Lost in Love ━━ [En curso] 《8》

Capítulo XI

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Sueño forzoso
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—Muy bien —dijo Franky—. Todo está listo —informó, mirando su compacta creación ya instalada en el observatorio.

La cámara criogénica estaba hecha de acero reforzado por fuera. Era de color negro. La tapa que la cubriría era de cristal irrompible.

—Parece un ataúd —dijo Nami, con cierto temor. Le causaba pánico el pensar en cómo se sentiría el hecho de estar encerrada allí.

—En cierta manera, lo es —comentó Franky, volteando hacia ella por un instante. Zoro, Luffy, Brook, y Robin observaban la maquinaria alrededor—. Esperemos que funcione como se supone que debería, porque sino es así, le habré puesto fin a la vida de esa niña al congelarla con nitrógeno.

Nami y Ussop compartieron una mirada consternada.

—Seguro que funciona, ten confianza en ti mismo, Franky —dijo Chopper, que se asomaba con Sanji quien cargaba a (Tn) en sus brazos.

La mencionada dormía profundamente gracias a la solución que Chopper le administraba vía intravenosa.

Sanji la colocó con cuidado en la camilla incorporada de la cápsula, y Chopper empezó a ayudar a Franky con los preparativos.

Le colocaron algunos electrodos en las sienes, en el pecho y en las muñecas, y después, se retiraron algunos pasos antes de cerrar la tapa de cristal.

Observaron cómo la cápsula se retraía en su base después de que Franky accionara los comandos desde un ordenador que comenzó a marcar los signos vitales de (Tn).

—¿Por qué parpadea esa luz? —preguntó Luffy, mirando la pequeña pantalla.

—Es el ritmo cardíaco de (Tn) —explicó Franky. Suspiró intentando ganar calma—. Y esto que vez aquí —señaló en el monitor—, son las ondas cerebrales.

—Franky... —habló Chopper. El otro volteó hacia él. Compartieron una mirada antes de que el primero asintiera dándole ánimos—. Todo saldrá bien.

Franky miró a todos y cada uno de los presentes. Le halagaba que depositaran su confianza en él, pero eso no ayudaba a disminuir su temor ante el fracaso. No importaba si la vida de la chica que dormía en la cápsula ya pendía de un hilo, no quería ser quien le pusiera un fin súbitamente

El suspenso y el silencio reinaba en el amplio espacio del observatorio.

Todos miraban a la joven tan calmada a diferencia de los últimos días.

(Tn) era apenas cubierta por unas tiras hechas de un material especial de color blanco. Dichas tiras estaban compuestas por una delgada franja horizontal que se hallaba sujeta del cuello de ella y que bajaba hasta sus pechos cubriendo solamente las areolas de éstos; a partir de éste punto, justo en el medio de la banda, otra fina división bajaba desde el esternón avanzando por encima del ombligo hasta la pelvis, pasando por la entrepierna y subiendo por la hendidura interglútea hasta la espalda, donde la unión acababa en el punto de partida en la nuca.

Fue sin malicia, pero Zoro no logró evitar el hecho de quedar mirando el torso tan estrecho y el abdomen remarcado en el cuerpo de (Tn). Notó que sus brazos no eran gruesos o delgados, aunque claramente se veía lo bien esculpidos que se encontraban al igual que las gruesas piernas torneadas y atléticas.