Sus manos se encontraban revisando el uniforme que había usado el día anterior. Sintió como una corriente helada circulaba por todo su pecho. No se encontraba. Por más que buscara, la carta para Zhongli no se encontraba. Se detuvo un momento a pensar y repasó en voz alta los hechos de la noche anterior. Recordó palpar el sobre antes de salir de la funeraria, por lo que sólo había una conclusión, y ello era que se había extraviado probablemente antes de salir de la oficina. Si ese hubiese sido el caso, seguramente Zhongli ya debería haberla encontrado. Respiró hondo y después se vistió; si la hipótesis fuese correcta, entonces no tendría de que preocuparse.
Salió lo más rápido que pudo de su casa dejando sólo una racha abrasadora por el camino. Si tenía que llegar antes de que todos lo hicieran para cerciorarse, lo haría. Y así con el sol a punto de salir, cambió su habitual destino matutino dirigiéndose a la funeraria.
Una vez estando allí, recorrió la entrada incluyendo debajo y detrás de sillones, escritorios y mesas. Después de no encontrarla a la vista, ingresó a su oficina inspeccionando los alrededores. No había rastro de ella. Se dejó caer en la silla somnolienta y algo cansada pero satisfecha de saber que nadie más podría encontrarla al llegar. Cerró sus ojos de manera perezosa, y se quedó dormida en esa posición, sin siquiera considerar el hecho de que quizás la carta se encontraba extraviada en algún rincón de Liyue.
Pasado algún tiempo, concibió una presencia que le hizo despertar su subconsciente. No le agradaba para nada que alguien estuviese por ahí mientras dormía un poco aunque fuesen horas de trabajo. Exhaló aire caliente y con su característico humor sombrío se levantó de la silla articulando con una voz escalofriante me comeré tu alma. Más pronto que tarde, se embistió contra algo logrando que retrocediera un poco. Al parecer, quien fuese, estaba más cerca de lo que pensaba. Se frotó la frente y alzó su vista. Zhongli se encontraba frente a ella.
─ Viejo. Buenos días─ dijo quejándose un poco aún por el reciente impacto. Después, se dejó caer nuevamente en la silla.
El hombre le miró con curiosidad antes de saludarla y ofrecerle una humeante taza té. Ella le miró con cierta confusión, él sabía que ella no tomaba té, pero lo aceptó de todas formas dejando la taza sobre el escritorio. Hubo un pequeño silencio antes de que Meng Dan irrumpiera en la oficina. Se veía algo consternado y nervioso. Hu Tao y Zhongli cruzaron primero sus miradas antes de interrogar al joven qué era lo que sucedía. Para su sorpresa, al parecer esa mañana se habían presentado algunas renuncias del reciente grupo que se había incorporado al equipo de sepultureros.
Si bien era cierto que las estadísticas dictaban que al menos el 90% del personal nuevo se quedaba, ello no hacía que la preocupación disminuyera. Los porcentajes de rotación habían sido históricos en los últimos meses. Definitivamente las cosas ya no eran como antes.
─Me haré cargo─ dijo Zhongli incorporándose para caminar junto al ahora maestro sepulturero─. Espera aquí, tengo algo que hablar contigo─ lanzó al aire antes de cerrar la puerta.
Hu Tao se quedó quieta mientras las palabras de su asesor resonaban en su mente. Indudablemente pensaba que el tema central sería la carta. Tomó aire, y comenzó a jugar delineando el borde de la taza con su habitual cara de aburrimiento. No pasó mucho antes de que comenzara a impacientarse, y justo antes de decidir huir por el balcón, Zhongli abrió la puerta encontrándose con la imagen de su jefa sentada en el marco de la ventana, con una pierna fuera del edificio.
Zhongli suspiró mientras le miraba seriamente. Odiaba cuando se escapaba la mayoría del tiempo que le pedía hablar sobre algo.
─ ¿Puedes venir aquí? ─preguntó él.
─ Los clientes no se conseguirán solos─ respondió quedándose pensativa─. Aunque irónicamente llegan solos─ complementó riendo un poco.
ESTÁS LEYENDO
Paso a Paso (ZhongTao) (Genshin Impact)
RomanceHu Tao, la Directora de la Funeraria El Camino, fue iniciada en el mundo espiritualista y de los negocios de la funeraria desde muy pequeña. La muerte se convirtió en la sombra que le impidió poder tener un desarrollo adecuado de ciertos aspectos re...