Susurros del vacío

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Por ti

Creo que estoy equivocada, tal vez no siento nada..., quizá no siento todo.

Tengo ese sentimiento cuando me hablas, esa emoción al escuchar tu voz. También siento el vacío cuando te vas, cuando eres indiferente.

¿Qué hago aquí?

Te quiero, sé que me quieres de la misma manera, llenas mi alma cuando lo dices.

El amor, ese sentir tan increíble y aterrador a la vez. Ese sentimiento, por el cual todos caemos de rodillas, por ese mismo que dejamos el corazón a merced de otra persona. Permitiendo que haga con él lo que le plazca.

A veces llega el momento donde se apaga todo, el frío color negro aparece de nuevo. Probablemente nunca se fue. Todo empeora cuando el sentirse vacío se hace costumbre.

Aquel lugar oscuro, esa tristeza que debilita..., ¿quedará algo de mí si llegas a irte?

La rutina se torna estresante, compleja. La vida se vuelve amarga de nuevo.

Todo se vuelve un peso tan..., agobiante.

Caemos y caemos, no encontramos un fin.

Quedamos sin fuerza, con pena, aflicción, pesar, angustia... sin nadie en quién apoyarnos. Pero, ¿Cuándo tuvimos a alguien que se preocupara por nosotros? ¿Cómo vivir después de tanto tiempo?

En verdad estoy perdida, ¿no?

Aunque actuemos con desinterés, el mismo miedo nos corroe. Nos quema.

¿Qué pasará conmigo cuando digas que todo cambio y que ya no quieres nada?

En ese momento, vienen los golpes al pecho. Las espinas clavándose en el corazón. La falta del aire y el terrible nudo en la garganta.

Sabes que entregas todo cuando esa persona tiene el poder de destruirte, capaz de arrancarte el alma.

El amor... ¿Por qué algo tan hermoso es tan destructivo para el ser humano?

Tal vez soy valiente al tenerlo conmigo.

O solo estoy jugando con fuego.

Pero, vale la pena arder por ti.