LA MARCA DEL LOBO

25. Todo se lo llevo el viento

Tracy

Me había rendido, no le veía una salida a este final de mi vida. Mi cuerpo sufría un dolor intenso. Casi gritaba suplicando, pero si iba a morir no iba a suplicar y menos a suplicarle a él. Se acerco a mi de nuevo mientras entré sus manos sostenía el pequeño aparato negro, ese dichoso aparato que me tenía así.

-Iba a matarte rápido-su risa hizo eco en la gran sala de la Torre en la que estábamos-Pero me das lastima. Con todo lo que has pasado y que de repente solo cierres los ojos, Tracy...Mmm no, cariño. Eso no hablaría nada bien de ti, la chica que sobrevivió a todo, hasta al ataque de unos lobos.

Mi cabeza me iba a explotar, era como si alguien dentro de mi me rascara para salir.

Cerré mis ojos y dejé caer mi cabeza hacia un costado, sentía que no podía más.

-Venga, Tracy...-agarró mi cara con fuerza-¡Defiéndete!

Algo que un día creció en mi, volvió a hacerlo y me dejé llevar, de todas formas ya estaba perdida en una inmensa oscuridad.

-¿Estás seguro de que soy Tracy?

Callum

-¿No puedes andar más deprisa?-observé a Lucas que iba muy lento, demasiado.

Mi hermano se río.

-No-me contesto frío-¿Y tu?-señalo a mi hermano-Cierra el pico.

Por alguna extraña razón mi hermano obedeció, pero no me quejé, en estos momentos era lo mejor.

El camino había llegado a su fin. La Torre Muerta estaba frente a nosotros, todo tan oscuro y frío como la recordaba. Podía sentir todo tipo de sentimientos, la irá, el miedo, la necesidad, la obsesión de la gente que un día vivió para acabar aquí.

-¿Y si mejor nos vamos?-mi hermano temblaba.

Estar aquí la verdad es que no era para nada gustoso.

-¿Llegamos tarde?

-Para nada, justo a tiempo-Lucas saludo a Macha y a Jazz que venían con su ejercito.

-¿Listos?-Macha me miró.

-Listos.

Todo lo que pasó después fue justo lo que queríamos. Peleamos contra los Mortales, no fue nada fácil, pero ganamos...o eso habíamos creído hasta el momento.

-¡Quietos!-gritó Macha mirando hacia los lados-Algo va a pasar...

Nos quedemos quietos y a los segundos mi abuelo salió volando por la puerta de la Torre y calló al piso de un sonoro ruido, eso me sorprendió tanto como a los demás. Mi abuelo intento levantarse pero no pudo...

-¡Quieto gatito!-Tracy salió andando entre la niebla, su pelo azul había desaparecido por un color rubio claro que se mecía con cada paso lento que daba, un vestido rojo se aferraba a su curvas que tan bien había podido tocar y sentir, pero había algo extraña en ella. Sus ojos eran lilas brillantes-Me alegra veros de nuevo.

Sonrió con superioridad. Macha se puso en medio de todos.

-Dugma...

-Macha, hermanita.

-Siempre haciendo de las tuyas.

-¿Quien seria si no hago de las mías?

Las dos hermanas se miraron con intensidad.

-Acaba con esto y danos a la chica-ordeno Macha.

Dugma se río.

-¿Que chica?-se burlo-¿La que ya esta muerta? ¿O la que morirá hoy?