Somebody Else

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Hay muchas formas en las que el ser humano intenta conseguir la inmortalidad, algunos, los más osados, pasaron su vida navegado y cruzando los 7 mares para encontrar algo llamado la fuente de la juventud, algunos caballeros Cruzados, trataban de conseguir el Santo Grial. En Tiempos más recientes y civilizados, optaron por crear arte con sus manos y plasmar en ellas una parte de sí mismos que perdurara por la eternidad, pero si había algo completamente increíble era el edificio que tenía frente a ella.

Un edificio que no solo denotaba la imponencia de su función, si no la trascendencia de su historia, había comenzado a construirse en un día de marzo de 1889, Barcelona no era más que un páramo Catalán en y 139 años después el Temple Expiatori de la Sagrada Família aún bajo construcción, se plantaba en una de las principales ciudades de Europa y del mundo, evocando la trascendencia inmortal de su creador que había muerto una mañana atropellado por un tranvía camino a ver a supervisar su obra maestra, sin saber que había alcanzado la inmortalidad.

Valentina la vio desde muchas cuadras atrás, era imposible no divisarla, pensaba ella desde cualquier punto de Barcelona las 4 torretas que acariciaban el cielo de la ciudad rodeadas de grúas de construcción. Cada vez más cerca, tenía que levantar más la vista para que sus ojos pudieran abarcar la mayor parte de la estructura, el Uber las dejo en la puerta de la Natividad.

Usaba un pantalón entallado color camel y una camisa azul marino que resaltaba el color de sus ojos, rematando con un par de tenis blancos, una chamarra ligera, su cabello castaño caía en tenues caireles sobre sus hombros, Juliana junto a ella con jeans de cadera alta y una playera lisa blanca con cuello en V, su chamarra de cuero negra y sus Vans, ambas sin palabras ante la magnitud del edificio Valentina comenzó a caminar como si la iglesia le estuviese llamando con premura y solo poco tiempo después Juliana cayo en cuenta que la estaba dejando detrás.

Valentina estaba muy extraña desde que habían salido, del hotel, apenas habían cruzado algunas palabras y en el viaje ambas se habían distraído observando el paisaje y las largas calles de la ciudad. Sus ojos brincaban entre observar la cara de fascinación de la castaña que tenía sentada a su lado y el todo lo que las estaba rodeando al avanzar por las avenidas, el Uber era un auto compacto por lo que estaban sentadas muy juntas, sus rodillas se tocaban apenas, y sintió una imperiosa necesidad de poner su mano en su muslo, pero creyó que quizá estaba sobrepasando la línea.

Claro que en el tren camino a Barcelona lo había hecho, se había dormido en la calidez de su cuello aspirando su aroma todo el camino, pero ahora había algo, una barrera invisible que no había ahí antes. Busco su mano izquierda para sostenerla, pero Val la tenía metida en la bolsa de su chamarra.

Se encaminaron a la taquilla tomando un tour que justo comenzaba, el guía les hablaba sobre los detalles estéticos y constructivos de la edificación al entrar a la nave principal ambas mujeres quedaron anonadadas con la altura de las columnas que soportaban el techo como ramificaciones intrincadas de las ramas de un árbol. Caminaron junto al grupo y vio como Valentina de hacía a un lado dándole la espalda y caminaba hacia uno de los entablamentos con un par de santos Españoles, quizá Valentina era católica o algo así, decidió darle un instante a solas mientras la esperaba unos metros adelante.

-. Esta iglesia es una de las más altas de Europa, no se cuentan con planos originales ya que se perdieron en un incendio.- dijo el guía mientras caminaba por la nave principal.-. Se han seguido desde entonces, bosquejos, con ideas plasmadas por el arquitecto antes de morir, y principalmente, con el legado que dejo a sus aprendices y ellos a sus aprendices.

-.Valentina ¿Qué estás haciendo?- pregunto la morena cuando vio que el grupo avanzaba y la chica aún estaba detrás del grupo.

La castaña aún tenía el anillo de compromiso atorado en el dedo, estaba hinchado de tanto que había intentado quitárselo, estaba muy desesperada, porque en primer lugar, no tendría siquiera saber que ese anillo estaba en la maleta de Juliana.

IntransferibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora