Susurros del vacío

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Soy el reflejo

Lo alejé a él, a la persona más importante de mi vida. Con palabras amargas y llenas de mentiras. Con ese miedo a salir lastimada. Con ganas de derramarme y caer al suelo.

Tal vez dije cosas hirientes para que se fuera por su cuenta y así no sentir ningún brote de culpa.

Alejé lo que me daba razones para seguir, me obligué a hacerlo. Porque aun duele...

Ahuyento a tanta gente... y sé que por mi culpa estoy sola.

He gritado incontables veces; tras esas canciones tan deprimentes que hacen que me sienta pequeña. Insignificante, banal.

El llanto ya no ayuda más, pierdo fuerzas con cada lágrima.

Escribir mis pensamientos a diario baja la carga en mis hombros, ayuda tan solo un poco.

Estuve equivocada al pensar que podía sola, ¿Qué más da?

Nadie vuelve a donde lo hirieron tanto.

Solo pensaba en mí y en lo que podía pasar si dejaba entrar a alguna persona. No me paraba a pensar en cuanto lo hería...

Me repetía una y otra vez «entre menos personas entren, menos se irán y dolerá menos»

Que desacertada estaba.

Las palabras erróneas dañan hasta lo más profundo del alma, quedándose ahí y haciendo el dolor más duradero.

¿Por qué decir la verdad duele tanto?; ¿Por qué guardar un secreto destruye así?

Aceptar lo que duele, aceptar lo que pasó. Aceptar la verdad, ¿eres tan valiente como para hacerlo?

El sentirme desolada mientras te vas no es un sentir nuevo. No es nuevo sentirse solo.

Me miras con cierta amargura y murmuras un «lo siento»

¿Lo siento por qué? Porque no cumpliste tu promesa de no irte.

Si realmente no importa nada..., ¿por qué me asfixio con mi propia mano?

Veo la luz tan brillante, veo el túnel y de éste sale una silueta oscura que me pide ir hacia él.

¿Aún hay que esperar?

¿Aún tengo tiempo...?

Soy el reflejo roto en el espejo.

Ese que no para de llorar y se siente vacío.