A la Deriva Parte II

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Al siguiente día despierta por motivo de un sonido extraño e intenta saber qué podría ser hasta que identifica el sonido de una serpiente. Rápidamente se levanta de su refugio y en ese momento la serpiente ataca a su cara pero es detenida por la mano de Héctor que lo agarró en el aire.

La mira fijamente por unos instantes mientras intenta liberarse del agarre, el niño comprende que el reptil no lo hizo por malicia, si no por necesidad para comer o para defenderse de un posible peligro. Lo agarra con las dos manos para evitar que se enrede en su brazo y la lleva lejos de ahí para que no lo moleste.

Luego de eso empieza a golpear piedras con otras para crear herramientas como un hacha y una lanza, intenta hacer un arco pero se rompe cada vez que estira de la cuerda por lo que se rinde con eso. Empieza a cortar arboles pequeños ya que su fuerza no es suficiente para cortar árboles más grandes y el hacha improvisado no resistiría.

Va cortando de uno en uno los arboles pequeño y los va juntando cerca de su refugio consiguiendo mucha madera. Llega la hora de la comida y se mete al agua con su lanza para capturar peces. Ensarta algunos de ellos y también apedrea a las aves que se encuentra volviendo a hacer el proceso de cocina, solo que esta vez también hay pescado en el menú.

-Si no hubiera sido tragado por el mar podría llamar esto unas buenas vacaciones- habla consigo mismo mientras gusta de su pescado con pollo y agua de coco -Oh mejor, podría llamar a esto un tipo de excursión a una isla, y que es como en la películas donde acampan al aire libre- se dice para mantener el ánimo mientras todavía tiene comida en la boca.

Al terminar sigue cortando madera y ve a lo lejos una nube negra aproximándose, así que rápidamente prepara embudos de hojas de palmera y se los pone a los botes de plástico para así tener agua dulce almacenada.

Llega la lluvia y se refugia en el techo de su construcción mientras observa como se llenan lentamente los botes grandes, pero al tener sed sale del refugio y abre la boca mirando hacia arriba e intentando tomar el agua que pueda.

Al día siguiente deja de tomar esto como un acampamento y empieza a construir una mejor balsa, solo que esta vez será de botellas de plástico y madera unido con las redes de pesca que se encontró por la costa y con las que ya traía, las anillas de las cervezas y otro tipo de cuerda que brinda la naturaleza. Y además tendrá una mejora y es que le va a poner un timón y un remo para así volver a casa.

Primero intenta orientarse y conocer hacia donde es Acapulco con ayuda del Sol que ya salió del mar, al tener una vaga idea de la dirección empieza a construir el bote cerca la playa apuntando a su casa para que no lo tenga que mover al terminarlo. Desarma el anterior bote de plástico y traslada los materiales al lugar de construcción donde empieza a enredar las botellas con madera.

Luego de ocho días de comer aves y pescado, dormir tapado de hojas, resistir a las lluvias y algún que otro encuentro con serpientes; finaliza la balsa y solo queda por subir comida y agua para el largo viaje junto con su lanza llamado Carlos que tiene pintado con su propia sangre una carita feliz en la punta hecha de piedra.

-Es hoy Carlos que regresaremos a casa, ahí te presentaré a mis amigos, sé que les vas a agradar- le dice emocionado a su lanza mientras empuja la balsa al agua viendo que si flota, con ayuda del remo se aleja de la costa y con el timón pone destino al lugar donde lo esperan sus padres.

Ya en alta mar ahora se enfrenta a los problemas que pueda haber en un viaje así, solo que esta vez está preparado para cualquier situación y lo pudo demostrar al poder alejar a un tiburón que rodeaba su bote esperando a que caiga. Con ayuda de Carlos le pincha un ojo al tiburón y se aleja rápidamente de ahí para evitar ser pinchado más veces.

UN ÁNGEL EN LA GUERRA, El Surgimiento del Ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora