Era una tarde tormentosa. Dos hermanos gemelos practicaban dentro del castillo mientras sus armas chocaban, mirándose a los ojos como si fueran un reflejo vivo y andante del otro: cabellos negros, ojos azules como el zafiro. Mellizos idénticos, como dos copias aunque tuvieran caracteres dispares definidos desde el primer momento donde nacieron.
Las armas de madera de ambos niños resonaban por toda la habitación, cada impacto dejado siendo un placer de enfermiza emoción el cual les daba a los pequeños la ilusoria sensación de imaginar ser héroes legendarios, llenos de hazañas y valor, quizá como alguna clase de modelo a seguir, alguien con actos heróicos y únicos como Lupín Fool, el caballero inimaginable que acabó con el linaje rebelde de tres casas y consiguió el señorío de las mejores tierras aún siendo no más que el bufón del rey. O quizá como Lawrence Erold quién fue comandante de la guardia real y encabezó el ejército que consiguió las tierras bajo el estandarte de casas importantes como lo fueron Gecko o Amon I. Gecko, mayor responsable de la proliferación y conquista las tierras del bosque y la costa cuando seguia siendo un príncipe.
Un sueño, una fantasía infantil que fingía ser realidad en ese combate amistoso del momento entre los hermanos.
—¿Acaso es todo tu poder, Lupin? —cuestionó Darren con una sonrisa cargada de sorna, apoyando por un momento la espada en su hombro.
—¡No! —Exclamó Daniel, quien al levantarse, sintió su pierna flaquear—. Yo jamás me rindo ante nadie, mucho menos ante una batalla emocionante. Nunca ha existido bufón ni un caballero más valiente... —sonrió, preparándose para empuñar su espada.
Volvieron a chocarlas, mas su nueva ronda fue interrumpida: un rayo tan fuerte que impactó contra la ventana, haciendo estallar los cristales de esta.
—L-La ventana... —la voz del menor de los gemelos, Darren, tembló—. Nos matarán si se dan cuenta de que está rota.
Daniel hizo una mueca, frunciendo su ceño.
—Ya todos los días nos dejan la piel al rojo vivo... ¿cuál es la diferencia? —pese a todo, el ceño de Daniel se mostraba más calmado con la situación aunque se encontrase más tenso—. Me echaré la culpa.
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Los cuervos de la Luna: Los Dos hermanos(Libro I) (Editando)
FantasyHace miles de años nació un ser de ojos ciegos a la luz y el bien que hasta ese momento llevaba el control del universo y su existencia, el cual guiado con temor no podía ver más allá del mal de la humanidad y la crueldad de sus demonios. En lo más...