Lazos

33 11 8
                                    

Black se encontraba recostado en la cama de la habitación de la posada sin poder conciliar el sueño, no sólo por el hecho de que la cáma era básicamente una bolsa de tela llena de paja, igual que la almohada sino también debido a una extraña sensación de tensión que se palpaba en el ambiente nocturno.

-oye Yata tengo un mal presentimiento podrías...-miró alrededor de la habitación para darse cuenta que estaba solo- dónde te fuiste!?-exclamó algo molesto-(tengo que ir por él...)-pensó.

Black tomó la almohada y después de sacarle el relleno improviso una máscara con ella para asegurarse de que nadie viera su cabello blanco, si encontraba alguien con una antorcha o una vela andando por ahí él no necesitaba nada de ello ya que sus ojos de Tomashi le permitían ver en la oscuridad como un demonio.

-Buu!- una risa femenina se hizo notar detrás de Black -A dónde tan peinado jajaja- Lamía río.

-Dios santo no hagas eso! Casi me matas de un susto- Black se agarró la chaqueta -que haces a estas horas por aquí?- Black preguntó agitado.

-Nada me gusta caminar por la noches e intentar ver en la oscuridad es todo- Dijo Lamía con una sonrisa algo nerviosa

- estabas esperando hasta que Lost se durmiera para quitarle la sangre de dragón no sé qué más no?-la miró con la sonrisa en los labios.

-Bingo! Eres un genio pelo de oveja- Lamía amarraba su cabello-pero tendré que esperar más ya que está presumiendo la sangre de dragón con su familia.

-era de esperarse-sonrío de lado-no encuentro al Cuervo de tres patas me ayudas a encontrarlo?

-Por que no? Pero quítate eso de la cabeza pareces una oveja- Lamía sonrío- ten esto lo suelo usar a veces cuando viajo - Lamía abrió un pequeño bolso para sacar un pasamontañas de terciopelo y dárselo a Black.

-Je, gracias- Black puso el pasamontañas sobre su cabello- bastante caliente y cómodo, bueno comencemos a buscar al cuervo que sepa el diablo dónde fue a meterse- trono su cuello.

Los niños Tomashis buscaron al Yatagarasu mientras hablaban sobre su encanto por las batallas y las armas como también lo que querían aprender en un futuro.

-Si, hice ese pasamontañas ya que aprendí a cocer de mi padre, aunque a veces suelo pincharme- Lamía mostró sus manos llenas de algunas cicatrices y heridas internas cicatrizadas.

-Ya veo... Eres interesante sabes? Segura que no te gustaría aprender a leer? Así puedes aprovechar y algún día escribir grandiosos apuntes sobre tus investigaciones y alguna cosa importante que no quieras olvidar- Black miro a Lamía con una sonrisa de lado.

-Tal vez pero... Con el tiempo tal vez me animé- Lamía apartó su cabello de su ojo derecho dejando mostrar una marca que se extendía de un costado de la frente hasta debajo de su ojo- suelo ocultarla con mis poderes Tomashis pero algún día esto me consumirá por completo.

- no eras Tomashi de nacimiento? Pensé qué eran habilidades físicas que serían naturales para ti-dijo con los ojos abiertos como platos.

-esto no proviene de mis poderes. Es una maldición que mi madre me lanzo cuando mi padre me salvo de ella, algún día tendré que ir a enfrentarla para separarme por completo de ella o que ella me devore de lo contrario seré una gorgona, o sea, una serpiente sin voluntad propia-dijo tapando de nuevo su ojo.

-pues te ayudaré con eso cuando llegue el momento-Black dijo sonriente

-tendrías que seguirme por muchos años niño- le devolvió La sonrisa.

-bueno no tengo a donde ir y me caes bien y Es bueno tener un objetivo-rio alegre.

-luego hablamos con mi padre para ver si te deja acompañarnos cosa que dudo mucho ya que es muy protector pero por el momento busquemos a tu cuervo-dijo todavía sonriendo.

Los cuervos de la Luna: Los Dos hermanos(Libro I) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora