Lost in Love ━━ [En curso] 《8》

Capítulo II

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La causa: IQ
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—¿Estás seguro de lo que me dices, Índigo? —Le preguntó Shiki al mencionado.

Estaban sentados en unos sillones blancos. Se encontraban en una especie de invernadero donde había una piscina alargada y muchas plantas en los alrededores. También se apreciaba árboles y juegos donde (Tn) solía jugar cuando era una niña. Era esa área donde la mirada de Shiki permanecía fija.

—Desafortunadamente, sí. Los últimos experimentos fallaron y aceleraron el proceso de reversión. Por desgracia los niveles de IQ han sobrepasado el límite de lo tolerable en el cuerpo de la señorita. Lo siento, Shiki-sama.

—¿Cuánto? —Inquirió, sin dejar de ver el columpio al fondo.

—¿Eh?

—¿Cuánto tiempo le queda a mi hija?

—Puede que no sobreviva la noche —dijo algo apesadumbrado. Miró a Shiki poniéndose de pie.

—¿Está despierta ya?

—No. —Se puso de pie—. Duerme.

—De acuerdo —murmuró antes de comenzar a alejarse—. Encárgate de reunir a los hombres.

—¿Sigue en pie lo de...

—Claro. —Le respondió de espaldas, mientras caminaba a paso moderado—. Nada impedirá que mi flota se expanda y que destruyamos el East Blue. Por lo pronto, iré a recuperar a Nami.

—Será como usted lo ordene, Shiki-sama —dijo Índigo. Miró al mencionado hasta que salió del invernadero. Suspiró negando con la cabeza—. Nunca aceptaría que le afectó la noticia —murmuró para sí mismo.

Entretanto, Shiki bajó a Merveille, donde luchó contra el capitán de la tripulación que engañó para robarle su navegante. Ni el susodicho o sus nakama fueron rivales para él y acabó dejándolos sepultados en una columna de tierra. A su regreso, ya tenía su objetivo en su poder.

Después de asegurarse de que todo estuviese listo para el intercambio de copas para sus nuevos subordinados, se dirigió a la clínica, donde (Tn) aún dormía.

La observó en silencio durante varios minutos. Hasta que ella parecía despertar.

—Padre —murmuró (Tn). Lo veía sentado en un sillón cerca de la camilla donde ella se encontraba recibiendo suero intravenoso, mientras ella luchaba por dominar los párpados.

—Cuando naciste —dijo Shiki, inclinándose a tomarle la mano—, pensé en nombrarte «niña», porque de verdad no tenía idea de qué hacer contigo —Añadió riendo levemente. (Tn) le imitó con un poco de dificultad—. Sé que no he sido un buen padre, niña, pero te prometo que a pesar de todo, y muy a mi manera... te quiero.

(Tn) sonrió débilmente, mientras algunas lágrimas se le acumulaban en los ojos hasta encontrar su camino sobre sus mejillas.

—Y yo te quiero a ti, padre —dijo a la vez que liberaba una tierna risita—. ¿Por qué luces tan triste?

—¿Triste? ¿Yo? —Bufó haciendo un gesto gracioso para que ella riera—. Sabes que yo nunca me pongo triste. Esas cosas son para los débiles y yo no tengo tiempo para debilidades, baby-chan.