~PUCHERITO 4~

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El pánico invadía cada milímetro el Español, hace menos de 2 minutos su bebe había estado justo frente a sus ojos y ahora, nada.

Después de salir del supermercado a Javier le pareció excelente idea ir a comer en algún lugar de comida rápida, a su bebe le gustaba estirar el queso de las pizzas así que una pizzería fue una mejor opción, todo estaba normal, llegaron y pidió su orden, el lugar era amplio, la temperatura era calida y contaba con un área especial de juegos.

Javier había sentado al pequeño Shoma en una de las sillas especiales para bebes, había ido a cambiar su bebida y cuando regreso a su mesa el pequeño Shoma ya no estaba.

La desesperación y el pánico se apoderaron de el, quien corrió hasta la puerta principal casi gritándole al guardia si no había visto salir a alguien con su bebe, por supuesto le había enseñado una foto también y su adorable Ángel no dejaba que nadie que nadie aparte de sus padres y sus tíos lo tomaran en brazos, cada que un extraño se acercaba, Shoma lloraba y lanzaba mordidas al aire con sus pequeños 2 dientes.

Habia recorrido el local preguntando por su bebe, incluso a los que estaban recibiendo las ordenes pero nada, nadie lo había visto, su pecho se oprimía de solo pensar en algo le podría haber pasado, y estaba apunto de romper en llanto pero el sonido de su teléfono lo desconcertó, y sin fijarse aver quien llamaba contesto.

-Hola cielo ¿Que tal va todo?

La voz de Yuzuru al otro lado de la línea lo hizo tensar.

¿Cómo le diría a su esposo que había perdido al bebe?

-¿Javi?
-Hola cariño-la voz del Español salio sin animos-¿Que pasa?
-Solo quería saber como va todo ¿Shomita te esta dando problemas?
Te noto raro
-Y-Yuzuru, Shoma- su voz se estaba quebrando-
-¿Javier?¿Que pasa con mi bebe?-el tono preocupado se dejo escuchar claramente-.

Javier estaba apunto de decirle a Yuzuru que había perdido a su hijo, cuando un par de zapatitos con dibujos de wini pooh inconfundibles se dejaron ver en un juego en el área para niños, ni siquiera lo pensó y salió corriendo en dirección al pozo de pelotas para llegar del lado en el que se encontraba la dichosa casa de plastico.

-Javier¡¿Que sucede con mi hijo?!-el grito de Yuzuru a través de la línea hizo recordar a Javier que no habia colgado la llamada-.
-Mi amor no te preocupes,Shoma esta bien, esta jugando.

Javier se adentro en el pozo de pelotas en el que estaban jugando los niños, las miradas curiosas no se hicieron esperar pero no podrían importarle menos, el iría por su bebe quien por suerte seguía en el mismo lugar, cuando Javier estuvo mas cerca de Shoma pudo notar el porque no salia corriendo,su hijo, su pequeño pedazo de cielo y el fruto de su amor con Yuzuru estaba atascado en un pequeño orificio que simulaba ver la ventana de la casa plástica,

¡Su bebe estaba atorado porque era demasiado grande para pasar por esa diminuta ventana!

-¡señor no puede estar ahí, es un área para niños!

-¡Mi bebe esta atorado ahí!
-¡Javier Fernández!¡Explícame ahora mismo! ¡¿Como es que mi bebe esta atorado?!-Yuzuru estaba furioso por su tono de voz lo decía todo-.
-Escucha, lindo, Shoma esta bien, yo estoy bien, ambos te amamos nos vemos en casa,suerte

Sin esperar respuesta por parte de Yuzuru, Javier termino la llamada y corrió lo que le faltaba para llegar con su bebe, el cual le miraba con una enorme sonrisa a pesar de que no se podía mover mucho.

El empleado que le había dicho a Javier que saliera del pozo de pelotas, se acerco hasta el y al ver la situación, no dudo en atudarlo, sin embargo nada parecía funcionar y el bebe se retorcía entre risitas por la cosquillas que le causaban.

Estuvieron al rededor de 30 minutos tratando de sacar a Shoma de aquel juego, sin ningún éxito incluso un empleado mas se había sumado para ayudar, pero nada funciona, y no tuvieron otra opción que llamar al gerente para que pidiera desmantelar la pequeña casa y de esa forma liberar a Shoma.

Al final, ni siquiera habían comido en el ligar y Javier había tenido que pagar por la casa de juguete que ya no se podía volver a armar y por supuesto las llamadas incontables de su esposo, probablemente no serviría la caja de preservativos que había comprado.

-Shoma hijo mio, porque te metiste en la ventana de juguete.

Shoma ni siquiera se molesto en responder con sus típicos balbuceos, iba en su sillita de bebe, muy ocupado chupando una paleta.

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un dia con papa  yuzuvier (adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora