fading│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻

🌹║15

Ten cree que haber besado a Taeyong fue la cosa más estúpida que jamás haya hecho. Era fácil hacer caso omiso a la voz gritando en su cabeza diciéndole cuan estúpido es, porque Taeyong sostenía suavemente su mano mientras se abrían camino desde el estanque para observar la otra pista de patinaje.

Era fácil hacer caso omiso a la voz cuando se acurrucó contra Taeyong en el banquillo mientras veían a los otros chicos jugando hockey. Era fácil ignorar aquella voz cuando Taeyong le estaba dando un tierno beso mientras se despedían después de que los chicos terminaron su juego. No es fácil ignorar la voz ahora que está sentado en su cama al día siguiente, mirando al techo y pensando en todas las formas posibles en que Taeyong lo destrozará en pedazos.

Johnny vino hace un par de horas para despedirse de Ten antes de irse a la biblioteca, tiene un ridículamente complicado ensayo, dejándolo estresado. El bajo tono de música viniendo de la habitación de Taeil le dice a Ten que debe estar pintando. Ten difícilmente durmió la noche anterior porque al segundo en el que estuvo en el auto con Taeil y Johnny, y Taeyong se alejaba en su camioneta con Mark, su mente no paraba de analizar todas las formas en que estaba permitiéndose ser destruido. Es casi la una de la tarde ahora, pero no ha salido de su cama.

Todo lo del patinaje de ayer no fue una buena idea, cada una de sus articulaciones y los músculos de sus piernas queman con cada movimiento. Aunque fue agradable después del beso. Se quitaron sus patines y se sentaron en la banca y Taeyong puso su brazo alrededor de los hombros de Ten y lo mantuvo cerca. No estaba seguro si era porque estaba temblando o por lo que empezaba a pasar entre ellos ahora, pero se sentía bien. También fue agradable cuando sintió los labios de Taeyong presionando contra su beanie, cuando el menor entrelazó sus dedos juntos, cuando rozó sus labios contra sus nudillos. Todas las cosas tiernas, dulces y hermosas.

Sin embargo, Ten no merecía lindura, dulzura o ternura, así que todo estaba mal.

Ten escucha que la música se apaga en la habitación de Taeil y sus pies vagan por el pasillo. No golpea antes de entrar y cuando se mete debajo de las sábanas con Ten, tiene pintura seca en los nudillos y su frente un poco manchada. Ten se da la vuelta cuando los brazos de Taeil se deslizan alrededor de sus hombros y se acurruca cerca.

Los dedos de Taeil trazan patrones invisibles en la espalda de Ten, de arriba hacia abajo y este extiende su mano para limpiar la pintura seca con la manga de la andrajosa sudadera que lleva puesta.

—¿Cómo te sientes, cariño? ¿Estás cansado hoy? —Taeil le pregunta suavemente.

—Sí, un poco cansado, supongo. —dice Ten.— ¿Qué estás pintando?

—Inconsistencia, inconstancia.

Taeil siempre pinta cosas vagas que Ten nunca entiende completamente, pero la emoción es evidente en cada lienzo que toca. El mayor no está en la escuela por su arte, él sólo lo hace como una manera de expresarse, pero Ten y Johnny piensan que todo lo que pinta es precioso.

—¿Puedo verlo? —Ten pregunta.

—Claro, pero se me acabó la pintura fucsia así que tengo que conseguir un poco y terminar primero. Aunque Sujin quería reunirse para tomar un café y estudiar, ¿Crees que estarás bien solo aquí en casa por un rato?

—Sujin, ¿Es la chica de cabello castaño, cierto? —Ten le pregunta y Taeil asiente.— Es linda.

—Sí. Es un amor. Estoy fingiendo un poco ser el peor en Economía, por lo que me va a ayudar. —Taeil se encoge de hombros con timidez.

Ten ríe.

—Como si necesitaras hacer eso, cariño. Sólo invítala a salir.

Él arruga su nariz.