Los cuervos de la Luna: Los Dos hermanos(Libro I) (Editando)

El Joven caballero

3 días después de haber encontrado el extraño diario y la espada oxidada, Darren y Mu llegaron a Muros trueno de lanza, acentamiento de la casa Scar, una rama cadete de la rama Ascar, ya que fue fundada por el segundo hijo de Anthony Ascar, siendo una de las casas más poderosas de la tierra de las montañas.
Su emblema eran varias lanzas de plata cruzadas en campo sinople claro.

El castillo era grande y fuerte, de piedra gris y torres altas, no tenía un foso ya que se situaba en una colina apartada del resto, solo tenía una entrada custodiada por Ballesteros en la torres que no dudarían en disparar en alguna acción hostil de parte de los visitantes muchos incluso tenía sus ballestas cargadas con flechas mágicas o encantadas, sin embargo el puente estaba extendido hacia la segunda ciudad que se había formado por el gran número tiendas en el campamento de cabellos errantes, mercenarios y caza recompensas por la supuesta Bestia Bicéfala. Una que otra de las tiendas eran lujosas y otras tal vez de alta cuna, como la tienda sinople con una gran cruz plateada que delataba la presencia de uno dos caballeros de la casa Vicram, la que exhibía el emblema de las ramas secas con gotas de sangre uno de la casa Estiches, la navaja ensangrentada de la casa Tyr, y así seguían con muchas casas más de las tierras del bosque y de las montañas. Darren no conocía prácticamente ninguno de esos emblemas, pero el maestro Mu se encargaba de explicarles quienes eran y de dónde eran.

Mientras caminaban, las miradas puestas en Darren y Mu se hicieron notar, Darren se percataba de las miradas y oía las voces bajas hablar sobre su maestro y de él mismo mientras se reían y mofaban, a él no le importaba que se metieran con él, pero detestaba guardarse la ira y morderse la lengua ya que no podía soportar que la gente se buelara del maestro Mu era un hombre bueno y sabio qué conocía más sobre el honor qué 10,000 caballeros juntos, Mu miró a Darren y movió su cabeza de lado a lado y volvió a ver al frente, Darren entendió al instante a qué se refería Mu y soltó un largo suspiro, siguió cabalgando y mientras lo hacía vio unos caballeros llevar unas prostitutas a sus tiendas.

-(Tsk. Me estoy empezando a hartar de la gente de este lugar...)- Darren apretó fuertemente el puño y empezó a sonar sus dientes.

-Eh chico, no te molestes tanto, la gente se pavonea mucho en estos lugares así que no le prestes atención- Mu sonó sus manos- es más, que esperabas de un campamento de caballeros y mercenarios.

-Pero maestro no está bien que la gente hable mal de otros- Darren se quejó.

-si pero tampoco hay forma de evitarlo la mayoría son cobardes y orgullosos por humilde que sea su linaje, y siempre buscaran una excusa para creerse más que los demás, no seas como ellos cada quien va a rendir sus propias cuentas cuando sean juzgados por los dioses-dijo mientras desmontaba su caballo cerca del puente elevadizo y saludo con la mano a los extrañados Ballesteros.

-Hey anciano cuidado se les va las piernas- dijo un caballero con el penton de la casa Stiches.

Se escucharon las risas de varios caballeros pavoneados.

-Hij...- Darren sintió un jalón en el cabello en el que esté se quejó.

-Olvidalos Darren no le hagas caso. Tenemos cosas más importantes que hacer- Mu soltó el cabello de Darren y se acercó a los caballeros frente de él -queremos unirnos a la casa de la Bestia que acecha las cercanías- Mu sonrió levemente.

-Ojala señor no es por ofender, pero creo que necesita a ayuda men...- el guardia fue interrumpido por el que estaba a su lado.

-Estan en su día de suerte porque hasta hoy reclutamos, pero no nos responsabilizamos de que usted terminé cómo montón de carne ulur, vieja y seca en el estómago de la bestia-grito guardia-.

Los caballeros detrás de Darren y Mu empezaron a quejarse e insultar a él chico y al viejo.

-no tienen algo mejor que hacer cómo visitar los burdeles de la ciudad talvez por última vez?- dijo mientras se subía al caballo.