CAPÍTULO SEIS

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-Sueños-

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-Sueños-

Mientras seguía a la pelirroja me encontré mirando el verde suelo con el ceño fruncido y millones de teorías y preguntas rondándome la cabeza.
¿A qué se refería con "Alguna vez lo fui"? Eso significaría que ya no es humana y...

Mi caminata se vió interrumpida por un impacto.

¿Cuál es la necesidad de chocar con todo?

Esta vez no era una pared, era más bien una persona, presisamente la mujer que venía siguiendo. Ella me miró con una cara divertida.

—¿En qué piensas tanto? —La miré con cara de ¿En serio? Rodé mis ojos.

—¿De verdad lo preguntas?

—Creo que debes hacer respirar un poco tu cabeza y no saturarla de preguntas.

—Si bueno... Es difícil cuando la fuente de todas mis preguntas está frente a mí —Me crucé de brazos y entrecerré mis ojos con desconfianza. —¿Tan difícil es decirme que está pasando?

Ella me dió una mirada fría, ya su rostro sin una pizca de diversión.

—Si —Dió media vuelta y comenzó a caminar nuevamente.

Me quedé estática en mi lugar hasta que pestañeé y la seguí como lo había estado haciendo la última hora.

—¿Al menos puedo saber a dónde vamos?

—Pronto lo verás tu misma. Y ya cállate que empiezas a hartarme.

Bufé y rodé los ojos aunque ella no pudiera verme.

Vi que nuestro entorno empezaba a oscurecerse por lo que ya debían ser más de las seis de la tarde. El ruido de la catarata era mínimo, los grillos empezaban a cantar, las hojas secas de los árboles crugían bajo mis pies y la tierra por esta zona empezaba a ser más húmeda.

Todo el camino fui con la vista clavada en el suelo pues no quería caerme, podía llegar a ser muy tonta a veces.

¿A veces o siempre?

Como sea.

De pronto no oí más pasos delante mío y levanté la cabeza. La pelirroja se había detenido delante de una laguna.

—¿Es en serio? ¿Caminamos por más de una hora para ir de una catarata a una laguna? ¿Cuál es la diferencia? Las dos tienen agua y...

—Shhh... Escucha.

Le fruncí el ceño pero pronto pasé la vista hacia la laguna. De ella provenían sonidos casi imperceptibles, como susurros. Me acerqué lentamente para poder escuchar mejor. El sonido se iba haciendo más fuerte con cada paso que daba pero no lograba entender que decían aquellas voces.

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