CAPITULO 1

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Como cada mañana suena el despertador. Un día nuevo que emprender en la ciudad de las luces.

Según me ha dicho mi representante hoy tengo un par de reuniones para cerrar mi próximo disco y no tengo nada más que hacer. Así que hoy será un día tranquilo.

Me levanto perezosa de mi cama, y lo primero que hago desde que llegué aquí es mirar la mesita noche. Ahí se encuentra una foto. Bueno, la foto. Mi ultima foto con mis amigos, con los de verdad. En mi último campamento de verano. Ese campamento que me dio tanta vida.

Reviso la foto cada mañana, ojalá poder volver atrás. Miro lo felices que éramos, pero sobretodo, lo miro a él. A ese rubio de ojos verdes que se hizo un hueco en mi corazón desde que nos conocimos, con apenas 10 años.

Lo último que supo de mi fue esa maldita carta que tuve que escribir, despidiéndome de él. Claro que no lo hice bien, claro que podría haberme apoyado en él. Sabía y sé que hubiera estado para mi. Pero quizá no quería arrastrarlo a mi vida espantosa, que en ese momento no podría tener otro adjetivo que ese.

Con la única que mantengo el contacto día a día es con Sam. Mi mejor amiga, y si, su hermana. Un hermano nunca falla, pero ella se puso de mi parte y nunca le dijo el por qué de mi ida. Incluso ni dónde estaba. Sé con certeza que se hubiera recorrido el mundo buscándome, al igual que hubiera hecho yo si fuese al contrario. Pero quizá no era el momento, no lo era porque como he dicho ya, no quería arrastrar a la persona que más quería a mis problemas.

Salgo de casa y me monto en el coche para ir al estudio. En las oficinas tendré esas reuniones. Voy hundida en mis pensamientos mientras conduzco por las grandes calles de Nueva York, que a pesar de llevar años aquí, es irritante conducir con tanto tráfico. De repente entra una llamada en mi pantalla, es Sam

LLAMADA CON SAM
—Hola amiga, te pillo ocupada? —escucho al otro lado de la línea
—Voy en el coche de camino al estudio, dime
—Verás, tengo una noticia que darte
—Te escucho rubia
—Me caso!!!! —me quedé en shock. Me alegraba, claro que lo hacía, pero todo me vino de golpe. Y la única conclusión que llegué es que lo vería, a él— amiga estás ahí?
—Eh... sisi. Dios Sam eso es genial!! Como me alegro por vosotros
—Eva, te conozco, sé que estás pensando en que te va a tocar ver a mi hermano
—Si Sam, pero eso es lo de menos, te vas a casar!!! Cuando es la boda?
—El 10 de agosto —vale, estamos a junio, me da tiempo a mentalizarme— pero hemos pensado Flavio y yo, que podíamos quedar todos antes de la boda. Hemos alquilado una casa en Cádiz, para recordar viejos tiempos. Serían 2 semanas
—2 semanas antes de la boda?
—Esto quería explicarte... —se venía una gorda— nos iríamos la semana que viene, queda prácticamente nada para julio y me encantaría terminar todos los preparativos con vosotros, sobretodo contigo, que supongo que sabrás que vas a ser mi madrina de boda —me ahogaba
—Amiga pero tengo que acabar todo aquí en Nueva York, dejar el disco listo
—Lo se, pero te quedará nada. En una semana podrías dejarlo todo listo y venir no? —para mis adentros me quería morir, pero es la boda de mi amiga
—Vale Sam, iré, por ti y por mi hermano —la escuchaba gritar al otro lado de la línea
—Te amo amiga, te pago el vuelo para España, está ya comprado
—Que cabrona eres, sabias que te iba a decir que si
—Amiga te adoro, hablamos luego —y colgó.

Esta chica era de lo que no hay. Y si se casaba con mi hermano. Obviamente que con él no había perdido el contacto, es mi familia. Pero como todos los días hablaba con Sam, también aprovechaba para hacerlo con él.

Estaba realmente contenta porque se casasen, me hacía mucha ilusión y más ser la madrina. Pero por dentro me quemaba la idea de ver de nuevo al rubio. La culpabilidad me inundaba de volver a verlo, porque según me ha contado mi amiga, no sé quedó nada bien después de mi marcha. Y lo entiendo. Pero no sé qué hay en él. Si odio, rencor. Amor. O un conjunto de todo.

La verdad es que decía mucho de él el haberme dejado mi espacio y haber respetado mi decisión, me quería y lo hizo por eso. Y en esa carta dije que si el destino quería, volveríamos a juntarnos, sea de cualquier manera. Y ahí, explicaría todo. Pero no sé si estoy preparada. No sé si él sigue queriendo alguna explicación.

Lo he seguido mucho. Soy su fan número 1 desde que de pequeños empezó a enseñarme sus composiciones. Y es brutal lo que hace. Se también que tiene alguna fama de fuck boy, pero no lo culpo. El tío es guapísimo, con un cuerpazo y unos tatuajes que te dejan muerta. Es mi rubio de siempre.

Yo en cambio, empecé con un chico. Todo iba bien, pero lo único que hacía era compararlo con Hugo. Buscaba a Hugo en él y eso no hacía bien a ninguno de los dos. Pasé de eso a acostarme con el que me apeteciese y al día siguiente cada uno por su lado. Soy mujer y humana, tenemos nuestras necesidades no? La verdad es que no se me ha tachado de nada y lo agradezco. Aunque me daría igual, soy libre de hacer lo que yo quiera.

La reunión ha ido genial, el disco saldrá en septiembre y la gira la iremos planeando un poco antes. Así que me puedo a ir a España tranquilamente. Empiezan las vacaciones.

Por una parte también me da pánico volver a Cadiz. Al lugar donde empezó todo. Ahí es donde íbamos al campamento y donde miles de historias se quedaron ahí guardadas, para siempre.

Sam me manda el billete. Sale el lunes, a Madrid. A donde he vivido tanto tiempo también, a espaldas de todos. Fíjate si la capital es grande que he podido estar ahí meses, que jamas me he cruzado con el rubio, también porque su hermana ponía de parte para que no pasase eso. Y lo agradezco.

Me quedo hundida en mis pensamientos hasta que caigo en un sueño profundo. Demasiado pensado por hoy. Mañana será otro día, donde seguro, que pensaré más que hoy.

Posdata; te quiero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora