Sinopsis.

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Park Jimin.

Mi llanto no paraba en el más inhóspito parque, donde los juegos están oxidados, siendo el viento quienes juegan que ellos y las hojas del otoño quien los envuelve de tanta vejes, el viento estaba dando todo de si, mi cuerpo descansaba en una banca y estaba cubierto de una cobija delgada como un mantel y mi estomago con ese hueco faltante de comida.

La tormentosa noche acabo en cuanto los tonos cálidos llegaron en el cielo, mi hogar es alumbrado y todas esas hojas salen volando mostrando mi botín, una gran cantidad de libros que gente tira de basura; libros escolares, revistas científicas, periódicos es mi particular biblioteca.

Me reincorporo sobando sobre mis brazos y acercándome al gran contenedor de basura busco mi almuerzo un pan viejo entre los desechos es alimento que necesitaba mi estómago, el dolor de mi vientre se vuelve menos y deja de hacer ruidos, tomo asiento viendo como todas esas anomalías se pasean en las cálidas casas de mis vecinos de alta categoría.

Un inicio de semana cualquiera, las personas salen de sus casas para laborar, en cuanto los jóvenes y niños van encaminados a la escuela junto los oficiales que los protegen de sus Fobias.

Es increíble la cantidad de fobias que pueden tender un niño, la última vez había visto al ratón de Disney y sus amigos en un aspecto oscuro luchar contra guardias nocturnos.

−Jimin. ¿Por qué no volviste al refugio? −Pregunta mi amigo pordiosero que regala un vaso de café que calienta mis rojizas manos− Esta noche estuvo de locos, hubo una acrofobia merodeando por estos rumbos. ¿Acaso no lo vistes?

Alzo mis hombros sin respuestas, soy un chico de pocas palabras.

Me sorprende la gran lista de fobias que puede haber la de esta noche fue una acrofobia; fuerte temor al viento. No pude ver dicha fobia, pero si sentirla y parece ser que mi camuflaje funciono y no quiero ser pesimista, pero. ¿Qué iba a llevarse de mí una anomalía de alto calibre?

Voy de nuevo hacia el contenedor encontrándome con el periódico del día de hoy en donde menciona la misma fobia que ha estado merodeando en todo el lugar y es la vista de Hoseok la que voltea a ver a la fundación que ha creado un refugio para personas de calle.

−Todos pensamos tras guardarnos permanente ahí. −Menciona el castaño imaginándose su vida estando en ese refugio, niego a la idean que tiene incluso ruedo los ojos− Estaremos seguros y lo mejor de todo es que será permanente− ¿Qué?

−Temporal.

−Claramente dice permanente. −Me señala las mismas palabras del periódico y yo sigo negando− No porque hayas tenido una mala experiencia estando en el refugio significa que nosotros también la tengamos.

Era verdad en el momento que me hospede en ese refugio no había oportunidades de trabajo, pero desconfiaba de alguna manera, si lo pensamos serán cientos de personas que busquen un hogar, si hubiera espacio suficiente para esos millones vaya ganarían un premio nobel de la paz por terminan con la pobreza en el mundo.

− ¿De que hablan?

−Nada, de que Jimin sigue de pesimista.

Sumi y Seon eran dos chicos más, no los había tratado como amigos además de Hoseok, pero ambos chicos eran igual de optimistas que el castaño. Eran tan jóvenes para estar en las calles que aun la vida les sonreía, con trabajos temporales y eran los mayores quienes les daban a veces para comer.

−Vamos acompáñanos, Jimin. −Pide Hoseok interrumpiendo mi lectura mientras estoy sentado en una de las bancas− En la fabrica de unas cuadras necesitan personal de cargamento. Deberías ir con nosotros, te pagaran algo.

En esa fabrican aman los jóvenes con caras bonitas, no a alguien acabado como yo.

Meneo mis manos para que se vayan y sin insistirme mas se marchan, en cuanto los veo marcharse continuo con mi lectura siendo mi único entrenamiento, viendo como el contenedor es llenado con basura.

En cuanto veo el contenedor a la mitad de estar lleno entro ágilmente como el chavo del ocho con su barril abro cada una de las bolsas con mi cuchilla y encontrando una que otra revista y alimentos de mal estado, es repentino sentir desperdicios caer encima mío.

−Lo lamento, no te vi.

Me quedo en un momento quieto y odiando la sensación salgo del contenedor para sacudir sintiendo gran desagrado por aquella sustancia babosa, antes de poder reclamar me quedo asombrado por esos ojos grises brillantes, cabellera oscura, el chico parece bien abrigado.

−No, no es nada.

− ¿Cómo que no es nada? Por favor, déjame ayudarte.

En cuanto el chico se acerca a mi me toma del brazo no dándome tiempo para retroceder e irme, lo veo sacar un pañuelo y comenzar a limpiar mi cabello y el resto de mi ropa. Quisiera hacer algo en este momento, pero me quedo encantado con el chico, normalmente en esta parte del distrito hay uno que otro patán con mala cara.

Pero ese chico parece ser uno de esos chicos bien, al menos decente, trabajador, algo parecido de esos profesionales que salen en biografías científicas con grandes descubrimientos, no como esos chicos musculosos que salen en revistas de chicas.

−Lamento mucho lo que paso, mi nombre es Min Yoongi.

Mi mente analiza su nombre, pero como si fuera a reconocer a este desconocido simplemente asiento, abrazo mis revistas y doy un paso atrás no pudiendo responder al saludo de ese hombro, ignoro su oferta de darme su abrigo o algo para comer.

Es fascinante saber que en este distrito haya personas como el, mas viniendo en un mundo pálido, donde la mayoría de las personas son frías y egoístas. Fue su acción lo que lo diferencio en.



El mundo de las fobias.



anemofobia o ancrofobia: Provoca un fuerte temor irracional hacia el viento y las corrientes de aire

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anemofobia o ancrofobia: Provoca un fuerte temor irracional hacia el viento y las corrientes de aire.

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