1 : Lunes de guardia

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ACLARACIONES INICIALES

-Historia que volveré a subir (la tenia en otra cuenta).

-Colores de cabello, ojos, personalidades, etc. no importa.

-Mención a otros ships (Michaeng, Namo, Jenlisa, Chaesoo).

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Capítulo 1: Lunes de guardia

Suspiró mientras se llevaba el pequeño vaso plástico a los labios. Su garganta, sin perder tiempo, le dio la bienvenida al oscuro líquido que, con su dulzor, la hizo abrir un poco los ojos. Al menos ese diminuto vaso de café haría que se mantuviera fresca como una lechuga hasta el cambio de guardia, donde, luego de más de un día completo de andar de un lado a otro suturando heridas, remendando huesos y salvando vidas podía llegar a casa y darle a su cuerpo un poco de descanso.

Descanso, vaya que lo necesitaba.

Aprovecho los pocos minutos de tranquilidad que le proporcionaba la madrugada para revisar su teléfono. Antes de que las luces de la pantalla se encendieran un rostro pálido le devolvió la mirada a través del reflejo. Sus cálidos ojos borgoña, que intentaban no lucir tan apagados, eran bordeados por unas considerables ojeras producto del cansancio, mientras que algunos pocos mechones de cabello rubio, amarrado en una coleta, rodeaban sus delicadas facciones.

Su teléfono celular vibró momentáneamente, revelando la entrada de un mensaje que, rápidamente se apresuró a revisar.

"Hey Sana, no te duermas"

No pudo evitar sonreír. Momo, la otra traumatóloga que tomaría la guardia esta vez ya debería estarse preparando mentalmente para la agotadora jornada de trabajo que le esperaba. También, sus años de camaradería le debieron de recordar que, apenas faltando un poco más de tres horas para el cambio de guardia, Sana se encontraba más entre los brazos de Morfeo que en sus cinco sentidos.

Aun así, Sana se sorprendía del aguante que había tenido esta vez. Las emergencias de esa noche no habían sido numerosas para su especialidad, sin embargo, tuvo un caso muy particular en donde tuvo que inmovilizar el brazo de una chica completamente ebria que venía de una fiesta y, desorientada por el alcohol, cayó al suelo apoyándose en uno de sus brazos para amortiguar la caída.

El alcohol hacía que la gente cometiera idioteces, y, sobre todo, que olvidaran lo mucho que dolía una fractura, por más pequeña que fuese. Fue así como Sana, apenas cinco minutos después de haber suturado una fea herida en la pierna de un lesionado por un accidente en moto tuvo que intentar calmar a un montón de niñatos ebrios, que intentaban sacar de todo un chiste en plena sala de espera de emergencia, mientras ella hacía todo lo posible por mantener a la chica quieta.

Gruñó por lo bajo. Seguro Momo se hubiese destornillado de la risa al ver esa escena.

Despejó su mente de otros pensamientos y se levantó de la silla plegable en la que estaba sentada, en una esquina de la cafetería, y se dirigió a la puerta, que se abrió antes de llegar a tomar el pomo.

Si su noche había sido difícil, ahora comenzaba a ser particularmente mala.

Un joven doctor de ojos verdes le devolvía la mirada, sonriéndole galantemente, mientras tomaba de la mano a una de las enfermeras que iniciaba prácticas en el hospital. Con un gesto en la cabeza permitió que la chica se adelantara, mientras él se quedaba en la puerta, mirando intensamente a Sana.

- - Doctora Sana – dijo suavemente – Un placer coincidir con usted en esta guardia.

- - Kang – contestó cortésmente Sana, a manera de saludo – No sabía que estabas de guardia hoy en la noche.

You are my sickness - SahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora