~Pucherito 4~

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-Bueno cosita esponjosa iremos a la oficina ¿tienes listo tu traje de empresario?

Javier estaba en su habitación frente al espejo arreglando su camisa blanca, era martes y ya debía ir a su trabajo,  stephane le había dejado faltar el lunes pero ya no más pues tendrían una junta importante y como era uno de los  accionistas, necesitaban de su presencia en la reunión.

Afortunadamente el edificio contaba con una estancia infantil para los padres que no podían dejar en casa a sus hijos, y Shoma pasaría el día en ese lugar, al menos el español tendría un respiro.

El pelinegro buscó entre los montones de ropita diminuta el traje de oficina que johnny le había regalado a su bebé, debido a que irían a la empresa ambos Fernández necesitaban estar presentables.

Pero Shoma seguía en la cama, llevándose su regordete y pequeño pie hasta la boquita, para morder la calceta y jalarla con intenciones de quitársela.

Shoma sabía que si tenía calcetas tendría zapatos, y el odiaba los zapatos.

Le gustaba ver sus pequeños deditos
moverse.

Las únicas calcetas que aceptaba usar eran unas pequeñas amarillas con el dibujo de Winnie Pooh, pues en la mente infantil de JiHoon, el patito le recordava a su papi Yuzuru.

Pero su el español le había puesto unas feas y aburridas calcetas grises, por eso estaba tratando de deshacerse de ellas.

El pequeño observo a su padre, quien estaba muy ocupado tratando de abotonar las mangas de su camisa, rodó por la cama hasta el borde y se sostuvo fuerte de las sabanas, bajo sus piernitas apenas rozando el suelo y se soltó.

Una vez estuvo firme en el suelo, corrió escapando de la habitación lo más rápido que sus cortas piernitas de bebé le permitían.

Javier estaba tan concentrado en su camisa, que ni siquiera noto que Shoma ya no se encontraba sobre la cama y que estaba hablando solo.

Algunos minutos después el pelinegro levantó la vista de sus brazos y se giró para ver a Shoma quien se supone, debería haber estado sobre la cama.

Javier reviso paseo la mirada por el lugar esperando encontrar a su bebé en alguna parte de la habitación pero no lo logró.

La casa estaba relativamente silenciosa y eso era preocupante, considerando que su pequeño ángel era muy ruidoso al jugar, corrió a la cocina y revisó todo el lugar temiendo encontrar al bebé en el refrigerador nuevamente, pero Shoma no se encontraba ahí.

El español se estaba desesperando, corrió a la habitación de su pequeño y la canasta de juguetes se encontraba desordenada, pasó la vista por todos los juguetes en el suelo y justo al captar que faltaban los patitos de hule, corrió directamente al baño.

¿Como no se le había ocurrido antes?

Al llegar al baño la puerta estaba semiabierta y por debajo estaba saliendo agua, Javier sintió como la sangre se le helaba, por su mente estaban pasando miles de escenarios en donde su bebé flotaba frío en la bañera.

Con el corazón a punto de salir disparado de su pecho, empujó suavemente la puerta con un ojo cerrado temiendo ver el interior.

Un chapoteo y un balbuceo seguido de un cuak sonó en el baño.

Javier abrió los ojos y suspiro aliviado de ver a su pequeño hijo a salvo, sin embargo al ver la escena completa, su corazón se detuvo nuevamente.

Shoma estaba sentado en medio del baño sobre un gran charco de agua, rodeado de patitos de hule mientras jugaba, el agua salía desde el lavamanos llenando toda la habitación, una calcetita estaba flotando en el lavamanos y otra estaba a medio piecito del bebé.

Javier llevó sus manos a su rostro, se mordió los labios, cerró la llave de agua y tomó a Shoma en brazos para ir a buscar con que secar todo el desastre.

Shoma lleno de babita la mejilla de Javier, sonriendo ante su aventura balbuceo con las pocas palabras entendibles que sabía y señaló su regordete piecito.

-Papá papá, no caceta, no no.

El pelinegro frunció el ceño mirándolo. ¿Toda la piscina interior por no usar calcetas?

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un dia con papa  yuzuvier (adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora