-. ¡Gracias a dios que estas aquí mi amor!.- Lucia se levantó como un resorte al ver entrar por la puerta de la agencia a su mejor amiga abrazándola con una efusividad bastante ansiosa.
-. Por favor dime que no estamos en la banca rota.- dijo Valentina con una sonrisa forzada.
-. Aun no, pero casi.- estaba bromeando, bueno algo así.
Apenas 3 días atrás Valentina había aterrizado en la CDMX y aun le quedaban un par de días para su permiso de vacaciones, pero decidió presentarse a trabajar, todo lo que le ayudara a evitar pensar en Juliana era mejor que estar lamentándose en casa por algo que le oprimía el corazón y no comprendía aún como podía dejar ir. Que no quería dejar ir.
Minutos más tarde ambas estaban enfrascadas en una montaña de documentos entre logística para dos cruceros de 200 personas en el caribe, una boda con 120 invitados en Los Cabos y en tour por Europa de 25 niñas que estaban celebrando sus XV años. A pesar de que había dejado bastante trabajo adelantado, Lucia había hecho un excelente trabajo marketing consiguiendo todos estos contratos la última semana, así que casi podría perdonarle el hecho de que, en la última semana había mandado a dos personas en vuelos completamente equivocados.
-. ¿Y cómo estás?.- al fin se animó a preguntar la rubia sentada al frente de su escritorio de cristal mientras Valentina tenía la mirada hundida en la montaña de papeles frente a ella, arrugo el ceño un poco concentrándose en terminar la tarea de chequear por tercera vez nombres de pasajeros con camarotes de la embarcación.
-. Excelente, todo está perfecto.- Dijo la castaña pasándole un bonche de papeles, tratando de desviar la información, las lágrimas le estaban quemando los ojos, no se había dado permiso de llorar desde que había llegado a México.
-. Vale, "bien" no es la precisamente la palabra que te define en este momento y no porque te lo repitas todos los días al espejo, lo hace real, si sabes ¿no?.- la mujer de ojos verdes tomo la mano de su amiga y se sorprendió de sobremanera al darse cuenta que no la estaba retirando, al contrario le regreso el gesto aun sin levantarla mirada, pero ese gesto la hizo sonreír, porque después de muchos años, algo se había derrumbado alrededor de Valentina Carvajal y estaba permitiendo que alguien más se acercara a ella, sin necesidad de emborracharla para conseguirlo, una gran victoria.
-. ¿Como puedo encontrar la explicación que necesito Lu?.- comenzó la castaña.-. Como puedo aceptar que las vacaciones más horrendas e improvisadas que viví y por lejos, ¿haya podido ser la mejor experiencia de mi vida? ¡No existe lógica Lu!.- la castaña estaba comenzando a llorar y a respirar
-. Mi amor, está bien.- Lucia se acercó a ella rodeando el escritorio y acunándola entre sus brazos, viéndola desde lo alto. Sea lo que hubiese pasado en ese viaje la mujer que estaba entre sus brazos no era la misma que se había subido a ese avión, algo había cambiado.-. ¿Te enamoraste Vale?
Valentina bajo más el rostro y apretó los hermosos ojos azules con mucha fuerza dejando caer más lágrimas de ellos y Lucia no necesito más palabras. La tomo fuertemente del rostro y beso su frente mientras la abrazaba del cuello y dejaba que llorara en su vientre. La última vez que su amiga se había dado la oportunidad de llorar de esta manera, posiblemente no tendrían más de 10 años, la última vez que le rompieron el corazón y que ella se lo conto, tenían 17 años una botella de mezcal y había pasado un mes, la última vez que recordara abrazarla de esta manera había pasado toda una vida. Era doloroso verla sentir tan profundamente, escuchar suspiros de dolor, sentirla estremecerse, ver su ojos inundados por las lágrimas su rostro marcado por la decepción. Juliana había sido una cabrona, estaba seguro de ello, pero le había regresado a una Valentina más humana de lo que jamás en su vida fue. Luego de cerca de una hora llorando y de dos tés de manzanilla para calmarse, Valentina había relatado la historia desde que se habían montado al avión hasta el instante en el que le pidió a Juliana que se regresara a México.
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Intransferible
FanfictionBasada un poco en la película del mismo nombre Valentina Carvajal sinónimo de autocontrol profesional y personal, un muro de contención en todos los aspectos de su vida. Un cambio de planes de ultimo minuto y una noche de borrachera, será el preámbu...