CAPITULO 5

451 48 5
                                    

No sé cómo había podido tardar tanto en volver a España. Volver a reunirme con mis amigos, con los que he pasado eternidades de veranos, miles historias. Aventuras, momentos buenos, y malos. Pero sobretodo, con él.

Su olor sigue siendo el mismo de siempre. Ese que te atrapa y lo único que quieres es permanecer en sus brazos inhalando esa dulce fragancia que desprende.

Creo que mi corazón se paró cuando lo vi al llegar a la casa. Pero saludarlo y volver a abrazarlo es lo mejor que me ha pasado en años. Muchos años.

La fiesta que hemos montado está siendo increíble. Lo estoy pasando genial la verdad. He hablado con todos, bailado con todos. Me vuelvo a sentir en mi sitio. En casa.

Volviendo a mis problemas? Por muy bien que lo pase no para de rondar por mi cabeza que tengo que hablar con ese rubio de ojos verdes y cuello tatuado que me mira desde la pequeña barra del jardín. Aunque ahora que lo he mirado solo me ha sonreído y ha vuelto a servir alguna que otra copa para él y algunos más.

Debo explicar el porqué de mi huida. Porque al final, él estaba involucrado y no he dejado que lo sepa, ni meterlo en ese problema. Temo a su reacción? Quizá si, bastante. Pero dicen que nunca es tarde, y aunque sean 6 años después, merecemos los dos esta oportunidad que nos ha dado el destino, que es odioso la verdad.

He tenido una conversación con mi amiga rubia, que es su hermana también. Y la amo por haberme cubierto tanto tiempo. Sé que para ella ver a su hermano mal no ha sido nada fácil, pero lo hizo y lo sigue haciendo. Y estaré eternamente agradecida. Y como bien me ha dicho, tenemos muchos días por delante para hablar. Pero cuanto antes, mejor.

El efecto del alcohol está subiendo, pero no solo a mi, a todos los integrantes de esta casa. Y como no, otra de las personas que les encanta los juegos y más cuando bebe, propone un verdad o atrevimiento. Otra vez, pero no creo que las preguntas y los retos sean como los de antes.

-Venga jueguecito un poco, pero a chupitos el que no conteste o no cumpla -dice Rafa
-Venga, vamos! -dice ahora Bruno- empiezo yo. Mmm... vale, Sam. Verdad o reto
-Reto -dice la rubia convencida
-Vale, juego del hielo, tienes que pasárselo a una persona, y tú vas decidiendo a quien se lo va pasando cada uno, me explico? -la rubia asiente y va a por hielo. Tengo miedo, esta tía no sabes por dónde va a salir.

Sam va a por el hielo y se lo pone en la boca, va directa a Anne, se lo pasa y le indica que se lo pase a Javy. De Javy pasa a Rafa, luego a Flavio. De Fla pasa a Bruno, luego a Eli, a Ari, a Jesús, a Anaju, a Nia. Y ahora si, el hielo llega a mi, y solo queda Gerard o Hugo. Sus intenciones son claras, lo sé. Me dirige hacia a Hugo. Mi cuerpo tiembla, bastante y veo que la cara del rubio se torna muy roja. Estará como yo. Quizá si el alcohol no corriese por mis venas, no sería capaz de hacer esto.

Me acerco a él. Y él a mi. Cuando estoy a punto de pasarle el hielo, este se cae haciendo que nuestros labios se rocen. Nos quedamos a milímetros una vez separados y nos miramos a los ojos. Hugo me sonríe y yo hago lo mismo. Aunque sinceramente no sé dónde meterme.

El corazón parece que quiere salir disparado de mi pecho, y el tiempo se ha paralizado. Pero como siempre, Hugo lo arregla todo para que nada sea incómodo. Me dedica una última sonrisa y se dirige hacia por otro hielo, se lo coloca y se lo pasa a Gerard. El juego termina.

Después de mil rondas más, decidimos dejarlo por hoy. Son casi las 7 de la mañana y es el primer día. Tenemos que guardar energía, digo yo.

Yo decido darme una ducha con Sam, para que el alcohol baje un poco y podamos dormir tranquilas, los demás han caído ya en sus camas y como poco, estarán durmiendo.

Posdata; te quiero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora