Su rostro perdido mirando la documentación. Sus ojos siendo atacados por un tenue lago de ojeras. Sus párpados insistiendo en el descanso y su mal aspecto, representaban lo que claramente no quería mostrar. Vulnerabilidad. Había pasado toda su noche intentando reprimir el cúmulo de emociones que le amenazaban con estallar. De alguna forma, encontró alivio distrayéndose entre el quehacer de la Funeraria. Miró el bolígrafo que con tedio descansaba sobre sus dedos y bostezó cerrando momentáneamente sus ojos, murmurando débilmente oraciones relacionadas con el último pedido que había revisado previamente a la diminuta pausa que se había permitido dar.
Medio cuerpo cayó sin remedio sobre el escritorio y con ello, su sombrero rodó hasta el piso. Se dejó llevar por el vacío que le invitaba a no pensar. No sentir. No preocuparse, y, no exigirse.
El sol entró por la apertura minúscula de la cortina. Cortó con cálida suavidad su rostro a la mitad logrando que su ceño se frunciera. Se removió sobre la silla y se aferró con fuerza con sus manos en la madera. Pestañeó un par de veces antes de sentir la presencia de alguien más. Gruñó pasando sus dedos sobre su cara ansiando despertar. Lo logró, después de varios intentos.
Dirigió su mirada hasta el pequeño juego de sala de la oficina encontrándose con un par de ojos curiosos que le miraban. Sabía muy en el fondo que no debían verla de ese modo. Sin embargo, tomando en consideración el vórtice de emociones que había estado atravesando, aquello le fue indiferente.
─ Es extraño que hayas pasado la noche haciendo papeleo.
Suspiró mirándole sin expresión. Una pequeña jaqueca iniciaba dándole la bienvenida. Se tomó su cabeza. Se sentía como si hubiera bebido.
─ Estoy intentando ser más, responsable─ dijo intentando sonar convincente.
Bebió de su té de hierbas mientras le observaba. Ciertamente le había visto menos burlesca y más callada últimamente. Recordó su indiferencia sobre aquella vez en donde había derramado su té en sus pantalones.
─ Eso es justo lo extraño─ dijo antes de poner su taza encima de la mesita─. Has estado, haciendo cosas que comúnmente no hacías.
Una dócil sonrisa se posó en su rostro aún adormilado.
─ Bueno, tengo que hacerlo ya que corro el riesgo de que tú ya no hagas lo que comúnmente haces para que yo no haga nada─ se rio, sintiendo pesado su pecho.
Bufó con diversión. No podía negar aquello.
─ Sólo estoy, sorprendido. Es todo.
Le miró sonriente inflando su pecho con orgullo al escucharlo. Le había venido bien su halago para sentirse menos molesta consigo misma.
─ Me alegra escucharlo─ dijo mirándole de una forma nueva y destellante. Un salto de su corazón le impulsaba a correr hacía él.
Ambos se miraron por unos segundos que le parecieron eternos. Sus pupilas dilatadas y cansadas, recobraban energía lentamente al pintar con su mente, cada rasgo de su rostro dentro sus recuerdos de aquella mañana en la que despertó a su lado. Suspiró avergonzada y desvió su mirada notando como su sombrero se encontraba en el suelo. Se inclinó y lo tomó de la orilla buscando algo interesante que mirarle para evitar que su nerviosismo se notara.
Él por su parte, no despegó su vista de ella recordando vagamente las palabras que Ganyu le había brindado un día anterior. Sin duda, Hu Tao le había brindado algo que no había tenido jamás, alguien tan cercano como para considerarlo parte de su propia familia. Sin duda le preocupaba la joven, pero no tanto como para sentirse como un delincuente.
Se levantó y se acercó a ella lo suficiente para evitar que se escabullera. Le abrazó a su pecho sorprendiéndola y encendiendo sus sentidos que se impregnaban de esa deliciosa colonia que tenía la costumbre y fortunio de conocer.
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Paso a Paso (ZhongTao) (Genshin Impact)
RomanceHu Tao, la Directora de la Funeraria El Camino, fue iniciada en el mundo espiritualista y de los negocios de la funeraria desde muy pequeña. La muerte se convirtió en la sombra que le impidió poder tener un desarrollo adecuado de ciertos aspectos re...