Peaky Blinders [Thomas Shelby]

09

Pd: Pondré fotos de Los mencionados, al final.

El viaje había sido largo, lleno de palabras venenosas y dos intentos de huida de parte de Elizabeth porque sabe que a pesar que su madre este con vida ella no querría que volviera a vivir bajo el mismo techo que su padre y hermano. Ella recibió dos golpes de parte de su hermano y una cachetada que termino por partirle el labio inferior.

—   Eres una zorra – Le dice Derian y Beth supuso que ya se había aburrido de mantener su boca callada.

—    ¿Y así es como nos trataremos? — Le preguntó Beth, porque a pesar de sus agresiones físicas, nunca habían llegado a ofenderse con palabras - No eres más que un bastardo abusivo. Tú y mi padre fueron las peores personas que he conocido. ¿Te preguntas por qué no quise volver nunca? ¿O por qué mi madre se escapó en primer lugar? Sois escoria de la sociedad.

—     No hables así de padre —, le exigió Derian, señalándola con el dedo con su mirada llena de ira. — Él trajo a esta familia de la nada a esto-, Derian extendió las manos, mirando alrededor del gran jardín que daba bienvenida para la mansión de los Genovese. — Y mi madre nunca apreció lo que él le dio. Era una moza ingrata, como tú.

— Entonces déjame ir — Dijo Beth alzando la mano del pañuelo con manchas de su propia sangre – Si soy tan ingrata como dices, déjame ir.

Derian se río entre dientes ante eso, moviendo la cabeza de un lado a otro mientras lo hacía. Se bajo del auto haciéndole señas al Ruso el cual agarro con fuerza innecesaria a Elizabeth del brazo jalándola para que saliera del auto casi haciendo que la chica caiga de rodillas de no ser porque Dante la ayuda a equilibrarse antes de seguir su camino delante de ellos junto a la bestia. Derian sonrió de manera casi falsa para poner su dedo debajo de la barbilla de Elizabeth apretando con fuerza.

—    Tenías un propósito, Querida hermana—, le informó Derian a su hermana, haciendo que esta tiemble ligeramente — Quiero ver si todavía puedes cumplir ese propósito.

Elizabeth sospechaba que él estaba hablando de casarla con alguno de los socios de su padre o algún señor con un buen título, pero él no dijo nada más al respecto y ella no parecía entender de qué estaba hablando, o al menos eso intentaba por que se negaba a vivir eso.

—   No —, Dijo de manera firme Beth. — Soy mi propia persona, Derian. No deseo volver aquí. Me quiero ir y no puedes detenerme.

Derian se río de eso. No podía entender muy bien lo que le había sucedido a su ingenua hermana. Ya no era una niña: podía ver eso. Había crecido y había encontrado su lado desafiante. Desafortunadamente para ella, tanto su padre con él tenía otros planes para ella.

—    Mírate, — siseó Derian con cierto desprecio. — Un vestido barato... botas embarradas... te ves horrible, deplorable. ¿Y es esa la vida a la que deseas volver corriendo, Beth? ¿Qué eres, ¿eh? ¿Una puta en la calle? No respondas, ya se la respuesta.