CAPITULO 6

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A penas eran las 9 de la mañana cuando caí rendido en la cama. Hoy duermo solo, los demás días se venia Javy supuestamente, pero después de lo que acaba de pasar con Eva... No Hugo. Para.

No puedo pegar ojo de pensar en cómo ha sido el día de hoy. Mucha información recorre mi cabeza y no sé por dónde ir. He visto a la que considero el amor de mi vida después de años. La he escuchado hablar con mi hermana sobre que tiene que tener una conversación conmigo. He bailado con ella, he intercambiado miradas. Y sobretodo. La he sentido.

Nuestros cuerpos han vuelto a ser uno. Nos hemos vuelto a fundir en la pasión y el amor. ¿El por qué? Ni yo lo sé. No sé si ha sido causa del alcohol que aún derrochaba por nuestras venas. O porque aun nos sentimos como 6 años atrás. Quizá una mezcla de ambas.

Pero eso si. Nada me va a quitar que haya vuelto a sentirla. La echaba muchísimo de menos. Podría decir que ha sido el mejor polvo que hayamos tenido, aunque pasen los años, nunca se olvida tu primera vez, y menos con esta diosa del Olimpo.

Lo que no sé es cómo actuar en unas horas cuando nos volvamos a ver. Supongo que actuaré normal, como antes de que nos dejásemos llevar y acabásemos follando en la piscina. Pobres mis amigos, van a bañarse ahí todos los días.

Esperaré con ansias el momento en el que decida contarme todo. Porque se fue, se fue dejando una carta simplemente, y no le guardo rencor. Porque es imposible hacerlo con la persona que quieres, pero es una espinita que quieras o no, está marcada en mi y necesito explicaciones.

Aunque nada cambie, aunque ella vuelva a marcharse a seguir rompiendo escenarios y disfrutando de su carrera a mil kilómetros. Necesito una explicación para que mi cabeza y mi corazón descansen después de 6 años.

He conseguido descansar un poco cuando unos golpes en la puerta me despiertan por completo. Es la rubia.

-Rubio, ya son horas no? -me dice de brazos cruzados delante de la puerta
-Contando que no he dormido nada, nunca son horas -digo y me incorporo sentándome en la cama. Ella se incorpora y viene a sentarse a mi lado
-Ya me ha contado Eva -me lo suponía- cómo estás?
-Pues me siento bien, la echaba de menos, pero yo que sé Sam, necesito explicaciones -mi hermana me mira y suelta un suspiro
-Las tendrás seguro -y pasa su mano por mi hombro- pero ahora no te comas la cabeza. Sinceramente nunca pensé vuestro reencuentro así
-Sinceramente yo tampoco, pero fíjate -digo y los dos reímos por lo sucedido
-Bueno venga, ponte unos pantalones y vamos a comer algo, están todos de resaca ya verás que risa -suelto una carcajada y le hago caso.

Me pongo el bañador encima de los calzoncillos y salgo de la habitación. Bajo a la planta de abajo y no puedo reírme más. Están todos muertos

-Illooooooo que hacéis? Estáis muertos eh -digo riéndome
-No grites, creo que me va a explotar la cabeza -dice Anaju
-Llevábamos sin beber tanto desde hace un montón eh -dice Jesús
-Estáis mayores -dice ahora mi hermana la rubia
-Pero bueno en un rato estamos a tope -añade Rafa, el alma de la fiesta.

Hago una vista por todos y la única que falta es la castaña de ojos azules. O sigue durmiendo, o está en el baño o algo.

Voy a la cocina a hacerme una tostada para comer algo, mi estómago ya pide que ingiera algo que no sea alcohol. Me preparo un zumo y me siento. Añado cosas a las conversaciones que tienen mis amigos, aunque en realidad mi cabeza solo esté dando vueltas a lo que va a pasar entre Eva y yo. Pero bueno, eso es algo que pronto sabré.

Mi mirada se desvía hacia las escaleras, donde veo a Eva bajar con una de sus camisetas largas, la cual juraría que es mía. Ya ni me acuerdo, tenia mi armario prácticamente. Quizá lo sigue conservando.

Posdata; te quiero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora