Dieciocho: Reescrito

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-¿Estás bien, Pet? -Preguntó Harley cuando su hermano mayor se tocó las costillas.

Tony quería a todo sus retoños por igual, no había preferencias para ninguno, al igual  Steve, para él todos sus hijos eran favoritos, ni uno más tampoco menos.

Pero, Tony, al ser omega tenía una conexión  con los cachorros omegas por ser en ocasiones más dependientes y estar en una línea enorme de peligro, sabiendo esto, se podía entender el por qué Peter sentía punzadas horriblemente agrías.

Las conexiones no solo podían ser románticas sino paternales. Un amor como el de un omega hacia sus hijos iba más allá de una eternidad y de un infierno, viajando entre realidades y paralelismos.

Anclados para siempre entre sus entrañas, pegados a un hilo invisible y resistente siendo una ventaja de instinto y seguridad para ambos, siempre y cuando se manifestase de manera agresiva.

-No... siento... me duele aquí -Peter señaló sus costillas inclinado.

Harley tomó un taburete y lo puso detrás de su hermano para que pudiera sentarse. Su preocupación estaba creciendo.

-¿Campeón?

-Tío Clint, Peter se siente mal -avisó preocupado el primer alfa de los Stark-Rogers.

Barton se acercó a Peter.

Para el omega aquella sensación era nueva y horrible. Sentía caliente y le ardía, como si por dentro hubiese un cuter dando vueltas sobre su piel.

-Le duelen las costillas y mira lo lívido que está -comentó Harley pasando sus manos por el rostro de su hermano.

Barton le quitó la chamarra a Peter y tocó su frente no podía asegurar lo que era...

-Siento que me están apuñalando por dentro y cada vez es más intenso...

-¡Morgan se siente mal! -Gritó corriendo Mary en busca de ayuda.

Harley volteó a ver a su hermana.

-¿Qué?

-No dejes a Peter, busca hielo y recuestalo en el sofá. Iré por Morgan, ¡rápido Harley!

Barton se fue escaleras arriba con Maria. Morgan estaba sintiendo lo mismo que Peter pero para ella era peor, por ser una omega pequeña con un dolor tan intenso en su pequeña figura.

-¡Tío, me duele! -Chilló la pequeña tocando sus costillas.

Clint tomó a la niña en sus brazos y la llevó hasta la sala. Le puso una bolsa de frijoles verdes de la nevera y le dio agua, los labios los tenía resecos.

-Tranquila, tranquila, aquí estoy pequeña.

Morgan no dejaba de llorar y Peter tampoco de quejarse. Clint tomó la desición de llamar a emergencias, las del complejo.

Puso a la niña en sus brazos y la cubrió con una manta. Mientras que Harley cargó a Peter.

-Niños entren al auto, hay que ir a emergencias, Maria llama a tus padres.

-¡Lo hice pero no me contestan! -Exclamó la chica preocupada saliendo para abrir las puertas de uno de los vehículos de Tony.

Adentro iban siete personas. Seis de ellas nerviosas, dos casi sintiendo que se morían por el dolor.

Llegando al complejo fueron atendidos por los mejores y más capacitados médicos de guardia. Mientras ambos omegas Stark-Rogers eran ingresados, Harley, Maria, Nathaniel y Johnny esperaban en la sala del otro lado del pequeño piso. Una más capacitada para adolescentes y niños.

Clint llenaba los datos básicos en una tabla mientras pedía que localizaran a los padres de los chicos.

Una enfermera le iba comentar algo hasta que...

Se dio la vuelta y encontró tres camillas en fila, creyó que era tres agentes, cualquiera... pero, no, eran sus amigos y su esposo.

Con gran consternación miró cómo muchos especialistas se acercaban y tomaban las camillas que empujaban los paramédicos.

Stark y Rogers pasaron por sus ojos, no pudo seguir nada más con la mirada hasta que se encontró con Bruce.

Clint se acercó a la camilla y solo se le permitió retrasar la emergencia médica porque Bruce iba despierto.

-Bruce, pero, ¿qué sucedió?

-Ve con Natasha... ve...

Perdió el conocimiento y el médico tuvo que convencerlo de que era normal, Bruce estaba herido pero no al punto de Tony.

Tuvo que obligarse a dejarlo ir tras las puertas, con la preocupación notable en sus ojos. Nada lo ponía tan nervioso como la inestable salud de su familia.

Las manos sobre la cabeza y lágrima brotando de sus ojos. Le dolía parte de su cuerpo, y sus emociones estaban desechas.

La relación entre Bruce y Clint podía ser invisible para muchos pero tenían algo real. Una realidad en la que ambos amaban vivir.

La ternura más de por medio, la comprensión y la felicidad que encontró Bruce jamás la apostaría... vivir sin el otro no era una salida.

Tal vez eran alfas y no tenían una marca pero si una unión que los sostenía en el mismo mundo y hogar.

El corazón de Bruce estaba en Clint, el alma de Barton clavada en la venas de Banner.

Natasha entró corriendo, la rusa lo encontró y lo único que pudo hacer fue abrazarlo y dejar que el espía llorara en sus brazos.

-Estará bien, estará bien.

Iba estar bien. Bruce lo iba a estar.

-¿Qué pasó, por qué vinieron así? -Preguntó Barton más sosegado.

-Una mujer apareció mientras conducían. Bruce decidió irse con Steve y Tony para encontrarse contigo. Estrelló su camioneta contra la de ellos, iba llevarse a Tony.

-¿Y dónde está, ella?

Natasha encontró los ojos de su mejor amigo y negó.

-Escapó. Steve entró en crisis y me distraje pero un segundo, es algo de tiempo aunque sea ligero. No estaba sola, una motocicleta la esperaba.

Y eso solo era el inicio de más tragedia para los Stark-Rogers y aquellos a su alrededor. Había tenido una vida tranquila, lo suficiente. Era hora de que el mundo los pusiera a prueba.

El día no inició nada bien, y tampoco iba mejorar el siguiente o tal vez si, pero todo vendría en una oleada.

La Superfamilia Y Algo Más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora