Diecinueve

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Harley se sentía abrumado, la vista le fallaba y no entendía muy bien las palabras de Barton luego de que juntó en una misma oración los nombres de sus padres y la palabra: accidente.

Tuvo que sentarse porque la cabeza la sentía enorme y caliente. La boca le quedó seca, las manos le temblaban.

-Ellos...

Clint se puso de rodillas cerca de él.

-Ey, campeón...

No miró al arquero, sentía que no podía concentrarse en una sola cosa.

-¿Se van a morir? -Lo único que generó su boca.

Clint se incorporó y se sentó en la silla junto a la de Harley. Pasó su brazo por los hombros.

-No sé .-No podía dar falsas esperanzas. Tampoco dar una respuesta exacta, solo debía ser sincero.

Vio a Steve y Tony  heridos de gravedad. Casi sin color, helados. Muy afectados.

-Escucha...

Harley miró a su tío. El menor estaba muy afectado, desgarraba su carne por dentro cada vez que recordaba las palabras que hacia unos diez minutos le dijo su tía Natasha Romanoff.

Tus padres fueron blanco de un ataque junto con Bruce. Están muy mal...

Clint sonrió.

-Lo que sujeta a tus padres a esta vida es superior a sus fuerzas. Y eso, son ustedes. No van a irse hoy, probablemente nunca, así que, debes ir a limpiarte porque cuando despierten luego de lo que sea que les estén haciendo, querrán ver lo que más quieren cuidar: la sonrisas de sus hijos, las van a necesitar.

Harley se sintió un poco mal pero también fue reconfortante el consejo lleno de cariño que le expuso su tío.

Se sentía mal porque Clint estaba siendo fuerte dándole ánimos a él en vez de hacerlo mutuamente. Tal vez que Bruce no estuviese tan grave pero era el mismo dolor y no se podía minimizar.

Sonrió y tomó las manos del mayor.

-Tío, el tío Bruce también se repondrá. Todos sabemos que no se irá, Hulk no lo dejará.

Barton sonrió, golpeó levemente y cariñosamente la espalda del rubio Stark-Rogers.

-No. El grandote me adora, se volvería loco si me dejara de ver.

Y no era mentira. El grandote estaba loco por Barton. Cada vez que se encontraban le obsequiaba una flor y hacía reír a Nathaniel, bueno, cuando estaba de buenas y no lo sacaban de quicio.

Peter y Morgan estaban más o menos bien. Lo único que les rondaba luego del aviso sobre el accidente de sus padres cosa que no sabían, era una sensación de cosquilleo ardiente

El médico les proporcionó un suero que ya se habían acabado. Les funcionaba para calmar los tejidos de sus costillas.

Les dieron una paleta. Ambos se encontraban jugando en el consultorio médico para omegas menores de edad. Osea pediatría.

Peter estaba junto a Morgan y le hacía cosquillas.

-¡No, ahí no! -Chillaba Maguna mientras se subía al regazo de su hermano para pincharlo con sus deditos.

-¡Aquí entonces! -Exclamó Peter haciendo cosquillas sobre los brazos de su hermanita.

-¡Déjame! -Dijo Morgan abrazando del cuello a su hermano.

Gracias a Dios, de la cabeza estaba muy bien. Solamente le quedaría esa cicatriz como un mal recuerdo pero de eso se encargaría a Tony para que fuera borrada.

-¿Tú me quieres? -Preguntó la pequeña niña con los ojos de color chocolate brillando.

Peter no dudó ni un segundo en responder con el corazón.

-Con toda mi alma, te amo.

Morgan hundió la cabeza en el cuello de su hermano y se le derramó una lágrima. La pequeña era consiente de los problemas a su alrededor, no los entendía pero si sabía de su existencia, y eso la hacía sentir mal... probablemente ella era un estorbo...

Natasha y Bucky caminaban de un lado a otro alrededor de las salas donde sus amigos estaban siendo atendidos.

No se moverían de ahí, ni siquiera por ordenes del mismísimo presidente.

La pelirroja tenía cortes alrededor de la cara pero nada grave.

-Ay, moya lyubov', este día no nos ha elegido como favoritos -murmuró viendo a su esposo.

El sargento se acercó a su esposa y acarició sus cortes.

Estaban asustados, muy preocupados. El dolor de uno, era el dolor de otro. Ese sentimiento los reclamaba como familia, más que un equipo.

-Estarán bien.

Natasha sonrió y negó.

-Esa mujer quería a Tony. Se fue, no estaba sola, volverá y tengo miedo. Ellos están heridos, no podrán defenderse si sucede algo.

-Entonces... nos quedaremos con ellos hasta que se recuperen. No vamos a dejarlos solos, ellos no lo hicieron con nosotros.

-Y ayudaremos a Clint para cuidar a Bruce.

-Ayudaremos a Clint para cuidar a Bruce -repitió James con un tono cariñoso.

Desde la perspectiva de cualquier otra persona. Quisieran a amigos tan incondicionales como los del matrimonio conformado por Steve y Tony.

-Esa mujer... se me hacía muy conocida -susurró Natasha.

Su esposo la observó.

-Esos ojos... luego enviaré a Visión para que haga guardia. Tengo que ir al departamento de investigación para narrar la descripción física de esa mujer y estudiar las cámaras de vídeo de la calle donde sucedió todo.

-Hydra tiene que estar implicada en esto -James torció la cara. La maldita Hydra siempre era la antagonista de sus vidas.

Su mujer subió las manos por los hombros para darle fuerza al recordar ligeramente las desgracias que le hicieron pasar.

-Tranquilo. El proceso es lento pero, se irán a la mierda.

El estado del omega era crítico, demasiado. Tony tenía una salud perfecta pero su condición física fue afectada de manera extraordinaria y estaban haciendo lo posible por reanimarlo y no dejarlo ir.

Steve siendo su alfa, llevando prácticamente partes de Tony dentro de su instinto, aun estando dormido sentía la pesadez y el desgano de su omega, ninguno quería seguir sin el otro, lo sentían.

Uno herido, y el otro sano podía reanimar al primero desde el interior consagrado por el hilo destinado, pero ambos en una situación de gravedad era cosa seria, no sentían muy bien al otro.

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Moya lyubov': Mi amor.

La Superfamilia Y Algo Más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora