Old Scars / Future Hearts || Bucky Barnes x OC ||

Cap. 43: Good for you, you hurt everyone.

Terminé de arreglarme después de la ducha cuando escuché la puerta de mi habitación abrirse. Me asomé rápidamente, pero cuando crucé el marco de la puerta del baño, vi cerrarse la puerta de la habitación, encontrándome sola nuevamente. Me quedé mirando la bandeja con el desayuno que estaba sobre la cama.

Suspiré, Bucky seguía ignorándome. Las horas en completa soledad me habían hecho aprender sobre los que serían mis poderes mutantes, por lo que sabía que Bucky se quedaba afuera de mi habitación, vigilando. Ya me había aprendido de memoria el ritmo que tenía su corazón a latir.

Me senté en el borde de la cama, mirando la bandeja con una taza de café, huevos revueltos y tostadas. Busqué mi celular y revisé las notificaciones, había intentado descifrar el número privado por el cual me había llamado el Mediador de Poder, pero con mis pocos conocimientos en tecnología, no lo había logrado y pedirles ayuda a mis amigos no era una opción, porque hasta eso se había vuelto restringido.

Y la verdad, no quería dar explicaciones de la posible decisión que estaba tomando.

Había sido yo la que había participado en todo el tema del suero desde que había aparecido como amenaza y lo había estudiado, había buscado soluciones, motivos, explicaciones, lo sabía todo y conocía mis capacidades y debilidades. Podía terminar el trabajo que había iniciado Wilfred Nagel y ser fiel a mí misma, nadie crea un veneno sin crear al mismo tiempo el antídoto.

Lo único que tenia que hacer era lograr engañar al Mediador el tiempo suficiente para que lograra mantenerme a salvo y que los Vengadores entendieran el mensaje.

Volví a hacer los ejercicios de relajación que me había enseñado mi terapeuta hace años y me concentré, perfecto, no sentía a nadie a mi alrededor. Saqué una mochila del armario y comencé a llenarla con solo lo esencial, que podía llegar a necesitar durante mi escape.

Samantha Sullivan se volvería una fugitiva.

Tomé uno de mis cuchillos y comencé a romper el seguro que rodeaba la ventana y la mantenía firme en el marco, deteniéndome cada cierto tiempo para asegurarme que seguía sin peligro de ser descubierta. Cuando había logrado soltar lo suficiente la ventana, volví a concentrarme y sonreí orgullosa cuando la misma masa viscosa de color rojo sangre que había aparecido durante la pelea con Bucky, envolvía el cristal y me permitía moverlo, dejándolo con cuidado a un lado.

Me permití disfrutar un momento la brisa fresca del día.

El plan era dirigirme sin ser descubierta al estacionamiento y tomar una de las motos, para luego dejarla escondida entre toda la vegetación que había en las muchas hectáreas que conformaban la base. Sabía que descubrirían luego que me había escapado y Bucky sabía en que lugares buscarme y por la moto, se pondrían rápidamente en movimiento, pero la verdad es que escaparía a pie, dándome el tiempo de que cuando ellos ya hubieran recorrido todos mis posibles escondites, yo recién me estaría acercando a la ciudad.

Miré por última vez mi habitación y dejé sobre la cama una nota, dirigida a Bucky.

Solo esperaba a que mi plan funcionara.

POV: Bucky

Me detuve unos segundos fuera de la habitación de Sam y repasé en mi mente las palabras. Nada de esto se iba a solucionar si ninguno de los dos hablaba y estaba dispuesto a dar el primer paso. Abrí lentamente la puerta y me percaté que parecía más pesada de lo que normalmente era, como si algo estuviera haciendo presión sobre ella.

Oh no.

Lo primero que vi fue la ventana abierta y como el cristal estaba intacto a un costado. Era la brisa del exterior el que empujaba la puerta. Comencé a recorrer toda la habitación, buscando a Sam, pero no estaba por ninguna parte, ni ella ni algunas de las cosas que sabía que eran importantes para ella, como los cuchillos que le habían regalado sus amigos.

-FRIDAY, avisa a toda la base que tenemos una situación- dije- perdimos a Samantha

-enseguida, señor

Me dirigí hacia la puerta, sabía por donde podía empezar a buscarla, cuando algo sobre la cama me llamó la atención. Una hoja doblada que tenía escrito mi nombre. La tomé con cuidado y la abrí.

"Lo siento, pero esto es lo que considero correcto. Te amo, Sammy"

POV: Samantha

Me detuve a unos metros de la entrada a mi edificio y comencé a revisar el perímetro, asegurándome de que no hubiera nadie. Todo estaba muy tranquilo, tal vez demasiado. Tuve un mal presentimiento, pero ya no podía volver a atrás, especialmente porque comenzaba a oscurecerse y en la noche, los peligros aumentaban.

Me escondí uno de mis cuchillos en la manga de mi polerón y caminé hacia mi edificio. Abrí la puerta con cuidado y miré hacia la recepción, encontrando el puesto de Jo vacío, algo que me sorprendió, ya que siempre se encontraba ahí y cuando no, dejaba un letrero que informaba que estaba fuera, algo que no estaba. Me adentre en la recepción y aguante un grito cuando vi unos pies sobresalir de mueble, en el suelo. Corrí y me arrodillé a lado de Jo, quien estaba en el suelo, al lado de su escritorio, acerqué mi oreja a su rostro y no sentí su respiración. Mierda.

Saqué mi celular y marqué al 911, pero colgué cuando tomé su pulso y no lo sentí, además de que, al tocarlo, sentí lo helado que estaba. Probablemente llevaba varios minutos muertos, si no horas. Me apoyé en su pecho y me permití llorar, Jo era un ser humano excepcional, dedicado y no se me merecía morir de esa forma. Miré mis manos y las vi manchadas de sangre seca, su sangre.

Esto no había sido un accidente, alguien lo había matado.

A la mierda el plan, active la llamada de emergencia de mi celular, lo que sabía que le mandaría mi ubicación a Matt y a Liz. Me levanté del suelo, pero me cubrí cuando sentí varios vidrios quebrarse, levanté la vista y vi que la recepción comenzaba a llenarse humo, mientras varias personas armadas entraban por la puerta. Me moví con cuidado por detrás del escritorio de Jo y llegué al otro extremo, miré con cuidado y vi a las personas caminar hacia donde había estado antes, por lo que aproveché la distracción y me acerqué al más próximo, clavando mi cuchillo en su cuello, para luego usarlo como escudo cuando los demás dispararon en mi dirección.

Esto no sería fácil.