Eran sobre las ocho de la noche, Cáncer, Piscis, Leo, Libra y Tauro, se encontraban en la habitación del arquero, haciendo que se vale, cambie a ropa elegante, cosa que le era muy extraño al rubio ya que no se llevaba muy bien con la ropa formal.
Tauro y Libra miraban por décima vez a Sagitario como críticos de moda. Cáncer y Piscis intentaban arreglar El cabello rebelde del chico. Leo y Libra se burlaban tirando fotos. Pero algo en todo eso no encajaba. Quizás era el hecho de que habían invadido su habitación exigiéndole los arreglos.
– Chicos, todo esto está bien pero...- Sagitario miró a sus amigos– ¿Para que mierda lo hacen?.
– A callar- dijeron a la vez todos.
– Vale.
Cuando por fin terminaron de arreglar al chico. Cancer se seco una pequeña lágrima de orgullo al ver por fin a ese chico revoltoso y rebelde, como una persona normal y corriente. Piscis se apartó para hacer unas llamadas y luego hacer una señal a los demás.
– Bueno ahora a mover tu trasero- dijo Leo sonriente, empezando a empujar a Sagitario.
– ¡Rubia tóxica trátame con decencia!.
– Vamos, vamos Sahy no te retrases más, hoy será una noche interesante para tí- sonrió pícaro Libra.
– Eh?.
Sin dar muchas explicaciones todos fueron llevando a Sagitario al elevador, Tauro tocó un número en específico y salió del elevador dejando solo al arquero quien iba a reclamar pero el elevador se cerró en sus narices.
– Idiotas.
Sagitario suspira y mira lo arreglado que estaba en un espajo que había en el elevador no se reconocía prácticamente, ni sabía de donde habían sacado ese estúpido atuendo, cuando volviera a ver a sus amigos los golpearía.
Una campanita sonó dando a demostrar que el elevador había llegado a su destino y las puertas se abrieron, encontrándose con Capricornio con traje de mesero, muchas bromas se le pasaron por su cabeza, pero al ver el rostro amanezante de él se limitó a callar.
– Sagitario, acompañame.
El carnero empezó a guiar al rubio por el lugar, estaban en la parte baja del hotel, podía ver el hermoso fondo marino. Incluso a unad tortugas que pasaban por ahí, se había embobado tanto viendo el fondo marino que no notó que Capricornio se había detenido.
– Hemos llegado.
Sagitario notó una mesa bien adornada, con cubiertos finos, pero eso no fue lo que le sorprendió más, sino, ver a Escorpio sentado en ella mirando al fondo marino. Se veía sereno, parecía estar en otro mundo diferente a ese. Capricornio le indicó que se sentará y eso hizo.
El ruido de la silla había hecho que Escorpio mirara a al arquero y le sonrió ligeramente. De la nada una música suave como de violín empieza a tocar, ambos chicos miraron por dónde provenía la música logrando visualizar a Acuario quien parecía muy concentrado en lo que hacía.
–¿Sabías de esto?- pregunta Sagitario confundido al ver involucrado a casi todos sus amigos.
– Digamos que fue idea de Cáncer y Piscis para que yo pudiera hablar contigo.
– Ya veo. ¿Qué quieres hablar entonces?.
– Sagitario creo que sabes muy bien que quiero decirte. Lo de mi hijo fue por una borrachera, a pesar de eso lo quiero mucho y soy yo quien lo crío- Escorpio coge la mano del arquero y lo mira– Eres muy importante para mí y si antes hubiera tenido el valor suficiente de enfrentar a mi padre, hubiera pasado contigo más de dos años esperando que te levantaras.
El rubio miraba al moreno sin saber exactamente qué hacer o decir. Quizás había sido muy duro con el chico delante de él. Antes de decir algo llega Géminis y Aries con comida y algo de bebida. El pelirrojo sirvió la bebida aunque miró mal al rubio para que evitará comentarios inecesarios. El castillo puso uno platos delante de cada uno.
– Delicioso espaguetis, hecho a la Ofiuco- dijo en burla Géminis.
– Dicen que son los mejores- le siguió el juego Sagitario.
Ambos rieron y lo "meseros" se retiraron para dejar a solas a la pareja, Acuario seguía tocando el violín, aunque esta vez le acompañaba Virgo con la guitarra, era una música lenta haciendo el ambiente más agradable.
– Yo...- empezó a decir el arquero– Creo que exageré un poco. Me sentía mal por saber que ni propia familia me visitó y que desaparecistes. Cuando por fin éramos algo resultastes con un hijo, me sentí peor. Actúe como un niño.
– No, yo debí contarte desde un principio. Lo siento.
– Disculpas aceptadas.
Ambos sonrieron y empezaron a cenar los espaguetis aunque al primer bocado querían dejar el plato de lado, pero al mirar a una puerta notaron a Ofiuco esperando una buena crítica. Está vez sonrieron forzadamente y hacien como si le gustará la comida, la chica por su parte se fue feliz. Cuando comprobaron que no estaba apartaron los platos rápidamente.
– Definitivamente la cocina no es lo de Leo, de Ofiuco, ni lo mío- se rió el arquero.
– Ya me di cuenta. El distrito Fuego acabaría con los estómagos de los demás.
Aries que escuchaba iba a quejarse pero fue retenido por todos los topos que espiaban la cena, aunque a Leo también hubo que sostenerlo porque iba a defender su orgullo a toda costa, pero ambos chicos se detuvieron al ver la mirada de enamorados de aquellos dos chicos.
Todos se retiraron, Acuario al ver la escena puso una música lenta de su teléfono y se retiró junto a Virgo. La pareja no había notado la ausencia de aquellos que tocaban los instrumentos hace unos minutos.
Escorpio no dejaba de mirar los ojos azules del chico delante de él, son azules oscuros pero expresivos, podía leer cada emoción de Sagitario. La pareja se levanta para juntarse y empezar a bailar al ritmo de la música, ninguno desviaba la vista del otro.
– ¿Que haremos cuando acabe todo esto?- pregunta Sagitario apoyando su cabeza en el hombro del escorpión sin dejar de bailar.
– Te llevaré conmigo, conocerás a Zagan. Luego te secuestro para ir a Las Vegas y casarnos. Por último despertarme todos los días a tus lados y definitivamente no dejarte preparar el desayuno.
Ambos se rieron. Escorpio hace que Sagitario lo vuelva a mirar para luego darle un beso en sus labios con algo de ternura, se sentían como si ese fuera su primer beso. Se sentían de nuevo adolescente, esos adolescente que no pudieron ser.
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Misterio en Dubai
Teen Fiction¿Acaso tenían algún tipo de maldición?, esa es la pregunta que se repetían los chicos una y otra vez sin creer que volverían a pasar lo mismo de su adolescencia. Pero con la diferencia de que sería en un hotel bajo del mar. No eran los mismo o quizá...