¿Y esto qué es? [Sam + Bucky]

o l v i d a r

Sam no podía dormir. El cansancio por las noches hacia que su mente se despejara y algunos pensamientos y recuerdos regresaran. Y aunque siempre trataba de ser valiente y resolver todo y darle una segunda oportunidad a todos y escuchar..., a veces estar en casa era lo mejor. Porque no tenía que preocuparse por todo lo demás más que por él y su familia.

Pero a veces era imposible olvidar. Pensaba que, si era difícil para él, no podría imaginar las cargas de otras personas. A veces, casi siempre, lograba sentir el peso sobre sus hombros de la muerte de su mejor amigo, Riley. Cómo no pudo retener a Steve. Ni a Natasha. Y hubiera preferido ser él y no Rhodey quien quedara paralítico aquella vez en el aeropuerto. Y las discusiones con Tony. A veces, también, extrañaba a sus padres, queriendo pensar que estaban orgullosos de él en algún lugar. Y también se sentía culpable de todo lo que tuvo que pasar Sharon. Y la lista en realidad podría seguir, pero logró callar sus pensamientos con uno único. Algo que no le gustaría que pasara jamás.

—¿Buck?— Se volteó de lado para encontrarse con Bucky dándole la espalda. —¿Estás despierto?

—¿Mhm?— Escuchó. Y se alegró de que el otro estuviera despierto. Simplemente de que estuviera ahí.

—¿Puedo preguntarte algo?— Susurró.

—Escucho.

—¿Me prometes que tú nunca te vas a ir de mi lado?— Preguntó ligeramente nervioso. No quería que Bucky pensara que era cursi o algo así. Pero Bucky sabía que sí lo era. Y Sam no lo sabía, pero Bucky amaba eso.

Un pequeño silencio se formó entre ellos. Sam no fue capaz de descifrar si Bucky se había enojado, o reído, o se hubiera puesto tenso o algo. Simplemente no sabía cómo reaccionó. Hasta que lentamente lo vió dándose la vuelta, lo observó a los ojos, y se acercó lo suficiente para tomar el rostro de Sam entre sus manos. Le dió un pequeño beso en la nariz, y después le dijo con voz somnolienta: —Jamás.