Una semana había pasado luego de encontrar el cuerpo de Cetus. Los chicos casi no salían de sus habitaciones, solo para ir a digerir algo de alimento, pero automáticamente volvían. Ofiuco seguía devastada por su perdida, sentía culpabilidad de haber dejado que Cetus se metiera en ese problema.
El estómago de Tauro gruñe, una cosa que él nunca perdió fue su enorme apetito. Su novio Geminis quién decidió no separarse de Tauro ni de por casualidad lo miró con una sonrisa burlona. Ambos al final se pusieron una chaqueta y salieron de su habitación.
Ellos cambiaron mucho. Géminis quién antes tenía su cabello azul, ahora está en su tono natural, castaño oscuro. Incluso ahora podía mirar a Aries frente a frente sin la necesidad de levantar su cabeza. Tauro por otro lado se ponía lentes de contacto para que nadie pudiera ser capaz de ver su heterocromia, aunque Geminis siempre se quejaba de eso.
– ¿Entonces que le apetece comer al chef de un restaurante de cuatro estrellas?- se burló Géminis.
– No digas eso, me conformo con comer comida- Tauro seguía caminando ignorando la burla de su novio.
En su camino se toparon con una niña de no más de ocho años. Tiene cabellos rubios y ojos ambares, va peinada con dos mini motonetas y lleva un vestido rosado. Tauro sonrió bobo mientras veía correr a la niña de un lado hacia otro al parecer huyendo de su mamá. Aunque no lo dijera, el toro anelaba casarse, tener hijos, tener una familia. Pero Géminis por su parte tenía otras cosas en mente.
– ¿Que pasa Tau?- le interrogó Géminis al ver que dejó de caminar.
– Geminis si salimos de esto, ¿Pudiéramos adoptar?- lo miro suplicante.
– Mi amor, ya hemos hablado de esto. No tengo tiempo para niños.
– Siempre es lo mismo contigo.
– Tau, no empecemos, ¿vale?. Ahora primero que nada hay que garantizar salir vivos y sin traumas nuevos.
Así Geminis termina la pelea. Cuando llegaron al restaurante se encontraron con Sagitario solo mirando por una gran ventana que daba la vista al mar, su mirada no parecía alegre como siempre, más parecía la de alguien que sufre depresión. La pareja se acerca al arquero y se sientan en las sillas libres. Sagitario levantó los miro algo sorprendido ya que no esperaba encontrarse con ellos, pero aún así les sonrió como si el chico de hacia un rato nunca hubiera existido.
– Vaya, no me esperaba verlos aquí- dijo animado Sagitario. Él era uno de los muchos que cambió, su pelo desordenado y negro, ahora es un pelo arreglado y rubio, como siempre debió ser. Viste ropa elegante y algo cara. Pero debajo de sus ojos tiene unas grandes ojeras que demuestran su falta de sueño– Así que son pareja, ¿Cunado sucedió?.
– Después de todo lo que sucedió, decidimos olvidar el pasado y mirar hacia delante, tomando la decisión de ser pareja- respondió Geminis algo apenada, ya que él nunca fue a ver a su amigo al hospital, se decepcionaba de él mismo por haber sido tan mal amigo.
– Que bueno, ¿Tienen planeado casarse o ya lo hicieron?- sigue preguntando entusiasmado el arquero, evitando por completo el tema de lo que sucedió.
– No, porque alguien no quiere- dijo entre dientes Tauro.
– Tau cariño, ¿Para que casarnos, si al final ya vivimos juntos y hacemos lo mismo que las personas casadas?.
– Sabes Geminis, estás algo herrado ahí, el casamiento es algo hermoso, que si no pasa nada entre ustedes, solo sucederá una vez- Sagitario se levantó de su asiento y sonrió– Pero bueno, eso es entre ustedes, yo me retiro y no quisiera volver a ser atrapados por los HADES.
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Misterio en Dubai
Teen Fiction¿Acaso tenían algún tipo de maldición?, esa es la pregunta que se repetían los chicos una y otra vez sin creer que volverían a pasar lo mismo de su adolescencia. Pero con la diferencia de que sería en un hotel bajo del mar. No eran los mismo o quizá...