapatos y calcetas.

No le des tantas galletas.

Besa sus mejillas antes de dormir.

Bañalo solo dos veces al día.

Su leche debe estar a temperatura ambiente.

Lleva siempre un chupete.

Manten cerca al señor conejo.

No dejes que se lleve nada a la boquita.

Nunca le quites la vista de encima ni sueltes su manito.

Vigilalo cuando este caminando.

Javier ni siquiera estaba seguro de haber entendido todo o de si esas eran todas las recomendaciones, pero mantendría a Shoma cerca todo el tiempo, claro que si.

Media hora después Yuzuru había subido al autobús sin que Shoma se diera cuenta, pues el bebé comenzaría a llorar si lo veía irse.

Javier lo vio alejarse y suspiro, esa iba a ser una semana entretenida.

Beso las mejillas de su bebé que seguía enfocado en quitarle la envoltura a una paleta y caminaron rumbo a la pequeña tienda que estaba dentro de la central, le puso crédito a su teléfono para hablar con stephane y se encaminó a la salida, afortunadamente Shoma iba bastante tranquilo recostado en su hombro.

Javier estaba a punto de salir de la central cuando un policía lo detuvo.

-Señor deténgase un momento por favor.

El pelinegro lo miró confuso pero se detuvo.

-Muestreme lo que lleva en su mochila.

Javier frunció el ceño.

¿Para que querría el policía ver los pañales de Shoma?

Se quito la mochila de los hombros aún con una mueca en la cara y se la paso al guardia.

-Aquí tiene.

Shoma se había removido en sus brazos, curioso por la situación.

El guardia abrió la mochila, que por cierto tenía medio cierre abierto, le dio una mirada y negó inmediatamente.

-Tendrá que acompañarme.

El ceño fruncido de Javier se hizo más notorio, estaba comenzando a enfadarse.

-¿Y como por qué o qué?

-Por la mercancía que intentaba robar señor.

¿¡Qué diablos!?

-¿De que demonios habla? Yo no he tomado ninguna mercancía.

Shoma dejó un besito con babita en la mejilla de su pálido padre, pues había visto a su papi hacerlo cuando su papá fruncía el ceño.

Sin embargo Javier estaba molesto e ignoro a su bebé que succionaba su mejilla derecha tratando de llamar su atención.

El policía le dio una mirada severa a Javier y le mostró la mochila abierta. y

-¿Y esto que significa señor?

El pelinegro abrió los ojos sorprendido.

Dentro de la mochila habían dulces, paletas y uno que otro pequeño auto de juguete.

-No sé como ha llegado eso ahí, debe haber un error yo no los puse.

-Eso dicen todos, acompañeme inmediatamente.

Javier asintió sintiendo la ansiedad recorriendo su cuerpo, en el mejor de los casos le harían pagar una multa, pero no estaba seguro de nada realmente.

Entraron a la oficina del guardia y alegaron durante varios minutos, Javier negaba rotundamente haber puesto esas golosinas dentro de la mochila, el sólo había ido para ponerle crédito a su teléfono, ni siquiera había recorrido la tienda, estuvo solamente en el mostrador.

Varios minutos después el guardia reviso las cámaras de seguridad y bueno, las cosas eran bastante curiosas...

Javier había entrado a la tienda con Shoma recostado en su hombro, se había acercado al mostrador y pedido el crédito para su teléfono, algunos minutos después el pelinegro sacó su billetera, pagó y salió de la tienda.

Pero eso no era todo lo que la cámara de seguridad había captado...

Justo cuando Javier se acercaba al mostrador, Shoma estiraba su manito hasta los dulces, pero no los alcanzaba lastimosamente todo se fue por la borda cuando Javierse movió un poco para sacar su billetera, en ese momento el bebé había estirado ambas manitos regordetas y había tomado todos los dulces en ellas. que cabían

En la grabación claramente se veía como Shoma se metía algunos a la boca con todo y envolturas, como guardaba otros dentro de su camisita y como metía más a la mochila que estaba entreabierta.

El pelinegro estaba impactado.

Su hijo, su hijito, su bolita de algodón esponjosa... ¡Se había robado los dulces!

El policía registro al bebé y efectivamente, había dulces en su ropita.

Dos horas más tarde Javier y Shoma salían de la central, después de haber pagado todos los dulces con el precio triplicado.

Yuzuru se acababa de ir y Javier ya estaba lamentando no haber metido a Shoma en el equipaje del nipón.

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Bueno espero les haya gustado.

un dia con papa  yuzuvier (adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora