r e f l e j o

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Bucky se observó detenidamente al espejo con el torso descubierto. Después de haberse cortado el cabello, pensaba que se parecía más a lo que solía ser, pero ¿realmente lo era? Sus ojos eran iguales, viendo su propio reflejo. Recorrió su cuerpo con su mirada; su piel era la misma, su cabello era el mismo, sus facciones eran las miras, sus colores eran los mismos. ¿Por qué le costaba tanto reconocerse a sí mismo?

Su mirada bajó, le sorprendía la cantidad de cicatrices que debería tener, pero debido al suero no eran notables. Su condición no había empeorado, sabía que podía seguir andando. Y luego sus ojos llegaron a sus hombros. Observó detenidamente donde iniciaba el brazo de metal. Los cambios de colores y materiales. Observó el brazo. Se giró de lado. Se puso nuevamente de frente. Una mueca apareció en su rostro.

No le encantaba lo que veía. Se sentía inseguro en su propio cuerpo. Tenía miedo de sí mismo.

Entonces tomó su camiseta que se encontraba en el lavamanos bajo el espejo. Pero antes de ponérsela, sus ojos divisaron algo en el reflejo. Había olvidado cerrar la puerta, y ahora Sam se encontraba ahí, recargado en el marco de la puerta, viéndolo detenidamente. Bucky pasó saliva y agachó un poco su cabeza.

—¿Llevas mucho tiempo ahí?— Preguntó el castaño.

—Pensé que lo sabías.— Sam habló extrañado. No era del todo normal que Bucky no se diera cuenta de que estaba siendo observado de algún lado.

Casi susurró. —No. No estaba alerta.

—¿Qué estás pensando?— Se acercó lentamente al otro, abrazándolo por la espalda y recargando su mentón sobre el hombro izquierdo de Bucky. Intentó encontrar la mirada del otro, pero sus ojos azules estaban inmersos en la camisa entre sus manos. —¿No te gusta lo que ves?

—¿Cómo va a gustarme eso?—  Bucky se quejó, apuntando con su mano hacía sí mismo en el espejo. —Mi cuerpo aparenta una edad que no tengo, pero mi edad no se refleja en mi cuerpo. Y el... brazo... mi cabello... mi cara...

Sam lo observó detenidamente, Bucky parecía esforzarse demasiado por siquiera mencionar esas palabras. Era como si no tuviera idea de que decir, pero tenía muchas cosas las cuales criticar. Y de sí mismo. Entonces lo pensó un momento; seguro para Bucky era un desafío todos los días levantarse, verse al espejo, ponerse ropa, alistarse, salir y darse cuenta que el mundo había cambiado. Su mundo había cambiado. Si en algún punto de su vida solía quererse a sí mismo, ahora estaba demasiado lejos de eso.

—¿Sabes qué veo yo?— Dijo Sam animado. Bucky ni siquiera lo volteó a ver. —Creo que ahí sigue estando ese chico que tenía grandes esperanzas sobre la vida, ¿sabes? Y podrás decirme lo que quieras, pero creo que todos los pequeños detalles en tu cuerpo están ahí por una razón. Y todo lo que tú pienses que es horrible en ti, es perfecto para mí— Una tierna sonrisa se formó sobre sus labios, y quiso lograr lo mismo en el castaño.— . Todos esos pequeños detalles son perfectos, todos y cada uno en su lugar. Y solo son sinónimos de los momentos en que más valiente haz sido. Tal vez por eso no me cuesta nada admirarlos.

Sam observó a Bucky sonreír un poco, y no pudo evitar reír al escuchar al otro decir en un tono bajo: —¿No es fácil para ti decirlo si tienes un rostro tan atractivo?

—En ese caso debería ser fácil para ti aceptar que no hay nada de malo en ti— Le dió un pequeño beso donde iniciaba el brazo de metal y notó el pequeño sonrojo en las orejas del castaño. —. Termina de cambiarte, y cuando quieras cenaremos.— Acarició ligeramente los hombros de Bucky y salió del baño.

Bucky suspiró. Volvió a mirar sus ojos, y luego se colocó su camisa. Tal vez no todo era tan malo.

¿Y esto qué es? [Sam + Bucky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora