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Un molesto bebé Shoma que se aferraba a los barrotes de su cuna, era de mañana y el necesitaba con mucha urgencia llenar su pancita regordeta.
Se había levantado hacia aproximadamente una hora atrás, había estado jugando con el señor conejo mientras esperaba que su papá llegara por él y le diera un enorme biberón con chocolate, de ese que su papi le prohibía.
Pero su pálido padre simplemente no llegaba, y su pancita estaba haciendo ruiditos extraños.
¡Quería leche con chocolate y galletas de
vainilla!Aunque no tuviera suficientes dientes para morderlas, le encantaba mojarlas de babita para sentir el dulce sabor.
Con el ceñito fruncido, se acercó a una esquina de la cuna en donde había varios peluches uno encima de otro, formando una especie de montaña, subió su piecito regordete en la montaña de peluches y estirándose logró alcanzar el broche con el que mantenían la cuna cerrada.
La parte frontal de la cuna se abrió luego de un forcejeo por parte del bebé hambriento y Shoma rodó con todos los peluches aferrándose al señor conejo, afortunadamente el piso de su habitación tenía un alfombrado especial de goma y no le pasó nada.
Una vez fuera de la cuna corrió directamente a la habitación del frente, las puertas de las habitaciones acostumbraban a dejarlas abiertas, para escuchar con más facilidad a Shoma.
Un Javier dormido entre la comodidad de su cama fue lo único que Shoma alcanzó a ver una vez se puso de puntitas sobre el borde.
-Papá papá amm.
La vocecita de su bebé fue tan ligera para el pesado sueño del español, que ni siquiera se inmutó.
-Paaaa ammm.
El pelinegro mayor se dio la vuelta cuando sintió unos diminutos deditos rozarle la nariz.
Shoma gimoteo y gateando se dio la vuelta hasta la otra orilla de la cama, aferrándose a las sabanas, trepó hasta quedar sentado frente a la cara de Javier.
-Papá amm.
Las manitos del bebé se apretaron en las mejillas de Javier sin ningún indicio de buenos resultados.
Sus ojitos se llenaron de lágrimas y estaba a punto de llorar como si la vida se le fuera en ello, hasta que giró su cabecita topándose con la pequeña lámpara y algunas libretas, el hambre se le olvidó por un momento al ver los marcadores de colores sobre una carpeta.
Varios minutos después, Javier sentía que le hormigueaba el rostro, frunció el ceño y se pasó la mano tratando de ahuyentar la sensación.
Escucho leves balbuceos y poco a poco abrió los ojos, Shoma estaba jugando con los marcadores, las sabanas de su cama estaban todas pintadas, tuvo deseos de cerrar los ojos nuevamente hasta que de pronto sintió como todo el sueño y la pesadez se iban de su cuerpo.
¡Él había dejado a Shoma en su cuna la
noche anterior! ¿¡Como se suponía que estaba ahí sobre su cama?!Se sentó de golpe tomando a Shimq en brazos para comprobar que no estaba soñando, el bebé se retorció intentando tomar los marcadores que había soltado
-Shoma ¿qué haces aquí?
-¡Papá!
-Hey bodoquito, te estoy hablando.
Shoma giro a su bebé sobre su regazo, cuando enfocó la mirada en sus regordetas y esponjosas mejillas, soltó una sonora carcajada que hizo reír a su pequeño hijo sin saber el verdadero motivo.
Shoma se había pasado los marcadores por su carita llenándola de tinta, se veía bastante gracioso a los ojos de Javier.
Sin embargo su risa disminuyó notoriamente al ver las sabanas llenas de rayones por todos lados.
Definitivamente tendría que lavarlas.
-Papá amm.
Shoma se llevó las manitos hasta su pequeña boquita para succionarlos.
-¿Amm?
-Amm amm.
Javier frunció levemente el ceño tratando de recordar.
-Amm... ¿Qué significaba amm?
Los gimoteos de Shomq se hicieron notar en cuanto su pancita volvió a rugir exigiendo comida.
-Ah claro, comida.
Javier se levanto de la cama con Shoma en brazos, salió de la habitación y se asomó a la del bebé, el desastre que vio allí le hizo suspirar y negar con la cabeza, no le sorprendía el hecho de que Shoma había escapado, su hijo aveces era demasiado listo para su corta edad.
Llegaron a la cocina y el español abrió el refrigerador dispuesto a preparar un enorme biberón de leche para su hijito, pero para su desgracia, no había rastros de leche alguna.
Con toda la pesadez que su cuerpo podía soportar, limpio la carita de su hijo y salieron rumbo a la tienda más cercana, a Javier le parecía extraño que la gente lo mirará tanto, sabía que llevaba puesta la pijama bajo su abrigo, pero no era para tanto.
Es decir, Javier sabía que él y su pequeño bebé eran muy guapos pero las miradas que les daban eran bastante incomodas.
Una vez hubieron regresado y Javier estuvo alimentado a su bebé glotón, tomó las sabanas de la cama para ir a lavarlas, se acercó al lavamanos y en cuanto sus rasgados ojos hicieron contacto con el espejo, supo la razón de todas las miradas fijas en su persona.
Shoma había hecho una muy colorida y llamativa obra de arte abstracta sobre su rostro.
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un dia con papa yuzuvier (adaptacion)
Fanfiction:-\Esta adaptación de una historia de @cute_min. Así que todos los créditos a ella.:-\ ♤♤♤Estoy autorizada para a ser en versión yuzuvier.