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Es tan, tan aburrido aquí. El palacio solo está lleno de idiotas que rara vez me hablan y chismes que solo hablan de mí. Y nunca es nada interesante.
Al menos, el chisme es algo que también puedo comenzar, no solo que me lo hagan.
—Me pregunto cuándo se irá Yuzu esta noche... —murmuro en voz baja. Hay algunos guardias alrededor, algunos que pueden estar fuera del alcance auditivo, pero sé que no lo están. Una de los guardias tiene muy buen oído. Ella atrapa todo. Entonces sé que ella escuchó, incluso si nadie más lo hizo.
También sé que, a pesar de su estricta apariencia y dedicación al trabajo, siente una curiosidad incesante por todo. Ella no necesariamente fisgonea, pero sus habilidades para ser sutil son patéticas. Ella estará observando a Yuzu de cerca durante los próximos días al menos, especialmente si es amiga de las personas que lo protegen durante las noches. Ella es amiga de mucha gente, así que espero que aparezca más a menudo alrededor de sus puertas.
Las siguientes son las sirvientas.
Una de las doncellas de Yuzu está deambulando, probablemente limpiando sus habitaciones o algo así. Cosas aburridas.
—Um —digo, arrastrando los pies. Mis guardias todavía están detrás de mí, sé que pueden escuchar todo. Ni siquiera están fuera del rango auditivo normal. Lo cual está bien, esto no está destinado a difundirse en secreto—. ¿Sabes si Madre puede convertirse en Señor del Fuego? ¿O puedo? —No interactúo con las doncellas de Yuzu y ellas no saben cómo interactúo con mi madre. Están completamente separados de mí.
No saben que esta es una pregunta tonta que descubrí hace años. Por supuesto que mamá no puede, pero yo puedo.
—Bueno, no lo creo. ¿No son los Señores del Fuego todos hombres? Sin embargo, estoy segura de que podrías convertirte en la Dama del Fuego —esta doncella es una idiota. No existe una Dama del Fuego, por eso no ha habido ninguna en los libros de historia. No es que los lords anteriores no se hayan casado. Y no es que no haya habido mujeres señoras.
A nadie le importa con quién está casado el Señor del Fuego, solo los niños importan. Así ha sido durante cientos de años.
—¿En realidad? Entonces, ¿puede padre convertirse en el Señor del Fuego? —Finjo parecer distraído después de hacer esa pregunta. En lugar de esperar su respuesta, sonrío y salgo corriendo, dejándola atrás junto a mis guardias.
Han aprendido a no quedarse atrás.
No sé mucho sobre las doncellas de Yuzu, pero ninguna de ellas está entrenada como las mías. Chismorrean. Confían en que la gente diga la verdad y charlan y muestran sus debilidades de una manera que las mías nunca tuvieron la oportunidad de hacer. Siempre veían lo que les pasaba a las personas que lo hacían antes de actuar fuera de turno. Yuzu es demasiado suave con ellos y se nota en la forma en que hablan a su alrededor.
