Declaración

79 8 0
                                    

Erick estaba sumamente nervioso, pero no lo manifestaba, su marcada educación le impedía demostrar exageradamente sus emociones, especialmente a un extraño, él debía ser serio, analítico y confiable, no podía mostrar debilidad ante nadie y actuar con nerviosismo en este momento, era una debilidad. No le importaba de lo que su abuela lo hubiera acusado, él era inocente y tenía todo para probarlo.

“Eso si alguien no se deshace de las pruebas”, pensó Erick

Pero porque alguien lo haría, nadie tiene motivos para atacarme, ni siquiera Madame, ella solo está loca”

“Tranquilo Erick, todo se arreglará… tiene que “

El oficial solo continuó con su trabajo atrasado, llenando algunos documentos, de vez en cuando, observaba al extraño chico  quien parecía indiferente a la situación , de pronto, notó el traje que el niño vestía, el cual, era demasiado costoso y contractaba demasiado, con el abrigo común y corriente que llevaba sobre este, solo entonces comprendió que el niño provenía de una familia adinerada, pero ¿Cuál?, en ese sector, Sí,  habían varias familias que gracias a sus negocios y estudios, ganaban mucho más dinero que el promedio de la gente, pero seguramente ninguna se daría el lujo, de gastar tanto en un simple traje, excepto una…  “Imposible Madame Lébidieva no iría en contra de uno de sus parientes ¿o sí?”, pensó el oficial.

De pronto tocaron a la puerta, el oficial Harrison se levantó a abrir y por esta se asomó uno de sus compañeros, dejándole saber, que, el abogado Gregory Campbell había llegado, el oficial le pidió que lo hiciera pasar y minutos más tarde, un hombre de estatura promedio de cabello castaño, de entre 35 a 40 años, vistiendo un traje formal, color gris y un abrigo café claro, entró a la oficina con un maletín. Rápidamente Erick se levantó para saludarlo extendiendo su mano, después de las debidas cortesías, él hombre tomó asiento en la silla que estaba al lado del chico y preguntó al oficial.

-           Bien, ¿Cuáles son los cargos de los que acusan a mi cliente?

El oficial de inmediato le informó de los cargos que Madame Lébidieva acusaba al chico, resumiendo los detalles sobre las personas que estaban en el hospital y haciendo notar que había oficiales en el sector de los hechos analizando la situación, señaló también que el joven se había negado a dar su versión de lo ocurrido, lo cual, era primordial en la investigación. El abogado escuchó atentamente al oficial ideando la mejor manera de llevar el caso, y cuando este se detuvo se dirigió a Erick diciendo:

-          Necesito que digas lo que pasó, solo ateniéndote a los hechos, ¿Comprendes? – le explicó mirando al niño a los ojos y tratando de tranquilizarlo

-          Si – contestó Erick, desviando su mirada hacia el piso, mientras trataba de esconder sus manos para que no se notase su nerviosismo, luego alzo la vista preparándose, pero aun sin saber por dónde comenzar

-          Bien, le haré las preguntas entonces – dijo el oficial ajeno a los sentimientos del chico, retomando el su lápiz y preparándose para comenzar a escribir - ¿Cuál es su nombre completo?

-          Erick Lébidiev

-          ¿Disculpe? – dijo el oficial creyendo haber escuchado mal, “¿acaso el chico bromeaba?”

-          Mi nombre es Erick Lébidiev – Contestó con mirada inexpresiva y voz firme que denotaba seguridad, la cual definitivamente no sentía -  Oficial Harrison

-          Pero esto…

-          Por favor continúe con las preguntas, oficial

Intervino el abogado carraspeando y en cierta forma comprendiendo el desconcierto del oficial, al fin y al cabo, de los tres hermanos Lébidiev, Erick era el que menos procuraba llamar la atención, las pocas veces que había salido en los periódicos, era por haber participado junto a su padre en algún evento social o político importante, a diferencia de sus hermanos quienes llamaban la atención de la prensa todo el tiempo, llegando a ser considerados verdaderas celebridades. A pesar de todo lo tres hermanos, eran realmente muy populares entre las jóvenes de sus edades, y el chico pelinegro se había ganado inconscientemente el cariño de muchas personas, quienes aun sin conocerlo personalmente se dejaban llevar por su apariencia humilde y misteriosa. La cual claramente contractaba con los cargos de los que ahora se le acusaba.

Los sirvientes del HuérfanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora