~PUCHERITO 10~

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Eran más o menos las diez quince cuando Yuzuru iba camino a su pequeño hogar. Su día había sido bastante agotador, teniendo que pasar horas sentado en una oficina hablando sobre la mejor opción para la academia de patinaje y otras más en práctica para maestros. Sentía sus piernas temblar, pero llegar y tener a su pequeñito en brazos y poder besar los delgados labios de su querido Javier , lo habían hecho resistir hasta el final del día. Se preguntaba ¿cómo le habría ido el día a Javier con Shoma? Su bebé era un amor de personita, siempre adorable y curioso, tenía que ponerle mucha atención pero ya se había acostumbrado a manejarlo. Llego a la puerta de su departamento y la abrió con cuidado, quizá a esa hora Shoma ya estaría durmiendo, y no quería despertar a su angelito.

Cuando por fin se adentro por completo a la sala, se quedó sin palabras, no sabía que momento. debía decir o sentir en ese

Shoma estaba debajo de la mesa, aferrado a una de las patas mientras Javier trataba de sacarlo jalando un listón que estaba amarrado a su torso y que parecía unirlo con su hijo.

¿Qué rayos estaba pasando con sus dos amores?

Yuzuru camino hasta estar más a la vista, aunque los dos pelinegros parecían bastante metidos en su discusión padre e hijo y ninguno lo había notado.

Javier casi le rogaba a Shoma para que se soltara de la mesa y el bebé regordete se aferraba con más fuerza soltando gimoteos y pequeños no.

-¿Javi?-la voz del nipón salió suave llamando la atención de los dos pelinegros.

Inmediatamente Shoma y Javier giraron hasta enfocar a Yuzuru, el mayor le sonrió y estaba dispuesto a hablar hasta que su bebé lo atacó accidentalmente, una vez más.

Shoma vio a su papi Yuzuru, agitó sus manitas soltando una risita adorable y se despego de la pata de la mesa para intentar correr hasta los brazos de su padre con mejillas esponjositas como las suyas.

Lamentablemente para Javier, en el momento en que su hijo corrió a los brazos de Yuzuru el listón se tenso y lo jalo fácilmente al estar distraído, provocando que su entrepierna sufriera un fuerte y certero golpe con la esquina de la mesa.

Javier jadeo del dolor, abriendo los ojos lo más que pudo y doblándose sobre la mesa para tratar de sobrellevar el momento.

Shoma quedó con los bracitos estirados hacia Yuzuru en medio del camino, pues aún seguía unido a su papá Javier.

Y Yuzuru sólo pudo llevar sus manos
hasta su labios, sin duda estaba sorprendido y se sentía mal por Javier, pero estaba seguro de que Shoma no lo había hecho a propósito.

Camino rápido hasta el bebé y le desató el listón, lo cargo en uno de sus brazos apoyándolo en su cadera y fue hasta donde Javier estaba soltando lágrimas de dolor, lo ayudó a sentarse y corrió a la cocina en busca de una bolsa de hielo.

-Ten cielo, te ayudará con el dolor — Yuzuru le ayudó a poner la bolsa una vez regreso de la cocina.

Con dificultad, Javier logró ponerla, no sin soltar maldiciones en el proceso, pero no fue buena idea porque...

-¡Javier! deja de hablar así, el bebé puede oírte.

Shoma sólo sonrió chupando su dedito pulgar y recostó su cabecita en el pecho del nipón.

-Papi papi-el bebé restregaba su pequeña nariz de botón sobre el cuello del nipón

-¿Mmh? ¿Qué pasa mi amor, me extrañaste?

Yuzuru se fue a sentar al uno de los sofás con su hijo en su regazo para llenarlo de mimos, los dos se sumieron en u burbuja de amor y risitas.

Shoma era un bebé completamente diferente, no había ceñitos fruncidos ni pucheritos de molestia, era solo risas y besitos para su papá Yuzuru.

Javier apenas y podía respirar como era debido, pero pudo apreciar la tierna escena que estaban armando las dos personas más importantes de su vida.

En ocasiones como esas, en las que su pareja y su hijo se sumían en su burbuja personal, recordaba el pasado y un sin fin de emociones tanto dulces como amargas lo atacaban.

Pero aún así con todas las travesuras que su hijo pudiera hacerle, no había ni un solo segundo en el que si quiera pensara en dejar de amarlos, ellos

-Hace un rato no te quise preguntar pero ¿que sucedió con tu mejilla?

Javier tenía un moretón en su mejilla izquierda, regalo de Shoma al quererle poner los zapatos.

-Nada realmente impresionante, pero sabes yo creo que cuando Shoma sea más grande debemos meterlo a clases de artes marciales.

El nipón lo miro con duda pero prefirió no decir nada.

Una vez que estuvieron acostados entre las cómodas sabanas de su cama, Yuzuru decidió que era un buen momento.

-Entonces amor. ¿Te gustó pasar el día con Shoma?

-Por supuesto, creo que no habíamos pasado tanto tiempo juntos desde que nació, deberíamos tener más convivencia padre e hijo.

-Genial porque tendremos un pequeño campamento de una semana en el bosque dentro de unos días, y es
un lugar peligroso para Shoma, así que tendrás que cuidarlo mi amor.

El español jadeo asustado.

¿Cuidar a Shoma Fernández  por una semana?!

¡Si con trabajo y había podido sobrevivir a un día!

Definitivamente iba a terminar muerto en el intento, no había manera en la que el pudiera controlar a su hijo por tanto tiempo.

Se mordió los labios tratando de no llorar, la semana que se aproximaba, iba a ser una tortura lenta y larga.

🌌

Bueno pues la primera parte de esta  historia ha llegado a su fin

Bueno como les gustaría que este

Ponga un separador para poner la 2 parte aquí mismo  

O

Lo hago un nuevo libro

Bueno chicas o chicos cuidense mucho tomen agua,póngase el cubre bocas al salir y lavarse muy bien las manos.

Y si alguien de Colombia lee la historia espero se encuentre bien y que cuide mucho si va a ir a protestar.

un dia con papa  yuzuvier (adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora