CAPITULO 2

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Me levanto en una cama de hotel cualquiera, desde hace un tiempo esto es "costumbre" cuando salgo de fiesta.

Me revuelvo en las sabanas y veo una chica durmiendo a mi lado. Fu qué estoy haciendo?
Me levanto para recoger mi ropa y vestirme, mientras tanto la chica se despierta

—Ya te vas? —me pregunta estirándose
—Emm... si, tengo trabajo, nos vemos por ahí —le digo rápidamente y salgo de la habitación.

Realmente no me reconozco, nunca he sido así. Pero es verdad que llevo una temporada que no me importa nada, que solo salgo, lo paso bien y si acabo con alguna chica pues eso que nos llevamos los dos. Pero bueno.

Llego a casa y me doy una buena ducha. La necesitaba. No tengo que ir al estudio, ya tengo vacaciones, por lo menos hasta que se case mi hermana. Y si, es un tema que no para de rondar mi cabeza.

¿Por qué?

Pues porque la chica de ojos azules y pelo castaño, es su mejor amiga. Porque quizá venga a esa boda, porque puede que la vuelva a ver, después de 6 años. Creo que si la veo no voy a ser capaz de articular palabra.

Jamás le pediré ninguna explicación que ella no me quiera dar. Intentaré, con todas mis fuerzas, tratarla como una persona normal. No como la chica de la que sigo enamorado aún. Pero eso es algo bastante complicado.

Aún sigo sin saber el porqué de su ida, porque no quiso mi ayuda. No sé nada. Pregunté a mis amigos, a Sam. A su hermano. A todo el mundo. Ninguno me dijo nada y yo desistí. Además de haberle enviado mil cartas que jamas tuvieron respuestas.

Estoy tan hundido en mis pensamientos que no me doy cuenta que están tocando el timbre. Me termino de vestir y bajo corriendo. Y como no, la rubia que tengo por hermana y su prometido se adentran en mi casa

—Anda que estas para una urgencia rubio —dice mientras deja sus cosas y se sienta en el sofá
—Hola a ti también, hermana —le doy un codazo y choco los cinco con Fla
—Que haces hoy? —me pregunta este último
—Pues nada la verdad, no tenía pensado hacer nada realmente
—Genial, haz las maletas para 2 semanas, mañana nos vamos —dice mi hermana mientras se levanta para ir a la cocina
—Como? Que dices? A donde vamos? —no entendía absolutamente nada
—Nos vamos de casita en Cádiz. Ha sido idea de los dos para antes de la boda, vienen todos —mis ojos casi salen de sus órbitas
—Como todos? Los de siempre no?
—Si Hugo, los de siempre —dice esta vez mi hermana mientras nos da una cerveza a cada uno— y lo estás pensado y si, Eva es una de las de siempre, así que hazte a la idea de que os vais a ver —creo que el color de mi cara era igual que el del papel. El corazón me iba más rápido de lo normal y creo que en cualquier momento se me iba a salir del pecho
—Relájate hermano, ha pasado mucho tiempo, los dos supongo que habréis cambiado, podréis llevaros bien no? —dice Fla
—Yo no me llevo mal con nadie solo que... no sé, me da miedo volver a verla y... —me corta mi hermana
—Y hay una conversación pendiente —acaba la frase
—Puede que la haya, pero no creo que ella la quiera tener
—Tenéis 1 mes y poco para hablarlo no? —dice la rubia
—No se Sam, no sé si ir —digo mirando al suelo
—Hugo, os quiero y os necesito a todos allí, estar en nuestro sitio, recordar tiempos, por favor —me mira con esa cara de perro abandonado y no puedo más que asentir
—Está bien, por vosotros, pero si salgo corriendo de allí con un ataque de nervios no me matéis —reímos los 3.

Terminé de prepararlo todo y me tiré a la cama. Estaba realmente cansado, y ya no físicamente, sino mentalmente creo que nunca he estado tan consumido. No podía dejar de pensar en el momento en el que la vuelva a ver. Y si es el destino del que tanto habló en esa carta? Y si ahora si es el momento? O por otro lado; y sino lo es, y si ha encontrado a alguien ya que me sustituya. Yo sé que por miles que pasen por mi lado, siempre la tendré en mi cabeza y en mi corazón, y eso quizá, sea un gran problema.

Me despierto por el irritante sonido de la alarma, las 7 de la mañana. A las y media hemos quedado en casa de Sam para salir de ahí todos. Al principio me negué y dije que me llevaba mi coche, pero al final Javy se viene conmigo. Y por una parte lo agradezco.

Termino de alistarme y salgo de casa. Rezo para mis adentros no encontrarme a Eva. No ahora. No sería capaz de conducir siquiera si la veo ahora. Aparco el coche en doble fila y no me bajo, espero que metan cosas en el maletero y una vez se sube Javy, les pito a todos y salgo de ahí. No me ha dado ni tiempo a fijarme si había llegado, aunque conociéndola siempre es la última. Sonrio inconscientemente al recordar todos los momentos en los que quedábamos a una hora y llegaba tarde porque como ella decía, crisis de vestuario.

Emprendemos el camino al lugar donde tantos veranos hemos pasado, donde solo lugares escondidos de esa magnífica ciudad son testigo del amor tan grande que tuve con esa castaña de ojos azules. Donde realmente fui feliz. Y por una parte, tenía miedo de que los recuerdos me invadieran por completo, y más con ella allí. Pero no quedaba otra. El momento era allí y ahora.

Posdata; te quiero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora