Unidos Por Él | YiZhan [MPreg]

•~>No querer arriesgarse, pero sí sentir algo<~•

•~Tiempo después~•

Era el cumpleaños número dos de Wang Zongdi.

Chao Youting había preparado una pequeña celebración a la cual, asistiría Xiao Zhan, Wang Yibo, la madre de éste y algunos amigos de Xiao Wen.

El esperado día, Xiao Zhan llegó a la casa Xiao y fue recibido por el pequeño niño castaño.

—¡ZhanZhan! —gritó el bebé con un tono infantil, lleno de ternura.

—¡Mi bebé! ¡Qué grande estás!

Xiao Zhan se inclinó a la altura del pequeño y lo abrazó muy fuerte.

Zongdi era enorme. Tenía dos años pero medía casi ochenta centímetros, era muy flaquito y había heredado las mejillas de su padre.

Aún no hablaba bien, su pequeño vocabulario se limitaba a palabras básicas, como «Papá» (y llamaba a todos así), también decía «baobao» (para decir adiós), «ZhanZhan» a su tío y balbuceaba cuando quería expresar algo o hacer alguna pregunta.

—¡A-Zhan! Llegaste —habló Chao Youting desde la cocina. El hombre llevaba puesto un mandil de patitos.

—Lamento la tardanza. Hay un poco de tráfico.

El pelinegro recibió un tierno beso de su sobrino y luego sacó un regalo de su mochila. Era un libro de dibujos animados.

—¡Waaaa! —dijo emocionado el menor, luego, añadió un balbuceo que significaba «gracias».

Antes de ponerse de pie, Xiao Zhan le dio un beso a su sobrino en la frente.

—¿Y sus papás? —preguntó el pelinegro.

—Yibo está adornando el jardín. Y tu hermano no ha llegado.

Xiao Zhan levantó las cejas como diciendo «qué extraño», luego, dejó que su  sobrino le cogiera de la mano y caminó detrás de él.

Durante el corto trayecto de la cocina al jardín, el pequeño iba hablando en su idioma de bebé, a lo que su tío sólo respondía con simples «Sí» y «Wow, que padre».

—Papá... Papá —habló Zongdi al ver a su papá Yibo colgando unos globos.

El castaño giró en dirección de su pequeño y enseguida vio a Xiao Zhan. No pudo evitar sonreír.

—ZhanGe —habló —mucho tiempo sin verte.

Era verdad. Llevaban más de medio año son frecuentar y en ese tiempo Xiao Zhan había cambiado un poco.

—Lo mismo digo, ¿Cómo te va? ¿Mucho trabajo?

—Me va bien. Acabo de recibir un ascenso. Ahora soy gerente.

—Felicidades, gerente.

En el momento que Xiao Zhan sonrió, el mundo de Yibo se convirtió en una esfera de cristal hermosa, con brillos alrededor del pelinegro, una esfera llena dónde podía ser feliz.

Desafortunadamente, esa esfera sólo duraba unos segundos. La voz de Chao Youting avisando que ya habían llegado algunos invitados provocó que la esfera se rompiera y nuevamente continuaron con un poco de distanciamiento.

Al cabo de una hora, Xiao Wen llegó a la celebración de su hijo. El chico llevaba con él varias bolsas de tiendas caras con juguetes y ropa para el pequeño Wang, así como también, una sorpresa inesperada para todos: Xiao Wen iba compañado de alguien.

—¿Y él quién es? —le preguntó Xiao Zhan a su hermano.

—Luego te cuento —susurró únicamente.