Al día siguiente se despertaron temprano para ir a comprar unas cosas personales que les faltaba antes de ir al trabajo que había conseguido su señora madre, mientras caminaban por la calle esta vez con ropa menos llamativa vio el anuncio de que se necesitaba camarera en el bar llamado "The Garrisons" El cual Elizabeth le mostró a su madre diciéndole que quería ir para obtener el trabajo.
Katherine negó varias veces la cabeza ante la petición de su hija pero no sirvió de nada ya que está no paro de insistir hasta que su madre asintió.
—Madre no tienes que preocuparte a lo que hable con el señor, pasaré por acá y te avisaré como me ha ido.
Elizabeth tomó ambas manos de su madre y le dio un beso en la mejilla de manera de despedida al estar frente al lugar donde Katherine trabajaría.
—Anda con cuidado mi niña, ya suficiente dolor con lo sucedido con tu hermano. —Katherine le tendio la navaja de plata que siempre llevaba en su muslo — Llévala siempre contigo, ella nunca falla.
— Siempre conmigo madre, me cuidaré bien.
Espera a que su madre entre al lugar y sonríe suavemente para después ir caminando erguida y con elegancia con las compras que habían hecho esta mañana hasta el lugar donde vivían.
Elizabeth después de dejar las bolsas en la habitación cierra con llave y se encamina hacia donde recordaba que quedaba el bar, después de un tiempo se sintió perdida y entró a una panadería a preguntar por el Garrisons.
—Ten cuidado allí, niña. —Dice el señor alrededor de 80 años y sin el ojo derecho después de darle indicaciones sobre cómo llegar al lugar, la joven pelirroja asintió para después seguir su camino al que espera sea su primer trabajo.
—¿Qué tenemos aquí? —
Elizabeth se tensó cuando sintió que una mano se movía hacia su hombro, se giró encontrándose con un hombre aproximadamente de la edad de su madre que se encontraba de pie detrás de ella, se encogió mientras otro hombre miraba la escena con profundidad y analizaba cada centímetro de la joven, sacudiendo la cabeza y dejando caer su cigarrillo a su lado. Era más joven que el hombre que la sujetaba por los hombros y lo primero que notó Beth fue la prominencia de sus pómulos y el fuego en sus ojos azules.
—Deja a la niña en paz, Arthur, —habló con un acento marcado. —ella no es una puta.
Los otros hombres en el grupo parecieron soltar un bufido ante eso y lucir decepcionados, Beth solo podía sentirse incómoda con lo que ha sucedido, se había ido por un día y ya los hombres la veían como una puta.
—¿Como sabes eso?—Arthur se preguntó mientras la mayoría de los hombres parecían vagar hacia otro grupo de mujeres que se reían y no tenían miedo de cubrirse, luciendo cómodas con ellas misma.
Elizabeth observó cómo el hombre la miraba y volvía al grupo con el que había estado. —Mírala. Ella no es nada más que un ratoncito asustado. Sigue a John si quieres a alguien dispuesto, ¿eh? Quizás Lizzie esté disponible.
La joven se estremeció al escuchar eso, sin poder pensar en vender su cuerpo por una moneda; El hombre llamado Arthur se echó a reír y se alejó cuando Elizabeth permaneció donde estaba, sabiendo que ella debería alejarse e ir a su destino. Ella no tuvo oportunidad de moverse ya que el hombre le impidió ir a ningún lado, la pelirroja dedujo que tenía que ser por lo menos ocho años mayor que ella por la forma en que se comportaba.
— No eres de por aquí, ¿verdad? — le preguntó mirando con profundidad.
Sintiendo que se le secaba la boca, miró hacia un lado y anhelaba que su madre viniera y la encontrara para evitar que volviera a conversar con el hombre, pero no tuvo tanta suerte.
—Por supuesto que lo eres—, respondió a su propia pregunta. —Eres una chica elegante de algún lugar lejano... que cualquiera puede notar.
—¿Y que si soy yo?— Beth finalmente le preguntó y él sonrió ligeramente antes de volver a poner su cara neutral, preguntándose quién era esta chica, ella no pertenecía aquí y ciertamente no sabía cómo actuar para mantenerse a salvo.
— Entonces te mantendré vigilada — le informó. —Una chica de aspecto dulce como tú no sobrevivirá por mucho tiempo... a menos que seas una puta de clase alta.
Sabía que había golpeado un nervio. La niña apartó la vista de él y notó que su cara pálida se volvía roja, y el no pudo evitar seguir el camino rojizo que bajo por el cuello de la joven, frunciendo el ceño al notar el cuello alto de la chaqueta. Ella ciertamente no estaba acostumbrada a que se le hablara de esa manera.
—Estoy aquí sin ninguna razón con respecto a usted— dijo ella.
—Bueno—metiendo las manos en los bolsillos de su abrigo largo, inclinándose ligeramente hacia atrás mientras la niña parecía insultada por su sonrisa. —Puedes ser bastante luchadora, ¿eh?
— Nunca tuve que serlo— respondió.
—¿Es realmente así?— le pregunta moviendo su mano hacia el cuello alto de su chaqueta y barriéndola hacia abajo, notando que los moretones estaban en su piel. —No estás haciendo un gran trabajo ocultando esto, ¿verdad?.
Sin decir nada, Bath apartó su mano rápidamente y cubriéndose nuevamente, no quería decirle la causa de sus moretones. Ella ni siquiera conocía a este hombre, pero él estaba tratando de descubrir más sobre ella.
—No te conozco—, declaró Beth con firmeza. —¿Por qué crees que te diría algo?.
—Yo no— respondió fríamente. —Pero sí sé que debes tener cuidado — se inclino para estar mas cerca de ella y hablo en tono bajo —ves... las personas aquí... bueno, hacen preguntas. ¿Cuánto tiempo crees que pasará antes de que alguien haga preguntas sobre la elegante chica pelirroja que no pertenece a aquí?
La joven sabía que podía tener un punto, pero su madre había insistido en que nadie las buscaría en Birmingham. Le había prometido que estarían a salvo siempre que mantuvieran la cabeza baja.
—¿Confío en que tengas un nombre?
Ella lo tomó por un breve momento, preguntándose qué debería decir. — Elizabeth MacQuoid
Beth recordó que una de sus amigas se había casado con un MacQuoid y era el único apellido falso que podía encontrar sin parecer sospechoso al tratar de evitar la pregunta. Arqueando una ceja, el hombre no parecía convencido con lo que estaba oyendo, pero asintió con la cabeza.
— ¿No es educado que me des tu nombre? — se atrevió a preguntar la pelirroja, sabiendo que nunca antes había sido tan atrevida en su vida. Los hombres a menudo conversaban con ella, pero nunca la insultaban ni le hablaban con falta de modales.
—¿Educado? — El alzo una ceja. — Realmente no eres de aquí.
—Ya hemos establecido eso— murmuró Beth.
—Sí, lo hemos hecho—, asintió. —Thomas Shelby.
—Un placer señor Shelby,— Elizabeth inclinó la cabeza. —Pero honestamente debería irme.
—No lo dudo.
Giró sobre sus talones y Tommy la vio irse hacia The Garrisons
Tommy continuó estudiándola antes de notar que Elizabeth se daba vuelta, sus ojos chocaron con los de Tommy. Continuó parado allí, con las manos todavía en los bolsillos mientras se preguntaba qué estaba haciendo realmente Elizabeth MacQuoid en Birmingham.
🥀
🥀Hola hermosuras, ya comencé a editar los capítulos, les recomiendo releerlos. En algunos editare menos que en otros, pero creo que le dará más profundidad a la historia.
🥀¿Que les pareció cómo se conocieron nuestros protagonistas? Tommy hace que se me caigan las tangas ahre.
🥀Amaría que dejaran comentarios ya que es lo que más amo y por lo único que me provoca arreglar la historia y terminarla.
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Peaky Blinders [Thomas Shelby]
Hayran KurguElizabeth Genovese había conocido el lujo antes. Ella había entendido lo que significaba sentarse derecho y correcto mientras tomaba el té de la manera correcta; y sí, había una forma correcta de tomar té. Elizabeth se había reído con sus amigas y d...