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“detén el tiempo en tus manos
Haz esta noche perpetua
Para que nunca se vaya de mí
Para que nunca amanezca"

 
[Raquel]
 
Estaba preparando todo, en especial los últimos detalles, hoy era la primera vez que Alicia venía a casa. La primera vez después de tanto tiempo, y esta vez siendo la mujer que más feliz me hacía. Lleve el postre en la heladera, ese postre que hizo que nuestros caminos se cruzaran.
Recorrí toda la casa chequeando que todo estará en orden. En ese momento  mi móvil sonó.
-hola mamá, como estas, ya has llegado? Pregunte. A mi madre le había surgido un viaje de trabajo y estaría dos días fuera de la ciudad.
-si hija ya he llegado, vos estas bien? Pregunto
-si mamá. No te preocupes por mi estaré bien, volví a contestar
-vale hija, cuídate, tengo que entrar en la primera reunión, te llamo mañana. Te quiero. Dijo y colgó la llamada. Ahora si esta todo más que bien, me dije y largue un suspiro.
Dos golpes en la puerta se hicieron presentes,  baje como un rayo de luz las escaleras.
-hola, dije agitada tras en mis rostro reflejar una sonrisa.
-hola cariño contesto con otra sonrisa
-pasa, volví a decir, dando lugar para que pueda entrar. No es por presumir pero te he preparado una delicia, dije una vez en la cocina.
-ah sí? Pregunto sorprendida. Se acercó a mí y me rodeo con sus brazos
-te extrañe, susurre. Llevo sus manos a mi mejilla y dejo un corto beso en mis labios. Cerré los ojos disfrutándolo aún más.
-creo que se nota que yo a ti, contesto a escasos centímetros de mis labios.
 Termine de preparar la mesa y serví la comida
-hice una de mis especialidades, dije sirviendo. Había preparado pastas rellenas con salsa blanca. No eran mis especialidades, no las sabía hacer, pero debía intentarlo era la comida favorita de Alicia.
-mis favoritas, dijo algo picara
-ah sí? Pregunte irónica

Terminamos de cenar y fuimos a la sala.
-recuerdas la primera vez que viniste a cenar a casa? Pregunte
-claro cariño como olvidarlo, dijo en un tono suave.
-bueno pues he preparado nuestro postre, porque si lo es, voy a buscarlo, culmine diciendo y volví a la cocina, cogí el postre y volví donde estaba Alicia. Me senté junto a ella y le señale la cuchara. Sonrió sin quitarme la vista. 

El tiempo parecía detenerse cuando estaba con Alicia, y se sentía tan bien, volver a tenerla conmigo, volver a tener sus besos, sus carisias, su sonrisa, volverla a tener toda para mi.
-Raquel. Dijo sacándome de mis pensamientos. La mire mientras que de su cartera sacaba una pequeña caja negra. Yo sé que nada remediara el tiempo que no comparto contigo, y ayer fue uno de ellos y no estuve presente, siguió hablando, su voz esta vez comenzó a entrecortarse, pero antes de que siga la interrumpí.
-pecas, lleve mis manos a su mejilla y la acaricie. No tienes por qué ponerte mal, aparte ya lo habíamos hablado.
-lo sé pero de todas  formas me gustaría estar más presente en tu vida. Contesto, esto no es nada, pero quiero que lo lleves cada vez que no pueda estar contigo y si lo llevas estaré, aunque no en persona como me gustaría. Abrió la pequeña caja dejándose ver un brillante collar de perlas y pequeños diamantes.
-woow, fue lo primero que salió de mi boca. Alicia
-me permites? Pregunto mientras hacía seña para ponérmelo. Gire y quite mi cabello, dejando mi cuello libre. Lo coloco y dejo un suave beso cerca de mi oreja. Volví a girar y la mire
-gracias, dije mientras cogía sus manos, Alicia es precioso
-tú lo eres, contesto. Me acerque y uní  mis labios con los suyos. Un beso que se iba transformando en un beso lleno deseo y pasión.
-te quedas a dormir conmigo? Pregunte separándome apenas con la respiración agitada. Mi madre no estará aquí hasta mañana a la noche volvía decir antes de que ella pueda hablar.
-sí, respondió, también con la respiración agitada. 
-sí que pecas, bromee.
-si me quedo a dormir con vos mi amor. Volvió a decir.  Volví a juntar mis labios con los suyos.

 
Subimos a mi habitación, sin cortar el beso disfrutándonos, deseándonos cada vez más. Cerré la puerta y suavemente la empuje en mi cama haciéndola caer, sonrió levemente; me acerque y comencé a besar su cuello, mientras desprendía su camisa. La  quiete y deje caer en el suelo. Ella hizo lo mismo.

Me beso cada parte de mi cuerpo, haciéndola desear, jugaba, provocándome. Hasta que gire y quede sobre ella, recorrí todo su cuerpo hasta quedarme en su pecho, mi lengua jugaba con uno de ellos, mientras mi mis dedos se introducían en ella, haciendo jadear. En cada envestida que daba  arqueaba su espalda sintiéndome así más dentro suyo. Sus músculos empezaron a tensarse, entonces introduje un tercer dedo y comencé a envestirla más rápido, hasta que llego al orgasmo.

 
Habíamos hecho el amor incontables veces. Me acosté sobre su pecho sintiendo aun su respiración agitada, junto a los latidos de su corazón, la mire, lleve mi mano a su mejilla y susurre en sus labios
-te amo.
-te amo…

•Eres la persona correcta en el momento equivocado•//RaliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora