Nuevas Armas

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Daniel va pasando por el pasillo de las habitaciones hasta que de reojo ve a Ángel dentro de una de ellas con una especie de vara de color negro con una correa por lo que se detiene y regresa.

Daniel: -¿Qué es eso?- pregunta pero al verlo resulta que es...

Ángel: -Una Katana- responde a su pregunta sorprendiéndolo.

Daniel: -¿Por qué tienes una katana? ¿Para qué? y ¿Cómo lo conseguiste?- pregunta rápidamente mientras se acerca para verlo.

Ángel: -Era de mi abuelo, me contó que cuando estaba en la Segunda Guerra Mundial quedó varado en una isla junto con un japonés con esta espada y decidieron no matarse para sobrevivir por lo que se lo obsequió - respondió dándole permiso para que lo agarre.

Daniel: -Increíble- se sorprende como un niño y saca la espada de la funda, lo primero que ve es un dragón de color negro grabado en la espada que recorre toda la hoja y el cual su cabeza empieza en la base de la hoja y termina con la cola en la punta.

-Wow- se impresiona más por el aspecto y lo sostiene con ambas manos con delicadeza en lo que Ángel sostiene la funda.

Ángel: -Y para tu otra pregunta, me puede servir para bloquear balas o en otro tipo de ocasiones- contesta mientras Daniel sigue admirando pero su respuesta hace que deje de mirarlo.

Daniel: -¡¿Con esto?!, ¡esto no durara ni con una bala!- exclama señalando la hoja.

Ángel: -¿Por qué?- se cruza de brazos mientras se recarga en la pared.

Daniel: -Pues porque está muy delgada por tener el grabado del dragón, hasta creo que lo podría romper yo- hace notarlo y es que en efecto tiene una hoja bastante delgada y lo siente más ligera que una katana normal.

Ángel: -Inténtalo- ante eso Daniel no tiene una respuesta - Hazlo - dice todavía recargado en la pared con confianza.

Daniel: -Ok pero si se rompe no chilles- advierte y pone una mano en la punta por donde no tiene filo y la otra en la base e intenta romperlo. Para su sorpresa no se rompe, ni siquiera se dobla, lo intenta con más fuerza pero la espada ni se inmuta.

Ángel: -Ni siquiera yo pude doblarlo- le responde a la pregunta que iba a hacer sorprendiéndolo más.

Daniel: -¿De qué está hecho?- pregunta curioso al no romperse a la vez que se lo devuelve, Ángel pone la espada en su funda negra con un movimiento lento pero fluido.

Ángel: -Te lo contaré otro día- pospone la conversación y pasa la correa por su cabeza haciendo que cruce por su pecho, dejando la Katana en su espalda con la empuñadura hacia arriba. 

-Vamos al campo de tiro donde están los demás, el General quiere enseñarnos algo- le comenta mientras sale por la puerta.

Daniel: -Por cierto así no se usa una katana- le recalca sintiéndose casi ofendido por la forma en la que lo planea usar.

Ángel: -Ya lo sé- contesta caminando por el pasillo.

Al momento de llegar encuentran a los demás junto con el General y 3 ingenieros al lado de una mesa con cosas encima de ella pero que está siendo tapada por una manta.

Al acercarse, Emiliano, Gabriel y Paulina miran a Ángel curiosos por la vara que se encuentra atrás de su espalda.

G. Gómez: - Ahora que están todos me gustaría mostrarles esto, en especial a Ángel- Ángel se emociona al saber de lo que se puede tratar.

Hace una seña a los ingenieros y uno de ellos levanta el mantel mostrando un ladrillo grande de metal negro el cual uno de sus extremos tiene un gancho en forma de garra, básicamente como de esas garras en las máquinas para agarrar peluches. En el otro extremo parece tener una rueda de metal integrada al bloque, además de que tiene un par de cables colgando sujetando 2 botones negro.

Hay 2 de ellas y un par de guantes de cuero pero con la parte del dorso cubierta de metal al igual que de los nudillos hasta las puntas de los dedos.

G. Gómez: -Tu pedido ya está listo- dice y Ángel se acerca para mirarlos atentamente.

Emiliano: -¿Ehh qué son?- pregunta sin entender lo que está pasando.

Ángel: Ahora lo verás- dice mientras extiende los brazos y lo ingenieros se acercan en la mesa para poner los bloques a los lados exteriores de sus antebrazos. Los amarran con correas de cuero alrededor, llegan desde la muñeca hasta el codo contando el gancho. También ponen los botones en la parte baja de su palma donde quedarían las yemas del dedo meñique y anular al cerrar la mano.

Por último los ingenieros retroceden y Ángel levanta su brazo derecho para luego apretar el botón del dedo anular, al hacerlo el gancho sale disparado hacia arriba a unos 5 metros sujetado por un cable de acero y se agarra al techo, luego Ángel es jalado por el cable llegando hasta el techo colgando del cable.

Ángel: -¡Es un garfio volador!- exclama al estar arriba asombrando al grupo y aliviando al equipo de ingenieros que el aparato pueda funcionar.

Desde arriba decide ahora apretar el botón del dedo meñique y baja lentamente hasta tocar el suelo donde el gancho se suelta y se retrae hasta su lugar de origen.

Emiliano: -¡¡¡Es como el gancho de Rico!!!- exclama emocionado al ver lo que puede hacer haciendo referencia a un videojuego.

Ángel: -Se podría decir que sí- responde mientras se junta con ellos a la vez que el General se reúne con el equipo de ingenieros para felicitarlos.

Daniel: -Déjame verlos- Ángel levanta un brazo junto con el aparato para que lo vean bien.

Paulina: - ¿Para qué lo usarías? - pregunta desconcertada por el tipo de uso que le dará.

Ángel: -Pues en caso de que esté muy al descubierto y pueda moverme a un lugar seguro donde pueda cubrirme, además de moverme más rápido - responde a su pregunta mientras Emiliano toca el gancho maravillado y con la boca abierta.

Gabriel: -¿Y los guantes?- pregunta al ver que ninguno se interesa en ellos.

Ángel: -Oh los guantes son para que pueda romper paredes sin destruir mi mano, por eso la parte metálica- responde a su pregunta mientras señala el metal del guante.

Se pone los guantes en lo que los ingenieros empujan una pared de concreto sobre ruedas y lo ponen en frente de él.

Ángel: -Por ejemplo- les dice y golpea con fuerza la pared atravesándolo por completo, al sacar la mano se deja ver un agujero lo suficientemente grande como para que una persona pueda disparar a través del hueco.

-Lo malo es que todavía duele- dice mientras agita su mano entumecida.

Daniel: -Pendejo- dice con una pequeña risa.

Emiliano: -¿Entonces qué hay para nosotros?- pregunta emocionado por saber que artefacto le van a dar como si se tratara de navidad.

Ingeniero: -No nos dijeron nada acerca de ustedes- contesta confundido por si la información estaba mal.

Emiliano: -Aaa- baja la cabeza triste por no tener nada -¿Entonces para que nos trajeron?- pregunta desanimado.

G. Gómez: -Porque tengo noticias para ustedes, y no son buenas- al decir eso el grupo mira seriamente a su general listos para escuchar.

UN ÁNGEL EN LA GUERRA, El Surgimiento del Ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora