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Ten casi sobresalta cuando hay un ligero golpe en la puerta del estudio. Sus nudillos se vuelven blancos en el borde de la mesa de corte, pero se obliga a tomar una respiración profunda y pone una sonrisa antes de que se de la vuelta. Él no es el tipo de persona que deposita sus frustraciones sobre los demás, prefiere llevarlos consigo mismo. Cuando voltea, encuentra a Johnny asomando la cabeza un poco más allá del marco de la puerta, reacio a entrar y molestarlo.

Señor todo bien, vamos, estoy cortando. —Ten sonríe, dejando su pesado conjunto de tijeras de tela.

Johnny camina a grandes zancadas y se aproxima a la larga mesa de madera, esparcida con exquisitas telas y piezas tenues de papel patrón. No tiene idea de lo que Ten va a hacer con ellas, pero ya se puede ver la belleza en los materiales y colores. Ten ha optado por utilizarlos juntos. Johnny cuelga su brazo alrededor del hombro del tailandés y este se inclina ante su toque con un suspiro.

¿Todo bien? —Johnny pregunta suavemente.

Quiero decir, todo lo que se está viniendo está muy bien, pero le he pedido a las chicas preguntar por ahí porque necesito un modelo masculino y no han sido capaces de encontrar a nadie. Así que ahora voy a tener que salir a buscar a alguien y realmente no tengo tiempo para eso, ni creo que pueda conseguir a alguien que esté de acuerdo. —Ten suspira, pellizcando el puente de su nariz.

Sabes que Taeil lo haría por ti, o incluso yo. —Johnny ofrece, odiando ver a su mejor amigo estresado.

Lo sé cariño, y gracias, pero Taeil es demasiado bajo para lo que he diseñado, y tú eres demasiado musculoso para esa chaqueta. —Ten suspira, haciendo un gesto hacia el maniquí donde una pieza media terminada cuelga.— Necesito alguien alto y delgado.

¿Por qué no le das el alcance al equipo de baloncesto? —Johnny sugiere, rozando sus dedos a los largo de la extensión de seda encima de la mesa.

Yuna ya le preguntó a Felix, pero su torneo es el día del desfile por lo que ninguno de ellos será capaz de hacerlo. —explica Ten, dejando escapar un resoplido.— Pero debo volver al trabajo. —añade intencionadamente, porque hablar de aquello lo estresa aún más.

Bien amigo, te dejo. Mantendré mis ojos abiertos a alguien. —dice Johnny, apretando suavemente el hombro de Ten.— ¿Quieres venir conmigo y Taeil para el almuerzo después del próximo período?

El estómago de Ten duele al pensar en comida, pero niega con la cabeza.

No, gracias Johnny, ya he comido una hamburguesa antes de venir aquí. —Ten miente.

Está bien, ¿Nos vemos en el salón entonces? —Johnny propone.

Nos vemos. —Ten está de acuerdo, ahora distraído con los pensamientos acerca de su diseño.

Johnny se retira y Ten deja escapar un suspiro de alivio cuando es dejado solo de nuevo en el estudio en completo silencio. Él ama a sus mejores amigos a muerte, pero apenas está tratando de mantener junta la presión del desfile de modas de invierno y aunque ellos tengan buenas intenciones, piensa mejor cuando está solo. Tiene tres semanas, y sabe que todo estará listo a tiempo, porque Ten puede ser tardío cuando se trata de todo lo demás, pero nunca ha tenido problemas con los trazos cuando se trata de sus diseños, pero esta cuestión del modelo masculino lo está lanzando por la borda.

La ventaja de estar en el programa de diseño de moda en la universidad es que tiene un centenar de chicas guapas que están más que dispuestas a modelar para él, pero es seriamente privado en el tema del departamento de modelos masculinos. Ha estado en la universidad ya dos años y siendo este su tercero, tiene el privilegio de mostrar toda su colección de invierno en la pasarela, para otras escuelas de moda, junto con otros chicos del mismo ciclo.

Este año llegó aventurero y decidió diversificar su actividad a diseños de hombres y mientras las prendas están resultando espectacularmente, ahora tiene que luchar por encontrar a alguien que encaje y le haga justicia a sus diseños. Ten sale de la mesa de corte con las finas sedas que irán a los tres maniquíes en frente de la helada ventana del estudio. La primera sostiene un pantalón de piernas delgadas con una hermosa chaqueta que sólo está esperando a tener los botones cocidos. Ten está a la espera de encontrar los botones que están a la derecha en uno de sus muchos viajes a la tienda de telas. El segundo maniquí sostiene un pantalón de vestir tweed con un suéter de cuello grueso, los pantalones son impecables y la mitad de la tensión de Ten es encontrar a alguien con suficientes buenas piernas para usarlos. El tercer maniquí es su favorito; los jeans son la perfección y el tejido blando cosido en la manga de la camiseta contrasta perfectamente con el denim. La chaqueta, sin embargo, es su obra maestra.

Ten suspira y se frota los ojos, tratando de ignorar la forma en que su estómago duele. Él mintió sobre la hamburguesa porque Taeil y Johnny ya sabían que no había comido lo suficiente en la cena de anoche. Sus horarios de clase son tan diferentes que es fácil mentir cuando come pero es más difícil los fines de semana, ya que todos comparten un departamento y los chicos tienden a notar cuando no lo ven tocar ninguna comida durante todo el fin de semana. Ten es bueno con las excusas, sin embargo, cuando en cualquier momento los chicos comienzan a parecer preocupado, apenas come. Come y luego se va a dar una ducha, lo que significa en realidad, que solo corre el agua por lo que no se oye el vaciar del contenido de su estómago antes de que sus jugos digestivos comiencen la absorción de nutrientes que no quiere, ni necesita.

No, Ten definitivamente no necesita la pasta pesada que a Johnny le encanta, o la pizza grasienta que es la favorita de Taeil. Asimismo, no es necesario la manzana que tenía tres bocados en la mañana para evitar desmayarse mientras cosía ese vestido. Le resulta fácil ignorar el latido de su estómago cuando roza su mano sobre sus caderas regordetas y vientre protuberante. En su lugar se da la vuelta a la mesa de corte y se centra en cortar la forma correcta de la seda para el vestido de cóctel que planea terminar antes del final del período.

Ten acaba el vestido para el momento en que suena la campana, empaca sus cosas y mete todo en su rincón del estudio. Tiene clase de comercio en el otro lado del campus, pero tiene que parar en el carrito de bebidas para tomar un té, esperando que el chorro de leche que añade, le ayude a combatir el ligero mareo que lo acompaña. Acomodo su mochila sobre su hombro con el vaso de papel en mano y está a punto de darse prisa a clases cuando alguien le llama la atención.

Allí, apoyado contra la pared fuera del laboratorio de biología es, posiblemente, el chico más hermoso que jamás haya visto. Él está hablando y riendo con otro más pequeño que tiene el cabello morado artificial. Él se para como si estuviese en medio de una sesión de GQ; una postura perezosa con ángulos perfectos, con un pie apoyado contra la pared, una mano a través de ese perfecto cabello color azul. Es alto y desgarbado, pero no demasiado lleno de imperfecciones. Él está hecho de caderas delgadas y brazos largos y una mandíbula cuadrada. Luego se ríe y es realmente más que una carcajada, pero es extrañamente hermosa la forma en que echa la cabeza hacia atrás y cubre su mano sobre su boca.

Ten no puede dejar de notar los enormes ojos negros brillantes y en conjunto del más adorable hoyuelo. Ten no sabe lo que el muchacho de pelo morado está diciendo, pero debe ser divertido porque el hermoso muchacho contra la pared todavía se ríe cuando baja la cabeza y sonríe tímidamente hacia el suelo. Entonces la puerta del salón se abre y el hermoso chico se endereza en la pared para entrar a clase. La respiración de Ten se corta en su garganta cuando se da cuenta del chico de piernas largas. Él parece que se creó en sus vaqueros.

A Ten le resulta muy fácil ignorar el dolor en su estómago, el zumbido en la cabeza y el estrés en sus huesos, porque sólo lo encontró. Él es el único.

Ten tiene que tenerlo.

fading│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora