🌹║Epílogo

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—¡Ten! —Taeyong chilla, y el tailandés le oye desde la puerta principal.

El perro lo mira desde el suelo. Su cola golpea el suelo con entusiasmo. La adoptaron cuando ya había pasado su gran edad, por lo que en este momento no tiene mucho que emocionarse cuando alguien viene a la puerta, ya que no tiene mucha energía. Ten no tiene idea de por qué Taeyong escogió al gran viejo Basset Hound cuando habían un montón de cachorros en el refugio, pero algo en la expresión tonta del animal le recuerda a quien lo adoptó.

Ten se enjuaga la pasta de dientes de su boca cuando oye los pasos de Taeyong golpeando las escaleras. Este viene irrumpiendo en la habitación con una enorme sonrisa en su rostro y una pila de revistas en sus brazos. Ten asoma la cabeza por el marco de la puerta del cuarto de baño y levanta una ceja.

—Bebé ¿Por qué estabas gritando? —pregunta.

—¡La revista salió hoy! ¿Lo has olvidado? —Taeyong le responde a sacudidas tendiéndole las múltiples copias actualmente en su posesión.

Ten sonríe.

—No, no me olvidé. ¿Por qué estás volviéndote loco? Ya te he dicho todo lo que hablé en la entrevista. —dice.

Va hacia Taeyong y se coloca en sus puntas de pie, este todavía tiene que agacharse para darle un beso, porque no dejó de crecer hasta que cumplió veintiún años y llegó a medir 6 pies. El coreano toca el trasero de Ten a su paso para llegar a su cómoda y colocarse unos pantalones de pijama.

—Me estoy volviendo loco porque acabas de ser nombrado Diseñador del Año por la revista Vogue, ¡Mierda, Ten! —Taeyong exclama, al agacharse para darle al perro su costumbre masaje en el vientre.— ¡Y hay una diferencia entre decirme qué preguntas te formularon, y ver tus respuestas escritas sobre una extensión de tres páginas!

Ten se sienta en la cama y se inclina para ayudar a que el perro suba también. Taeyong deja caerse sobre el colchón y deja la pila de revistas a selección sobre la cama, como si estuviera tratando de elegir cuál de los ejemplares del mismo número quiere leer.

—¿Por qué compraste tantas copias? —Ten pregunta, el cariño filtrándose en su tono.

—Si crees que no voy a estar entregando estas revistas a todos los que conozco, no me conoces tan bien como pensé que lo hacías. —Taeyong sonríe.

—No seas ridículo, Taeyong. —Ten se burla.

—¡Lo digo en serio! ¡Estaba hablando con mamá de camino a casa y dijo que compró el doble de revistas para mostrárselo a todos sus amigos!

—Taeyong. —Ten gime, pasando un brazo sobre su rostro para ocultar su rubor.

Taeyong no responde, y Ten se asoma más allá de su brazo para ver lo que está haciendo. Tiene una de las revistas abiertas mientras se acuesta en el estómago del castaño, y está sonriendo beatíficamente hacia la página. Mira hacia arriba y se encuentra con los ojos del mayor cuando se desplaza hacia un lado. Este chirría cuando lo atrae y lo besa profundamente.

—¿Puedo leértelo? —Taeyong le pide.

Ten rueda los ojos.

 —Lo harás si estuviese de acuerdo o no. —dice.

Taeyong sólo sonríe y comienza así:

—Ten Leechaiyapornkul primero entró a la industria hace dos años a través de un intervalo de tiempo en una de las pasarelas en la semana de moda de Londres. La hora en que mostró su colección fue suficiente para tener asistentes corriendo a sus publicistas y estos corriendo a sus celebridades, arrastrándolos a estar en el show. Él consiguió su gran oportunidad cuando un vestido que diseñó fue elegido nada más que por Emma Watson para llevarlo en la alfombra roja, la noche en que esta ganó su Oscar. Desde entonces se ha convertido en un nombre familiar, vistiendo al actor más conocido y celebridades femeninas de nuestra generación, no sólo en la alfombra roja, también en ropa sport. —el azabache apenas contiene su felicidad a medida que lee, y es suficiente para hacer que el corazón de Ten se emocione también.— Nos ponemos al día con Leechaiyapornkul en su cafetería favorita, frente a la planta superior de una bodega que se ha convertido en su estudio de diseño principal. Leechaiyapornkul ya está esperando por nosotros cuando llegamos, charlando amigablemente con la chica detrás del mostrador. Es claramente su visita habitual allí, y recomienda el bollo de chocolate. Nos conduce a un conjunto de sillas en un rincón vacío y explica una de las razones por las que el lugar está mayormente despejado, diciendo que logra estar así después de 11 a.m. Está impecablemente vestido como se espera que un diseñador de moda esté y hace caso omiso a su chaqueta de cuero para revelar un exuberante jersey color verde. —Taeyong lee, usando una voz de narrador de cine.

fading│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora