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Pasitos torpes de bebé resonaban por el pasillo de la empresa en donde trabajaba Javier.
Con una risita y un par de tropiezos Shoma iba acercándose al elevador.
Javier doblo el pasillo y logró ver a su hijo justo cuando las puertas del elevador se estaban cerrando y Shoma ingresaba al interior.
-¡alina! ¡No lo dejes entrar!
La castaña levantó la mirada de su teléfono y miró sin entender a que se refería Javier hasta que unas manitas pequeñas se sujetaron de su pantalón.
Las puertas del elevador se cerraron bajo la atenta mirada de Javier y lo último que alcanzó a ver fue la risita con pocos dientes de Shoma.
Dentro del elevador, el bebé regordete se dejó caer sentado sobre el suelo mientras agitaba sus bracitos y reía divertido, él solamente estaba jugando con su papá.
Alina lo miró un momento y luego se agacho para quedar más a la altura del bebé.
Shoma abrazo fuerte el objeto entre sus manos, como si temiera que la rusa se lo quitara, y frunció su ceñito.
-¿Qué traes ahí cachetón?
-Mío mío.
Alina sonrió y tomó al bebé entre sus brazos aunque se removiera bruscamente para que lo bajara de nuevo.
Shoma estampó su diminuta mano en la boca de Alina para empujarse hacia atrás.
-No no. No Papá.
-Ya sé que no soy tu papá, afortunadamente, solo voy a devolverte.
Shoma siguió moviéndose con fuerza hasta que Alina sacó de su bolsillo una cajita de chicles y se los mostró, los ojitos del bebé brillaron llenos de curiosidad y abrió su boquita esperando el dulce. Alina estuvo a punto de dárselo hasta que su mirada capto la otra manito de Shoma que abrazaba un zapato sin intención de soltarlo.
-¿Por qué traes un zapato?
-Papá.
-¿Así que dejaste al siempre formal y bien vestido hombre de negocios sin zapatos?Shoma rió y abrazo el zapato con ambas manos.
Media hora atrás Javier y Shoma estaban en la oficina del Min mayor,
habían reportes que terminar antes de la reunión.
Javier le había dado a su pequeño hijo su feo y viejo conejo de peluche para mantenerlo quieto, había funcionado, por alrededor de diez minutos.
Shoma recorrió la oficina gateando en busca de algo interesante, terminó bajo el escritorio de Javier, más específicamente jugando con los cordones de sus zapatos.
A Javier no pareció importarle, le dedico una rápida mirada a su hijo y lo vio muy entretenido, así que pensó que podría terminar sus reportes, todo estaba saliendo bien hasta que el pelinegro mayor sintió como su zapato se deslizaba de su pie izquierdo dejándolo solo con el calcetín.
Bajo la mirada y vio a Shoma fruncir el ceño mientras intentaba ponerselo en su pequeñísimo pie, el español estaba seguro de que en uno de sus zapatos entraban ambos piecesitos de Shoma y aún quedaba un gran espacio como para los de Yuzuru.
Alina había llegado a dejarle un pendrive para guardar la información y había salido tan rápido como entró, pero no cerró correctamente la puerta y Shoma escapo con el zapato de su progenitor apenas tuvo oportunidad.
Lo que siguió después fue un Shoma corriendo lo más rápido que sus cortas piernitas le permitían detrás de Alina y un Javier corriendo detrás de su bebé para recuperar su zapato y a su hijo.
El elevador terminó de llegar del piso cinco en donde estaba la oficina de Javier, hasta el piso siete, que sería el lugar de la reunión.
Alina salió con el bebé en brazos y se encontró frente a un jadeante Javier recargado a un costado de las escaleras.
¿Acaso había subido dos pisos corriendo?
-Da-Dame a Shoma.
Hablo el pelinegro recuperando el aliento.
Shoma salto emocionado en los brazos de la rusa y soltó una risita adorable.
-¡Papá!
Estiro sus bracitos hacia su padre, aún con el zapato de Javier en su pequeña manito, sonrió cuando fue sujetado entre los brazos de su padre y dejó babita por toda la mejilla del mayor.
Alina ingreso a la sala y Javier se acercó a la ventana para tomar aire, a la vez que besaba las esponjositas mejillas de su bebé regordete.
Al menos llevaba el pendrive consigo, pues la reunión estaba a punto de empezar, solamente tendría que ponerse el zapato y listo.
Quiso dar un paso hacia las sillas en el pasillo pero las manitos de Shoma aferradas a la ventana no lo dejaron, a como pudo lo despego y se sentó en una silla, alzó a su bebé y lo reviso provocandole risitas.
¿En donde tenía Shoma su zapato?
Paseo la vista por el pasillo y no había absolutamente nada, un click llegó a su mente y se levantó apresurado negando y rogando por estar equivocado.
Se acercó de nuevo a la ventana y se asomo con cuidado bajo la atenta mirada de su bebé.
-Cielito dime que no.
La voz de Javier salió como una suplica, Shoma llevó sus manitos hasta su pequeña boquita y simplemente...-Papá oh oh.
Javier quiso llorar, sabía lo que eso significaba.
Su zapato estaba siete pisos abajo, tirado en la calle.
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He actualizado después de 3 o 4 meses no recuerdo,
Hemos llegado a las 10.8k lecturas muchas gracias.
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un dia con papa yuzuvier (adaptacion)
Fanfiction:-\Esta adaptación de una historia de @cute_min. Así que todos los créditos a ella.:-\ ♤♤♤Estoy autorizada para a ser en versión yuzuvier.